Con baja expectativa en la recuperación de la economía, los grandes inversores muestran sus cartas.
La tradicional encuesta del Bank of America (BofA) cerrada días atrás aportó la radiografía más elocuente del mercado actual: los más de 200 gestores de fondos consultados dejaron en claro que la idea es estar “cortos” en acciones tecnológicas y “largos” en las energéticas. El porqué, es que consideran que los títulos tecnológicos presentan actualmente una valoración muy estrecha y los energéticos lo harán bien al amparo de la OPEP. Respecto del devenir económico, el sentimiento de estos gestores de Wall Street es como el de una pelea perdida y tiran la toalla al ring.
En cuanto a la OPEP señalan que el cartel petrolero está inyectando junto a sus países aliados oxígeno a un petróleo que viene de entrar en territorio negativo por primera vez en su historia (en el caso del WTI) con la hipótesis más sencilla: todo lo que ha caído puede volver a subir. En cambio con las tecnológicas se aplica el principio opuesto. Los colosos de Silicon Valley están sosteniendo el rally de las Bolsas y algunas voces apuntan que empiezan a verse cifras sobrevaloradas y sobrecompradas en el sector. Por eso apuestan a una corrección inminente de la industria.
El 74% de los encuestados ven a una situación de “crowded trade” en las tecnológicas (es un máximo histórico desde que se realiza este informe) por lo ponerse largos, en estos momentos, es la idea. Vale recordar que el término “crowded trade” es popularmente utilizado entre los traders de Wall Street y se refiere a posiciones peligrosas, puesto que el inversor está tan convencido de su lógica y su éxito asegurado que le hacen volverse complaciente y descuidado. Cabe señalar que en lo que va del año las Big 5 (Apple, Amazon, Microsoft, Google y Facebook) ya representan el 21% de la capitalización del S&P con papeles como Zoom que ya subió 266% o Netflix y Amazon 63%. Otra lectura interesante que deja la encuesta hace referencia a la acumulación de liquidez, que se ha elevado desde el 4,7% previo al 4,9% actual. En abril, esta liquidez llegó a representar un 5,9% de las carteras de los gestores, máximos de hace 19 años, justo después del 11-S. Sobre la economía real, la forma que acabará por adoptar la recuperación económica ha sido otra de las señales más relevantes que deja la encuesta: son cada vez más los gestores que tiran la toalla y apenas un 14% espera un rebote en forma de ‘V’ frente al 44% que apuesta por una ‘U’ y al 30% que lo hace por una ‘W’.