Bolivia encontró un megacampo de gas natural y la pelea por las ventas a Argentina se intensifica
El Gobierno prevé importar este invierno 2.142 MMm3 de Bolivia, que representan el 9% de la demanda total de gas, sin embargo aún no se sabe a qué precio.
El campo Margarita (en Tarija) y Huacaya (Chuquisaca) forma parte de uno de los principales reservorios de gas de Bolivia, donde operan Repsol y otras empresas extranjeras bajo concesiones del Estado boliviano, a través de YPFB.
«Iniciamos el año pasado una exploración en el pozo Margarita Huacaya (…), nos está dando buenos resultados, hermanos, estamos encontrando reservas de gas en este pozo que explorábamos en nuestra gestión en el orden de 300 a 350 billones de pies cúbicos», dijo Luis Arce en la ciudad Oruro.
La petrolera estatal boliviana YPFB dijo en un comunicado que «la producción de este pozo generará ingresos al Estado de más de 260 millones de dólares/año». «YPFB y Repsol hacen sus mayores esfuerzos para poner a disposición de los mercados esta producción en el menor tiempo posible», declaró el presidente de la compañía boliviana, Armin Dorgathen.
Por años los hidrocarburos fueron el principal sector exportador de Bolivia, pero en el último tiempo fue superado por la minería (oro y zinc mayormente). En 2021, las exportaciones de Bolivia sumaron u$s 10.936 millones, 59% más que el año anterior. De dicha suma, u$s2.343 millones corresponden a hidrocarburos y u$s5.880 millones a minerales, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Mientras Argentina negocia la compra de gas al vecino país para el invierno venidero, el presidente boliviano, Luis Arce, anunció el hallazgo de un megacampo de gas natural, que según se calcula, generarán ingresos adicionales al fisco por más de u$s260 millones anuales cuando sean explotadas.
El hallazgo fue hecho en el pozo «Margarita-10», que opera la compañía española Repsol, en el campo Margarita-Huacaya, uno de los principales reservorios de gas natural del país, que abarca parte de las regiones de Chuquisaca y Tarija, en el sur del país. El gas natural es una de las principales exportaciones de Bolivia y la Argentina es un comprador histórico.
La Secretaría de Energía estimó que se necesitará de mayo a septiembre una producción de gas nacional, que representará 73% de la demanda con 17.995 MMm3, se deberán importar 2.142 MMm3 de Bolivia que cubrirá el 9% de la demanda, y se requerirá importar 4.406 MMm3 equivalentes de GNL para cubrir el 18% restante.
Luego de que el petróleo se halle con el barril a u$s 90, el combustible de la transición energética se encareció en el mundo y en el Gobierno nacional ahora afinan el lápiz para lanzar una nueva licitación internacional por provisión de GNL, sin tener que desembolsar una suma exorbitante de dólares para una cuestión energética.
La proyección para este año es que las importaciones de gas desde Bolivia de GNL y de combustibles líquidos para el parque de generación eléctrica sean de u$s5.500 millones, un número bastante elevado que no ve con buenos ojos el Banco Central. El aliciente es que mientras en el Norte hoy suben los precios por el frío y una mayor demanda de GNL, cuando a Argentina llegué el invierno el consumo mundial baje y los precios se relajen.
En 2020 Argentina importó a razón de 21 MMm3/d, pero el año pasado esa demanda cayó a 14 MMm3/d, por el declino de la producción de gas boliviano. El nuevo contrato (sexta adenda) entre Integración Energética Argentina (IEASA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debía estar firmado el 31 de diciembre pasado, pero por falta de acuerdo las negociaciones seguirán abiertas hasta el 30 de abril. Momentáneamente el compromiso asumido es entregar 7,5 MMm3/d de gas, pero en invierno esa cifra trepa a por lo menos 12 MMm3/d.
Tras el aumento de precios del GNL a nivel mundial (u$s25 por MmBTU), el Gobierno busca aprovisionarse de gas boliviano a menor costo. En la quinta adenda se acordó para el 2021 u$s 5,10 en invierno y u$s4,82 el resto del año. Sin embargo, desde el país vecino ya avisaron que la oferta inicial de u$s5 por millón de BTU promedio ya no corre. Ahora, tras el nuevo descubrimiento se habla de alrededor de u$s7,5.