Reabrieron una de las mayores plantas de gas que había sido clausurada por riesgo de explosión
Está en el puerto de Escobar, y en octubre un peritaje dio lugar a una denuncia vecinal. Ahora, un juez federal habilitó el buque.
La terminal flotante regasificadora, ubicada en la localidad bonaerense de Escobar, se puede definir como uno de los principales instrumentos generadores de gas de Argentina.
La planta había sido clausurada el año pasado por una denuncia de una vecina sobre su posible impacto ambiental y el riesgo de una explosión. Pero ahora, tras un giro de un juez federal, la volvieron a habilitar.
Así, uno de los mayores buques regasificadores del país volvió a estar en funcionamiento luego de cuatro meses de cierre.
En el puerto. El barco regasificador y un buque cargado de gas licuado, amarrados en Bahía Blanca.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner, en 2008, se tomó la decisión de importar gas natural licuado (GNL), debido al incremento de consumo, a la disminución de reservas y por la baja en la explotación y producción propia.
La primera operación de regasificación en Argentina se llevó a cabo a través de un buque en Bahía Blanca, siendo YPF la empresa responsable de llevarla a cabo. Luego, en 2011, se inaugura la segunda planta en Escobar, permitiendo incrementar en un 14% la oferta total de gas en el país.
El gas natural se licua para reducir su volumen y facilitar su transporte desde los yacimientos hasta las zonas de consumo. Una vez en destino, es tratado para devolverlo a su estado gaseoso original a partir de estas terminales.
Las importaciones de gas líquido quedaron paralizadas el 16 de octubre del año pasado, al igual que parte de la operatividad de la terminal de Escobar, que dejó de inyectar gas a la red de AMBA. Pero luego de casi cuatro meses, por medio de una orden judicial, se suspendió esta clausura de inactividad en la terminal portuaria.
Además, Bolivia sacó un comunicado, en el que explica que comenzará a exportar menos gas a la Argentina a partir de una baja en su producción. Lo que volvió a poner el foco en la futura demanda de gas durante los meses más fríos del año, y con un pandemia de por medio.
Por un lado, se barajó la posibilidad de que el buque regasificador de Bahía Blanca pueda ser nuevamente convocado para abastecer con más importaciones de gas natural licuado (GNL) el mercado interno. Y por el otro, se presionó para que en la localidad de Escobar se vuelva a regasificar.
Un barco regasificador y un buque cargado de gas licuado en Escobar.
La decisión, en 2020 de detener la importación de GNL se había basado en una denuncia de una vecina escobarense, hecha años atrás, referida a “una situación de peligro de muerte urbana masiva por estrago de incendio o explosión”, por el transporte del GNL en los buques metaneros, y por las operatorias de almacenamiento y regasificación en el muelle ubicado en el kilómetro 74,5 del río Paraná de Las Palmas.
La terminal del conurbano bonaerense posee una característica particular, del resto del mundo: está situada dentro de un río de aguas poco profundas: otras de las causas por las que se pidió su clausura.
Además, durante los últimos días de septiembre del 2020, un importante incendio llegó muy cerca del puerto regasificador, lo que llevó a una preocupación en la población de Escobar. El incendio fue controlado por la acción de numerosas dotaciones de bomberos, de aviones hidrantes y voluntarios locales, casi al filo de una posible catástrofe.
Buque regasificador en la localidad bonaerense de Escobar
La población de la localidad de Escobar había expresado continuamente sus reclamos por la instalación de la planta en su territorio. Una asamblea ambiental, integrada por varias asociaciones, planteó sus temores respecto a la peligrosidad del puerto, por considerar que es un peligro continuo que afecta todo el recorrido en la navegación del barco metanero, por la profundidad y ancho del río. Y por el daño ambiental y la contaminación que el proceso de regasificación puede generar.
El juez Federal de Campana, Adrián González Charvay, ordenó el levantamiento de la clausura, así como toda restricción de operación de dicha planta. Lo hizo luego de que se refutara el peritaje de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), que había dado sustento inicial a la clausura.
De esta manera, “el estratégico complejo, quedó operativo y a disposición para el abastecimiento de la demanda de Gas Natural del país, principalmente en la temporada invernal”, informó la Secretaría de Energía.
Su titular, Darío Martínez, consideró que “para tener la convicción de habilitar nuevamente la terminal regasificadora, el juez ha debido meritar seguramente los concluyentes trabajos que presentamos en materia de evaluación de la seguridad de la planta, y los informes científicos de la UTN de Rosario y la consultora Lloyd´s, que refutaron contundentemente al peritaje de la UNLZ”
Buques. El regasificador y un barco de transporte, en Escobar.
El funcionario explicó que “la planta de Escobar cumple con parámetros de seguridad y preservación del ambiente de máximo rigor técnico, y jamás tuvo episodios ni eventos que lo hicieran poner en duda”.
La obra total, ubicada en el conurbano norte bonaerense, consta de instalaciones de regasificación de gas natural licuado, una terminal portuaria ubicada en el kilómetro 74,5 del río Paraná de las Palmas y un gasoducto de interconexión de 35 kilómetros de longitud que atraviesa las localidades de Pilar, Exaltación de la Cruz, Campana y Escobar.
La inversión total fue de 680 millones de pesos y fue afrontada en conjunto por YPF y ENARSA. En 2019 el buque alcanzó un pico en agosto de casi 22 millones de metros cúbicos diarios, lo que lo convirtió en el mayor nivel de regasificación del mundo. (mm3/d), según indica la empresa Excelerate Energy, dueña y operadora del navío. Y en el 2020, desde Escobar se inyectó 12% del total de gas recibido en los sistemas de transporte durante invierno al AMBA.
En cuanto a las terminales de regasificación, existen más de 90 en el mundo, y entre los países exportadores de gas licuado se encuentran Argelia, Australia, Brunei, Egipto, Indonesia, Libia, Malasia, Nigeria, Omán, Qatar, Trinidad & Tobago, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Guinea Ecuatorial, Noruega, Perú, Rusia y Yemen. El último año, en Argentina se importaron 28 cargamentos de gas licuado por u$s 168,6 millones.
Fuente: Clarín.