La energía eólica del Río de la Plata sería una gran fuente de energía limpia según investigadores argentinos
Investigadores del Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de La Matanza (DIIT-UNLaM) analizan la posibilidad de implementar dicha variable energética desde la zona del Río de la Plata, por sus condiciones promisorias de viento como vector de generación de energía eléctrica sin emisión en el ámbito de CABA Y GBA y así contribuir al cambio progresivo de las fuentes de energía tradicionales desde una creciente participación de las formas renovables, en la búsqueda de reducir la emisión de gases de efecto invernadero y reducir el impacto ambiental.
“En el país se cuenta con 2600 MW de potencia instalada, cuando en el período 2005-2010 sólo había de 28 a 30 MW, un crecimiento que se debe a la instalación de molinos oleoeléctricos”.
Un equipo del Departamento de Ingeniería e Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de La Matanza (DIIT-UNLaM) analiza las posibilidades de generar energía eólica en el Río de la Plata, lo cual permitiría contribuir con la reducción de gases de efecto invernadero. Este proyecto se desarrolla en sintonía con los principios del Acuerdo de París, del que Argentina es país suscriptor.
El director de este equipo de investigación, Pablo Provenzano, comentó: “Tratamos de observar qué potencial existe para el desarrollo de energía eólica en el Río de la Plata. En principio, parece un sitio propicio, porque no solo es el río más ancho del mundo, sino que también es un canal abierto al mar, de casi 200 kilómetros de ancho en la desembocadura, por lo que los vientos marinos del Atlántico ingresan prácticamente de forma libre al Río de la Plata”.
El ingeniero Provenzano indicó que sería propicio desarrollar esta fuente de energía limpia, ya que, en las márgenes del Río de la Plata, se encuentran poblaciones como la de la Ciudad de Buenos Aires y de La Plata, las cuales demandan gran cantidad de energía y generan una gran actividad industrial, siendo el AMBA uno de los centros urbano-poblacionales más importantes del mundo. “Poder estudiar el recurso eólico para generar energías limpias es una gran posibilidad en estas zonas. Para mejorar el ambiente, una de las consignas es tratar de cambiar la matriz energética, para reducir las fuentes termoeléctricas que consumen derivados del petróleo, carbón y gas, las cuales emanan grandes cantidades de dióxido de carbono y generan el efecto invernadero”, dijo el investigador a la Agencia CTyS-UNLaM.
En esta investigación, denominada “Estudio del potencial eólico en el litoral fluvial de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires”, este equipo del DIIT analiza la masa de aire en movimiento en el Río de la Plata a partir de registros de estaciones meteorológicas. “En un proyecto anterior, hemos utilizado una estación instalada en la Universidad Nacional de La Matanza, y actualmente, estamos utilizando datos que nos proveen distintos institutos de la región, para luego realizar el análisis mediante aplicaciones estadísticas y matemáticas que permiten tener una valoración de la calidad del recurso. En nuestro país, a la fecha, el 10 por ciento de la matriz energética proviene desde las vertientes renovables. Sobre la energía eólica en particular, se cuenta con 2600 MW de potencia instalada, cuando en el período 2005-2010 sólo había de 28 a 30 MW, un crecimiento que se debe a la instalación de molinos oleoeléctricos. Esto es algo que aseguran, también, técnicos extranjeros. De aprovechar este recurso, podríamos autoabastecer de energía al país y exportar a regiones limítrofes, incluso a otras zonas transoceánicas”, manifestó Provenzano.
Para la ingeniería industrial Rosario Rodríguez, becaria del proyecto: “Esta es una temática muy importante, por lo que debemos estar en línea con las acciones a nivel global y nacional. En nuestro caso, es necesario estar al tanto de la matriz energética argentina”.
En la actualidad, en Argentina el 10 por ciento de la matriz energética viene de fuentes renovables, aseguran los expertos. En el año 2015, los mandatarios de la gran mayoría de los países suscribieron el denominado Acuerdo de París. “En nuestro proyecto, otras de las cuestiones que estamos estudiando es acerca de cuáles son las consignas que indica este Acuerdo internacional en pro del saneamiento ambiental y cuál es el grado de cumplimiento de los países y, en particular, de Argentina, que es suscriptora”, afirmó la ingeniera Rodríguez.
“Se nota una creciente conciencia ambiental en el país. Lo ambiental atraviesa todas las disciplinas. Ahora que también contamos con una Ley de Educación Ambiental, es fundamental el tratamiento de estos temas desde las aulas, porque es una cuestión que nos afecta a todos. Es un hecho que la acción individual también tiene peso, como por ejemplo reemplazar el uso del auto por la bicicleta cuando es posible, acciones como reciclar, apagar las luces que no se están usando, todo suma para aportar al planeta”, concluyó Provenzano.