Doris Capurro propone crear una gran empresa público-privada de energías renovables para retomar proyectos complicados
Doris Capurro, presidente de Luft Energía, analizó en una entrevista para Energía Estratégica los desafíos y oportunidades que se abren para el sector de las energías limpias a raíz del cambio cultural, económico y social que se espera tras la recuperación del coronavirus. Toda crisis es una oportunidad.
¿Cómo está impactando en las renovables el contexto de caída del crudo y el coronavirus?
En medio de este tiempo de incertidumbre, imprevisibilidad, caos y crisis, es muy difícil hacer pronósticos. El mundo cambió y no sabemos cómo es lo que viene. ¿Habrá un replanteo del sistema capitalista? ¿Quiénes serán los ganadores y perdedores? ¿Y qué sucederá en el mundo de la energía? Tenemos que estar preparados y abiertos para el cambio.
¿Se puede imaginar cómo será el futuro?
Es un buen momento para reflexionar y pensar en qué queremos transformarnos. Lo que es cierto, es que el ecosistema aprovechó esta crisis y se tomó un respiro. Y, tal vez, esta hecatombe sin precedentes favorezca la postura mundial a favor del cuidado del planeta y a favor de las energías renovables.
¿Incluye a la Argentina?
Podemos aprovechar esta suerte de hiato para reflexionar y diseñar el futuro energético de la Argentina, aprendiendo de los errores y aciertos pasados. Si tenemos en cuenta las últimas tendencias en el sector energético, tal vez podamos aproximarnos a la idea de cómo será este futuro. Cada vez más el gas natural y las energías renovables están situándose por delante del carbón y el petróleo. Por eso, tenemos que pensar creativamente cómo y qué hacer con Vaca Muerta antes de que sea tarde.
¿Qué significa repensar Vaca Muerta?
La estrategia sobre cómo desarrollar Vaca Muerta a gran escala y cómo, al mismo tiempo, seguir dando impulso a las renovables, ya constituía un desafío en sí mismo dado el contexto particular de Argentina. Y ahora se suma a ello el derrumbe en el precio internacional del crudo en niveles cercanos a los 20 USD/bbl, restringiendo enormemente los habituales excedentes de cash flow que tenían las empresas internacionales del sector, y una recesión económica global que ya condujo el riesgo país a los 4.000 bps.
Particularmente, la industria petrolera ya venía golpeada, por baja de consumo en el mundo y por el crecimiento de la oferta renovable. A eso se le sumó el coronavirus y el tsunami en la baja de la demanda y encima, la pelea entre Arabia Saudita y Rusia. Yo justo me encontraba en Houston, la capital del petróleo de Estados Unidos, cuando se produjo el primer desplome del precio del petróleo hace dos semanas.
¿Hay coincidencia sobre esto en la industria?
Estuve reunida con los máximos consultores internacionales y líderes de la industria que discutían si el barril terminaría en 30, o podría llegar a los 20, 15 o incluso 5 dólares por barril.. Mientras que acá en la Argentina algunas empresas reclaman barriles criollos por arriba de los 45 dólares que dejen a nuestras industrias fuera de toda competencia mundial…
¿Y el futuro de las energías renovables? Antes del coronavirus las empresas pedían prórrogas por complicaciones de financiamiento..
Sin duda, les va a permitir sumar argumentos y excusas para justificar los pedidos. Pero si somos sinceros, esos atrasos y pedidos ya estaban planteados, y me parece que el Estado tiene que aprovechar esta oportunidad.
Sería oportuno consolidar todos los proyectos que no se han podido concretar y sobre los que pesan probables ejecuciones de garantías que los hacen inviables, y crear una empresa público-privada que los ponga en marcha utilizando los fondos disponibles en el mundo para renovables.
¿Una gran empresa público-privada de energías renovables?
Estuve hace pocos meses en una reunión de financiamiento para América Latina, en Estados Unidos, en el que participaban fondos de inversión, multilaterales y bancos de desarrollo. Todos ellos manifestaron la necesidad de acceder a proyectos renovables, sin importar su rentabilidad.
¿Cómo sería una inversión sin priorizar la rentabilidad?
Tienen obligación de destinar una porción del dinero en renovables. De hecho, hay bancos de primera línea dispuestos a ofrecer líneas de almacenamiento (llamadas warehousing lines), dedicadas a la etapa de construcción de los proyectos, que luego, una vez en COD, pueden ser refinanciadas a través de la emisión de un bono verde, con los mismos bancos dispuestos a actuar como anchor investors y/o participar para lograr upgrades de rating.
Si ahora sumamos que luego de esta crisis va a haber aún más vocación a favor de las renovables, hay una gran oportunidad.
¿Cómo se moverá el financiamiento cuando el mundo empiece a normalizarse?
La industria renovable tiene todo a su favor, gracias a unas características únicas que las diferencian de las tradicionales. A diferencia del petróleo, el gas natural o la energía nuclear, son inagotables y no presentan riesgo de fluctuaciones de precio y cambios en su regulación. Y tienen gran poder de atracción de socios y clientes.
Ahora bien, no sabemos ni cuánto tiempo podría durar esta crisis inédita por el Coronavirus, ni cuánto tiempo demandará la reactivación económica global. Nadie sabe hoy si lo que pareciera una profunda recesión se convierte en depresión económica
También es preciso recordar que antes del Coronavirus la mayor prioridad de la Argentina era resolver, del mejor modo posible, la imposible deuda externa que este gobierno ha heredado. Y hoy eso parece un tema secundario.
La prioridad es cómo sobrevivir a la pandemia, y cómo sobrevivir a algo que pueda ser igual o más grave, las consecuencias de la recesión y el país parado y sin producir. Ganemos tiempo para pensar y planificar el día después.
Toda crisis es una oportunidad…
Es ya conocido que una de las barreras más importantes para la generación eléctrica a partir de las energías renovables es la saturación de las líneas de trasmisión y las enormes inversiones que se necesitan. Si antes era difícil invertir en esa infraestructura, imagínense ahora! Pero, creo que se va a abrir una oportunidad para la energía distribuida, que tendría un impacto significativo en el ahorro para los consumidores y para todo el sistema eléctrico nacional.
La energía distribuida tiene enormes ventajas: reduce las pérdidas en la red de transporte de energía eléctrica al reducir los flujos de energía, permite achicar la inversión en la construcción y mantenimiento de las líneas eléctricas,y, además, baja el efecto de la contaminación y es más eficiente.
La mayoría de las energías renovables y, particularmente la fotovoltaica, ayudan a la conservación del medio ambiente, aplazan la necesidad de readecuación de los sistemas de transmisión.
Hoy no parece el foco de las autoridades…
Sería bueno que se favorezca su promoción a través de la implementación de más y mejores incentivos que ofrezcan rentabilidad a los usuarios que están dispuestos a realizar una inversión de generación distribuida en sus hogares..
Fuente: Energía Estratégica.