La crisis del gasoil tiene una solución simple y no está en Vaca Muerta
La solución del problema que afecta el normal abastecimiento de gasoil mineral por estos días es política.
La industria argentina de biodiesel en el período que resta del año está en condiciones de entregar 1.368 millones de litros.
Difícil entender cómo puede combinarse una crisis en el abastecimiento de gasoil en un país que contiene a Vaca Muerta y a una Vaca Viva potente con clase mundial. Se dice que Vaca Muerta está en el podio mundial por su potencial reserva de gas y petróleo, aunque muchas de ellas sin cuantificar fehacientemente. Por otro lado, la Vaca Viva es la mayor exportadora mundial de biodiesel y de su principal insumo, el aceite de soja.
Sin embargo, a pesar de ello, Argentina es importadora neta de gas y de gasoil desde hace muchos años. Falta de políticas, leyes inadecuadas y falta de estímulo a las inversiones productivas de largo plazo son la causa de este escenario increíble para foráneos. Recordemos la malograda ley de biocombustibles aprobada el año pasado. Está no solo violó acuerdos internacionales asumidos por Argentina sobre el principio de progresividad, que están por encima de la Constitución Nacional, al reducir el corte de biodiesel con gasoil e impedir el crecimiento del corte de naftas con etanol, sino también generó las condiciones para que hoy en 19 provincias haya falta de gasoil. Esto afecta toda la economía al parar las cosechas y siembras en marcha, complicar toda la logística de transporte y comercialización interna y externa, acelerando la inflación vía mayores costos.
Veamos algunos números que muestran dónde estamos y qué se podría hacer. Tenemos un consumo anual total de gasoil de 14.000 millones de litros, de ellos 13.000 millones están sujetos a corte. Hay picos estacionales como los meses actuales por la combinación de cosecha de la gruesa (Maíz, soja) y siembra de la fina (trigo, cebada). Las refinerías nacionales están en condiciones de producir unos 11.500 millones de litros. Es decir que hay un déficit estructural de 2000 millones de litros del consumo total.
La nueva ley bajó el mandato de corte del 10 % al 5%, con el agravante que ni las empresas ni el estado lo controlan y en realidad el corte actual es de solo el 4%. Con el B10 (10% de corte) se hubieran incorporado 1.300 millones de litros y serán solo 460 millones. Es decir 840 millones que sumados al déficit estructural serán en realidad casi dos mil millones de litros, el 14% del consumo total más la demanda para generar electricidad.
Pero como los precios del gasoil en surtidor están muy por debajo de la paridad de importación –la brecha promedio es mayor a un 30 %- los refinadores de petróleo tratan de importar lo mínimo posible, y restringen su oferta de gasoil en el mercado local. Los datos de los faltantes son reveladores que las presiones sobre las empresas y a YPF fracasan porque de hacerlo a las empresas les genera un quebranto que parcialmente solo pueden cubrir exportando petróleo no refinado. Para minimizar las pérdidas los refinadores de petróleo tratan de vender gasoil mineral a paridad de importación, por lo que se registran precios en este segmento de entre $ 170 y $ 200 por litro, y aún más.
De los datos que se manejan la industria argentina de biodiesel en el período que resta del año está en condiciones de entregar 1.368 millones de litros de biodiesel, cantidad que resolvería satisfactoriamente la escasez actual de gasoil mineral, sustituyendo así importaciones de este último. Las razones en contra de refinadores en relación a costos (sin considerar la falta absoluta de dólares en el Banco Central) o funcionalidad ya han sido suficientemente rebatidos. Si hay que resolver vía un Decreto de Necesidad y Urgencia, en un tema nunca más tan necesario y urgente algunos temas como la habilitación de las empresas grandes a comercializar en el mercado interno, aumentar el corte y minimizar asimetrías entre empresas. Por otro lado, la Secretaría de Energía debería autorizar a comercializar una mezcla con un contenido de biodiesel hasta un 20 %. En definitiva, la solución del problema que afecta el normal abastecimiento de gasoil mineral por estos días, es política, siempre lo fue.
Nada que nosotros y muchos expertos e instituciones no hayamos advertido en su momento en todos los foros posibles a los autores de la Ley 27.640 aprobada en forma ajustada, que sustituyó a la Ley 26.093 que había salido casi por unanimidad, ellos son responsables junto a quienes la votaron en ambas cámaras del Congreso de ignorar o menospreciar, por bajos intereses, desidia o razones no expuestas públicamente los argumentos fundados en datos y antecedentes. Varios actores internos de las cadenas del bioetanol y biodiesel también fueron coparticipes de última instancia a pesar de que habían colaborado de un proyecto de ley integral que contemplaba todos los escenarios productivos, ambientales y de políticas públicas dejado de lado a último momento.
Hay una Vaca, la Muerta que le queda poco tiempo para ser aprovechada ya que en algunos años no tendrá mercados. Otra, la Viva que es parte de la solución de una parte relevante del desarrollo federal del país, a la que se la ordeña y no alimenta adecuadamente. Esta crisis inédita del gasoil es una muestra más de la falta de una dirigencia que entienda su presente y diseñe un futuro común en un Plan País que sume y no reste.
Fuente: Clarín