Las acciones de petroleras suben 1000%
Tomando como base enero 2020 para hacer la comparativa entre pequeñas empresas petroleras con el precio del barril de crudo, se puede observar cómo, luego de la violenta caída provocada por la pandemia de Covid-19, han recuperado terreno y hasta pasado a rendimientos positivos.
Los avances tecnológicos han facilitado la producción de petróleo de esquisto estadunidense a través de la fracturación hidráulica (fracking). Razón por la cual, la OPEP+, asociación que incluye a Rusia y otros países, puso en marcha un acuerdo para reducir la producción del petróleo con miras a extenderse hasta finales de 2018.
Los precios se incrementaron a raíz del anuncio sobre el recorte de producción, pero, con EEUU en una mejor posición como el productor de equilibrio (swing producer) del momento, la habilidad de la OPEP para poder controlar los precios se creía disminuida. De esta manera, en 2018 el precio del petróleo alcanzaba su nivel más alto en casi cuatro años hasta los u$s76.
Sin embargo, en 2020 la drástica caída en la demanda del petróleo a raíz de la pandemia del Covid-19 producto del paro de actividades económicas por las medidas de confinamiento que entrarían en efecto en todo el mundo, llevó los futuros del petróleo con vencimiento de mayo a un descenso hasta niveles bajo cero.
Así mismo, los conflictos entre los grandes productores del petróleo para cumplir los acuerdos sobre los niveles de producción acentuaron la crisis que llevaría los precios del petróleo por debajo de los 20 dólares, niveles no vistos desde 1998.
Ante esta situación, los países de la OPEP+ acordaron un recorte récord en la producción de petróleo, y sumado a la pronta reparación económica de China, el precio del barril de petróleo superó los niveles pre-Covid alrededor de u$s 55, y se encuentra actualmente cercano a 70 dólares el barril.
Esta situación trajo aparejado oportunidades de inversión, principalmente en penny stocks (empresas de baja capitalización) en Estados Unidos, cuyo precio de las acciones habían bajado más del 90% porque la mayoría de los analistas del mercado suponía una más lenta recuperación por lo que la sostenibilidad de estas se encontraba en riesgo de quebranto.
Así, por ejemplo, las acciones de Callon Petroleum Company ($CPE) y SM Energy ($SM) recuperaron los precios alcanzados previo a la pandemia y llevan un alza anual en dólares de 847% y 1432%, respectivamente. No obstante, las acciones de empresas de países emergentes como Vista Oil & Gas ($VIST), con sede en México y segunda productora de crudo no convencional en Argentina, se encuentran a u$s2,65, niveles muy inferiores de los alcanzados a principio de 2020 de u$s8,2, pese a que los precios del petróleo superaron los niveles previos a la crisis del coronavirus.
Por ejemplo, según el seguimiento de Adrián Juanes, CEO de Wolf Trading, tomando como base enero 2020 para hacer la comparativa entre pequeñas empresas petroleras con el precio del barril de crudo, se puede observar cómo, luego de la violenta caída provocada por la pandemia de Covid-19, han recuperado terreno y hasta pasado a rendimientos positivos. El petróleo cuesta un 26,6% más que en aquel entonces, las petroleras SM un 112,3% y CPE un 39,9%. En tanto que VIST se encuentra en un -61.5% del valor cotizante de sus acciones a principio de 2020.
Adicionalmente, respecto a los estados contables, la empresa también ya presenta resultados superiores en el cuarto trimestre de 2020 a los del último trimestre en 2019. Por ejemplo, los niveles de producción de crudo aumentaron 31.5% y el margen de EBITDA ajustado (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) subió 10 puntos, comparando el cuarto trimestre 2019-2020, pasando de 35% a 45%.
En este sentido, es probable que, de mantener estos resultados, Vista Oil & Gas (VIST) recupere el terreno perdido y esto representa una suba potencial de 209% en dólares a niveles pre-Covid. Aunque, cabe aclarar que se estima que la principal variable que incide en que todavía no se haya recuperado de la brutal caída es el aumento del riesgo país donde la empresa principalmente opera, sumado a la incertidumbre del marco jurídico que atraviesa el sector petrolero en Argentina, que se encuentra actualmente a la espera de una nueva Ley de promoción de Hidrocarburos.