El aumento del 9% es insuficiente para cubrir el presupuesto para energías en el país
Los subsidios energéticos, por rechazo a aumentos en las tarifas (congeladas desde principios de 2019) y represalias en las urnas en un año electoral, pueden jugarle una muy mala pasada al futuro PBI. Será difícil con la situación actual llegar a la meta planteada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la Ley de Presupuesto 2021.
Según estiman las consultoras y el propio Guzmán, el aumento tendría que ser de alrededor del 30 por ciento para que el porcentaje se mantenga estable en un 1,7 por ciento del PBI. El tope se había marcado en 2014 cuando el gráfico exhibió un 2,8 por ciento en relación al PBI y luego se desinfló hasta su piso de 1,1 por ciento en 2019, cuando comenzó el freezado tarifario.
Sin embargo solo se anunció un aumento del 9 por ciento en las boletas de luz para AMBA, mientras que en el caso del gas, aunque aún falta su oficialización, sería del 6 por ciento. Flaquea la meta económica del ministro a cargo.
«La idea de Guzmán ya está descartada porque, aunque el nivel de aumento sea con dos de 9 por ciento, no se llegará a los valores. Los subsidios económicos pasaron de representar un 1,6 por ciento del PBI en 2019 a 2,6 por ciento el año pasado, lo más probable es que en 2021 crezcan a 2,8 por ciento. Esa proyección la hicimos con una expectativa de inflación más baja y un aumento del costo de generación de energía menor, pero, aun con el incremento anunciado, el valor se mantiene. Hoy hay una situación fiscal más ordenada pero no hay que confundir factores transitorios con permanentes porque el próximo año la ecuación de aumento de jubilación va a estar por encima de la inflación y ahí van a tener un problema en los gastos», apunta Matías Sturt, director de la Unidad Economía de la consultora Invecq.
Para este año, el presupuesto aprobado prevé una erogación de $ 623.682 millones en materia de transferencias corrientes para el sector energético. El 70 % de ese dinero desemboca en la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), que es la encargada de comprar la energía a los generadores y luego venderla a los distribuidores.
El porcentaje del costo de generación eléctrica que efectivamente pagan los usuarios varió bastante en los últimos años. De aquel 15 por ciento récord en 2015 llegó a un 64 por ciento cuatro años después tras los aumentos tarifarios durante la gestión de Juan José Aranguren. Con el congelamiento bajó al 54 por ciento y, según un informe de Invecq, sobre la base de datos de Cammesa, este año sería del 39 por ciento.
Durante los primeros 3 meses, de acuerdo con el informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) se transfirieron $ 105.150 millones en subsidios de gas y luz, lo que marca un alza interanual del 228,1 por ciento respecto al periodo enero-marzo 2020. En la última década, el Estado destinó US$ 129.500 millones en subsidios a la energía, según el Instituto Argentino de Energía «General Mosconi». Solo un 15 por ciento fueron para inversiones.