Reactivar los campos maduros de Río Negro
La provincia de Río Negro busca potenciar la actividad en los yacimientos a través de planes estímulo y nuevas licitaciones.
El secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, señaló que registraron en yacimientos maduros de la Cuenca Neuquina un “abandono inconcebible”. Sus afirmaciones abrieron el debate en torno al compromiso de inversiones en áreas convencionales, sobre todo en la provincia de Río Negro.
Mayormente las inversiones apuntan a Vaca Muerta, y en la antesala del proyecto de Ley de Promoción a las Inversiones Hidrocarburíferas que impulsa el gobierno nacional y que plantea incentivos especiales para poner en valor los viejos yacimientos, la actividad en campos convencionales rionegrinos toma otra dimensión y tiene nuevas oportunidades.
Según las empresas y funcionarios, no hay una desinversión planificada en lo que se denomina “viejo petróleo”, sino que la cuestión pasa por resolver un interrogante central: ¿es económicamente viable para los inversores manejar un bloque maduro? “Es caro, pero sigue siendo rentable. El año pasado quizás no lo era, pero hoy sí”, razona un importante funcionario rionegrino al respecto. La discusión que surgió busca entender la prioridad en los campos de producción del crudo convencional: la actividad o el aumento de puestos de trabajo.
En esta región de la cuenca, el control de las inversiones y los compromisos ambientales están en manos de la Secretaría de Energía y la Secretaría de Ambiente de Río Negro. En cada área comprometida, analizan el accionar de las firmas distribuidas a lo largo y a lo ancho del diverso mapa petrolero, entre explotación y exploración, hay más de 15 firmas involucradas. El gobierno de Arabela Carreras pretende ampliar el espectro con la exploración de zonas y la posibilidad de nuevas licitaciones.
Todas las empresas que renegociaron sus contratos con la Provincia, tienen planes de inversión presentados tanto en remediación como en sostenimiento, y el Estado provincial es el encargado de monitorear los compromisos asumidos año por año desde que se firmaron.
Las áreas que estaban en manos de YPF o Petrobras, hoy bajo la órbita de otras empresas, tenían superpoblación de cuadrillas en relación con la baja productividad de los yacimientos explotados durante varias décadas. Actualmente, para las nuevas operadoras no se recortaron servicios, pero sí se hicieron más eficientes las tareas. Los pozos requieren mayor inversión con el paso del tiempo.
Estación Fernández Oro (EFO), el yacimiento de tight gas estrella de Río Negro, es parte de los grandes activos de YPF en la provincia. Las inversiones, aseguran, están garantizadas y expuestas en la apertura de una oficina de alta tecnología que demandó 300 millones de pesos, o en el desembolso permanente para contener el declive natural del depósito que genera el 42% del gas de la provincia.
Con la inyección de capitales para sostener la actividad (como en el área Los Caldenes) o tratar de que se frene el declino con workovers, en la terminación y reparación de pozos, el compromiso de YPF se mantiene, asegura un funcionario rionegrino conocedor de los planes comprometidos por las compañías. Lo mismo sucede en otras operadoras como President Petroleum, Capex SA, Vista Oil & Gas, Aconcagua, Tecpetrol, Petróleos Sudamericanos, Pluspetrol y Medanito.
El desafío de operar los yacimientos maduros es el perfeccionamiento para que el costo de trabajo acompañe el declino natural de estas áreas. La idea, señalan, es mejorar la eficiencia en estos campos donde el declino es natural.
El gobierno rionegrino busca ampliar las fronteras de la actividad. Para generar inversiones en campos maduros, lanzó la ley de promoción a los pozos de baja productividad. A su vez, hay 18 áreas que no tienen operador y están a la espera de una licitación. Cinco Saltos y Confluencia son las áreas hidrocarburíferas que van camino a una licitación.
Como parte del grupo sin operación, avivan la expectativa de las empresas. Otras superficies que están en espera son El Cuy, Meseta Baya, Aguada de Córdoba, Catriel Viejo sur, Cerro Chato, Loma Kauffman, Villa Regina, Puesto Guevara, Jagüel de los Milicos, Lago Pellegrini, Jagüel de Bara y Angostura Norte.
“Pude ver gran porcentaje de los equipos de bombeo parados. Aquí es cuando uno se da cuenta del abandono que están teniendo estos viejos bloques de más de 40 años y que han pasado por todas las etapas de recuperación. Ahora, prácticamente todas las empresas han perdido el interés en invertir en este tipo de zonas, porque prefieren invertir en Vaca Muerta”, advirtió Guillermo Pereyra, en plena gira electoral por los yacimientos de la Cuenca Neuquina junto al candidato a sucederlo, Marcelo Rucci, y apuntó sus críticas a las empresas concesionarias en la provincia de Río Negro.
El dirigente aseveró que esos campos aún tienen perspectivas de actividad, “pero se trata de explorar y trabajar en recuperación secundaria y terciaria, no de abandonarlos y hacer un vaciamiento de infraestructura”.
La situación de los yacimientos maduros de larga data de explotación suele desembocar en una segunda etapa de producción para afinar la recuperación del crudo.
La técnica más habitual es la recuperación secundaria, que mediante la inyección de agua permite presurizar los reservorios, generando un impacto considerable en la producción y en las reservas gracias al barrido del petróleo localizado en los reservorios.
Por otro lado, se encuentra una técnica más compleja y costosa como la recuperación mejorada de petróleo por inyección de polímeros. Se trata de una tecnología que ya tiene varios años de experiencia en la Argentina, y aunque ha logrado algunos buenos resultados, son escasos los proyectos que se han llevado adelante.
En el país hay seis proyectos de recuperación terciaria de ese tipo, tres en la Cuenca Neuquina y otros tres en el Golfo San Jorge.