Que alguien pulse el botón
El mercado laboral fue arrasado en los últimos meses. Todos esperan la reactivación de los pozos petroleros.
Más de 15 mil puestos de trabajo registrados en el sector privado fueron destruidos desde febrero, mientras la economía crujía por efecto de la propia resaca en combinación con los de la pandemia. Entre agosto de 2019 y mismo mes del 2020, decreció un 10% la cantidad de empleados privados de la provincia. Es decir, desde el inicio de la tormenta para los negocios de las petroleras de Vaca Muerta hasta después de los peores efectos sobre el empleo de la pandemia.
La supercrisis petrolera tiene correlato global. En todo el mundo, las petroleras crujen. En Neuquén, cruje toda la economía. Y la política. El gobernador Omar Gutiérrez le puso fecha a la resurrección: marzo del año que viene, cuando, estimó, la actividad en Vaca Muerta será similar a la que existía en agosto.
Mientras tanto, aguanta las protestas de los estatales por los salarios congelados y renegocia con los acreedores tratando de no caer en default.
El impacto en el empleo formal privado es solo una de las aristas arrasadas, a la vez que es indicativa de otras. La situación en el mundo del trabajo informal es más dramática. Pasaron meses sin posibilidades de trabajo para la gran mayoría en el universo de informalidad. A la vez, entre los pequeños cuentapropistas, las víctimas son proporcinalmente más que en el universo formal, que involucra a los trabajadores del Estado, además del sector privado en regla.
Todos esperan que alguien apriete un botón y se activen los yacimientos, aunque saben que ese botón no existe. El Plan Gas es la política nacional para la reactivación, después de que se cayera la vigencia del barril criollo.
Fuente: LM Neuquén.