Ley de Gas en Brasil: Qué oportunidades de inversión se abren para empresas argentinas
El director de Desarrollo de Nuevos Negocios de la consultora Abeceb, detalla los cambios que impulsa Jair Bolsonaro en el mercado del gas y explica cómo pueden ser aprovechados.
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó el martes 1 de septiembre un proyecto de ley que promueve la apertura del mercado de gas para favorecer el desembarco de capitales privados. La iniciativa está ahora siendo evaluada por el Senado y se prevé su aprobación para fines del mes próximo. Diversos analistas prevén que en los próximos diez años el sector podría recibir entre 30.000 y 50.000 millones de dólares de inversión. Las oportunidades de negocios que se abren para las empresas que operan en el mercado gasífero argentino son grandes. A raíz de ello, EconoJournal conversó sobre el tema con Gustavo Perego, director de Desarrollo de Nuevos Negocios de la consultora Abeceb.com
El potencial brasileño
La matriz energética brasileña se basa fundamentalmente en la generación hidráulica y el perfil productivo hidrocarburífero se organiza en torno al petróleo, pero la intención oficial es promover también la industria del gas.
En la actualidad Brasil está produciendo entre 60 y 65 millones de metros cúbicos diarios de gas e importa otros 15 millones de Bolivia. El descubrimiento de nuevas reservas en la cuenca de Sergipe, donde ya se están llevando adelante diversos desarrollos, podría sumar entre 20 y 25 millones de metros cúbicos diarios. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, apuesta a acelerar esos desarrollos y potenciar toda la cadena de valor asociada a partir de la sanción de la ley de gas.
La nueva ley
“Lo que se busca generar en Brasil es un mercado de open access para el desarrollo del midstream y de la comercialización de gas. Se apuesta a romper el monopolio de Petrobras y que no haya que concesionar nuevas líneas sino que alcance con pedir autorización a la ANP (Autoridad Nacional de Petróleo) para crear una nueva línea”, destaca Perego.
El principal cambio es que los operadores privados ya no van a estar más condicionados por la infraestructura actual para el transporte. “Ya no van a tener que salir a pelear espacio para utilizar solo los caños que tiene Petrobras. Es más, la infraestructura de gas de Petrobas va a quedar abierta para que pueda ser utilizada si está ociosa. Hoy hay zonas con alta capacidad de uso y otras con baja carga porque no estuvo funcionando de manera correcta”, remarca Perego, quien viene siguiendo con atención los cambios que se impulsan en Brasil.
El objetivo es mejorar toda la infraestructura de distribución para aprovechar mejor el LNG y la sobreoferta que va existir en los próximos 5 años. Lo que buscan las autoridades brasileñas es que, tanto la industria como la generación eléctrica, puedan empezar a usufructuar más la producción de gas.
La ley habilita a que los jugadores puedan operativizar este tipo de proyectos. Por ejemplo, si una empresa construye una planta para la generación de gas puede pedir la autorización y tirar la línea de transporte.
“La estimación de inversión para los próximos diez años va de los 30.000 a los 50.000 millones de dólares. El midstream se lleva entre 10.000 y 12.000 millones de dólares y otros 10.000 millones se suman en lo que es downstream y todo lo que son derivados a partir de tener una mayor conexión a gas”, dice Perego.
Oportunidades de inversión
La modificación de la ley abre una oportunidad de negocios no solo para los capitales privados brasileños sino también para inversores extranjeros. “Brasil no tiene historial del desarrollo del gas y es ahí donde nosotros desde Abeceb vemos una gran oportunidad para los capitales nacionales o los capitales internacionales que tienen operación en Argentina para gas pero que nunca miraron a Brasil como un país que pudiera dar gas. Brasil es hoy una potencia hidrocarburífera”, señala Perego.
“Creemos que hay una oportunidad muy grande para que capitales argentinos, de la mano de capitales brasileños, nunca entrando solos porque a Brasil no se entra solo, primero por escala y luego por complejidad burocrática y varias cuestiones más. Hay mucho espacio para pensar proyectos en términos de las regiones, como puede ser el sur o el sudeste brasileño, donde la demanda de gas es alta y donde va a ir creciendo y donde con este nuevo marco desregulado el inversor se puede convertir en un proveedor de equipamiento o en un midstreamer”, agrega Perego.
La desregulación del mercado se combina con el incentivo que ofrecen los precios. Perego remarca que “en algunos casos Brasil tiene el valor del gas de 12 dólares por millón de BTU. Ahí hay espacio para trabajar y ser competitivo. Ese es uno de los incentivos más grandes. Como buen mercado monopólico está con precios muy altos con referencia al mercado internacional. Hay incentivos que son reales, más allá de los ficticios que pueden aparecer en los marcos regulatorios”.
“Todas las proveedoras de equipamiento para el sector del gas son empresas que ya deberían estar mirando el mercado brasileño porque es un mercado que va a crecer fuertemente. No es que Brasil no tenga una estructura metalmecánica con capacidad de responder, pero de este lado hay know how y eso es lo que te tiene que dar la posibilidad de buscar un socio para ser proveedor durante los próximos diez años. Este no es un negocio para aquellos a los que les quedan una capacidad ociosa de 20% y ven si pueden colocarla en Brasil. No estamos diciendo eso. Hay que tomar la decisión de entrar en ese mercado, de buscar un socio en ese mercado y estar allí por los próximos 10 años para poder usufructuar ese flujo de inversiones”, subraya Perego.
“En Argentina hay muchos operadores petroleros de capital nacional que son en parte dueños de los midstreamer argentinos, como TGS y TGN, que deberían estar mirando el mercado brasileño porque allí hay una gran posibilidad. Brasil no tiene operadores con esas características, operadores con caja suficiente y experiencia. Además, vemos a algunas empresas grandes proveedoras de servicios que ya están en la cuenca offshore en el noreste brasileño y están viendo esta oportunidad para expandirse”, sostiene Perego.
Más allá de la oportunidad sectorial, Brasil aparece como una economía relativamente estable y en expansión. Al inicio de la pandemia se proyectaba una caída de su producto cercana al 10%, pero ahora se está observando una recuperación en forma de V muy fuerte y los grandes bancos creen que este año la caída del producto podría terminar siendo menor al 5%. Además, la Selic, la tasa de referencia de Brasil, está en 2 puntos y la Reserva Federal de Estados Unidos prevé tasas bajas por los próximos cinco años por la pandemia y la recesión. “Hay un mercado grande, que está logrando salir rápido, la tasa de interés es baja y el riesgo país está en torno a los 400 puntos. Todos estos factores hacen prever un crecimiento fuerte de las inversiones”, concluye Perego.
Fuente: Econojournal.