La importancia de la planificación estratégica
Durante la vigencia de la Ley Nº 15.336/60 (presidencia del doctor Arturo Frondizi) se concretaron varias obras de centrales eléctricas muy importantes, como ser: El Chocón, Salto Grande, Atucha I, Futaleufú, Embalse, Planicie Banderita y Alicurá; además, comenzaron las construcciones de la centrales hidroeléctricas de Yacyretá y Piedra del Aguila, como así también la central nuclear de Atucha II y otras obras de menor importancia.
Desde hace más de 20 años que no se construyen centrales hidroeléctricas importantes, es decir, no continuaron con las construcciones de las obras programadas en el Plan Energético Nacional 1986-2000 (presidencia del doctor Raúl Alfonsín). Este plan preveía con un horizonte de 14 años las obras necesarias para un desarrollo armónico del país. Los gobiernos posteriores no continuaron con las centrales eléctricas previstas en el plan.
Si se hubiera cumplido con las obras programadas (Plan Energético 1986-2000) la matriz energética argentina en el año 1995 debía ser hidráulica en un 68%, nuclear en un 10% y térmica en un 22%. La situación actual es muy distinta, ya que conforme a datos del año 2013 (Instituto General Mosconi) la generación eléctrica es producida por: hidráulica, 35%; térmica, 61%; nuclear, 3%; y otras (eólica-solar) 1%.
La producción de energía eléctrica es cada vez más dependiente de la energía termoeléctrica, generada a partir de combustibles fósiles que emiten dióxido de carbono (CO2) y que afectan al medio ambiente por el efecto invernadero aumentando el calentamiento global.
Las privatizaciones de los servicios públicos llevadas a cabo en la década de los 90 (ley Nº 24.065, presidencia del doctor Carlos Saúl Menen) se concretaron sin la previsión correspondiente que aseguraban la continuidad de la realización de las obras programadas en el plan (1986-2000).
En cambio, en Brasil, nuestro vecino país, siguieron con las construcciones de obras hidroeléctricas y tienen en servicio varias centrales hidroeléctricas aguas arriba de Itaipú, y por lo tanto la matriz energética de Brasil es más del 65% hidroeléctrica.
La Argentina tiene dos centrales hidroeléctricas, una sobre el río Paraná (Yacyretá) y la otra sobre el río Uruguay (Salto Grande); a pesar de tener varios proyectos en estudio, como, por ejemplo, Pindó I (Corpus), Paraná Medio, Garabí, Brazo Aña-Cuá y otros emprendimientos menores.
Las centrales hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz: presidente Néstor Kirchner (ex Condor Cliff) y gobernador Cepernic (ex Barrancosa), de acuerdo a un informe de los ex secretarios de Energía (Instituto General Mosconi), “fue licitada sin proyectos técnicos bien definidos, sin estudio de factibilidad, sin un financiamiento adecuado”.
Conforme a una Propuesta para el Desarrollo Hidroeléctrico Argentino (Instituto de la Energía “General Mosconi”), “la energía hidroeléctrica presenta numerosas ventajas sobre la mayoría de otras fuentes de energía eléctrica, incluyendo un alto nivel de confiabilidad, tecnología probada y de alta eficiencia, los costos más bajos de operación y gran flexibilidad operativa y capacidad de almacenamiento”. Además, es un recurso renovable y no contaminante para el ambiente.
Es conveniente la implementación de una planificación energética elaborada por profesionales del sector y definir las obras de infraestructura eléctrica que hacen al progreso de esta región del país.
En ese sentido, se propone que a través del Consejo Profesional de la Ingeniería, Arquitectura y Agrimensura de la provincia de Corrientes se programen charlas y conferencias para tratar estos temas y así presentar las iniciativas a los poderes políticos para su concreción.
* El autor es ingeniero mecánico de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Córdoba e ingeniero electromecánico de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Resistencia.
Fuente: El Litoral.