Azerbaiyán con la mira en Vaca Muerta: algo no habitual en estos capitales
El gobierno de Bakú busca ganar influencia en la región a través de proyectos de cooperación e inversiones en sectores estratégicos. La nueva estrategia ya tiene a Argentina en la mira.
El pasado 16 de marzo el presidente Alberto Fernández, acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo una conversación con un grupo de inversores internacionales de una decena de países, instándolos a desembarcar en la Argentina y aprovechar las oportunidades que hoy ofrece el país.
Sin dudas, es un mundo complejo en el contexto de la pandemia de Covid-19 pero los hombres de negocios están acostumbrados al riesgo, y cuanto mayor es el riesgo -en el caso de la Argentina por la vulnerabilidad de su economía y no tanto por la situación sanitaria- mayor también es el retorno que se pide por las inversiones.
El encuentro se realizó por videoconferencia desde la Quinta de Olivos, y de ella participaron 18 fondos de inversión, con foco en el sector petrolero, obviamente con Vaca Muerta como objetivo, pero también minería (metalífera y de litio) e infraestructura básica. Son las grandes apuestas del Gobierno para el día después de la pandemia, además del sector agroindustrial, claro, la locomotora de la economía nacional.
“Argentina tiene un sinfín de capacidad para aumentar su producción y su desarrollo que lo único que necesitan son capitales que los movilicen”, remarcó el Presidente durante su intervención.
Y agregó: “Quisiera alentarlos a que vuelquen su mirada en la Argentina”. En ese sentido, enfatizó que el país “ofrece muchas oportunidades”, como las que presenta Vaca Muerta en tanto es la segunda formación de shale gas del mundo; la explotación del litio, que viene creciendo a pasos agigantados en los últimos años en el norte del país y, por cierto, la producción agropecuaria y su industria vinculada, entre otras.
Al respecto, el mandatario explicó las “amplias perspectivas nacionales para un mayor desarrollo de la agroindustria” y destacó que la “posibilidad de que la Argentina se convierta en un productor de alimentos del mundo es muy cierta. Lo que falta son inversiones que monten esas industrias para elaborar la producción primaria local”, intentó seducir.
Entre los asistentes había fondos de inversión estatales y privados de países tan disímiles como China, Japón, Estados Unidos, India, Italia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán, Bahrein, Singapur, Brasil, Tailandia y Azerbaiyán.
Hasta donde se sabe, no es habitual que capitales azeríes miren con atención las oportunidades de negocios en esta parte del mundo, y en especial en la Argentina.
Pero todo indica que la participación de un fondo de inversión de Azerbaiyán en una convocatoria oficial de nuestro país, no es casual.
De hecho, el embajador de ese país en Argentina, Rashad Aslanov, tuiteó días pasados acerca de la visita que realizó a la empresa INVAP (Investigaciones Aplicadas S.A.), con sede central en San Carlos de Bariloche y dedicada a la fabricación y exportación de reactores nucleares de baja potencia, con fines médicos y de generación eléctrica.
“Visitamos @invapargentina para conocer sus campos de investigación científica-tecnológica y descubrir las oportunidades de cooperación en sector de altas tecnologías con las instituciones relevantes de Azerbaiyán”, escribió.
Entre los participantes de la videoconferencia con el presidente argentino y el ministro de Economía estuvo Israfil Mammadov, CEO del State Oil Fund of the Republic of Azerbaijan (SOFAZ), un fondo de inversiones estatal que maneja una cartera de 43.564 millones de dólares (al 1 de enero de 2021).
El fondo fue creado el 29 de diciembre de 1999 por decreto del entonces presidente azerí, Heydar Aliyev, padre del actual mandatario con recursos públicos.
El SOFAZ Building, la nueva sede corporativa del fondo, fue inaugurado el 29 de diciembre de 2014 por Ilham Aliyev y en la descripción de sus particularidades, el gobierno azerí señala:
“SOFAZ Tower es un proyecto único que combina la historia antigua de las escuelas de alfombras de Azerbaiyán con las innovaciones tecnológicas más recientes”.
Y agrega que la Torre “realmente encarna tanto la historia como los desarrollos futuros del país. Los motivos de las escuelas de alfombras de Tabriz, Shirvan, Ganja, Karabaj, Gazakh, Guba, Irevan, Bakú y Nakhchivan se utilizan ampliamente en todos los rincones del edificio”.
El CEO Israfil Mammadov, es un economista de 47 años, con estudios en el Instituto de Estudios Internacionales de Moscú, y en las universidades de Stanford, Yale y la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.