GNL: Economía apura ley con beneficios tributarios
En Economía ultiman detalles de la presentación del proyecto para las inversiones en Gas Natural.
Aún sin convocatoria formal a sesiones extraordinarias, la eventual agenda que podría desplegar el Poder Ejecutivo en el llamado al Congreso tiene altas chances de nacer herida de muerte. Y es que el pedido de juicio político contra los cuatro integrantes de la Corte Suprema, empañó aún más el difícil clima de convivencia imperante entre el Frente de Todos, y Juntos por el Cambio.
Pese a ello, el Ministerio de Economía a cargo de Sergio Massa continúa avanzando en el paquete de leyes económicas, una de ellas, la de Gas Natural Licuado (GNL), tal como contó este diario en más de una oportunidad.
Según el borrador al que pudo acceder El Economista, la iniciativa que aún no fue formalmente presentada declara «de interés público nacional la licuefacción de gas natural con destino a la exportación de GNL», y tiene a su vez como uno de sus fundamentos principales el desarrollo de la cadena de valor de la industria del GNL promoviendo exportaciones y propiciando el desarrollo tecnológico del sector.
La iniciativa en la que aún trabaja la Secretaría de Energía, a cargo de Flavia Royón, busca crear «un Régimen de Promoción de grandes proyectos, el cual comprende el transporte del gas natural destinado a la producción de GNL, su licuefacción, almacenaje y transporte; y su comercialización y exportación».
En dicho contexto, desde Economía pretenden establecer un diagrama temporal en el que los «beneficiarios serán aquellos que presenten proyectos dentro de los primeros 3 años de su sanción», con la chance de ser prorrogable por otros tres años más, siempre que la autoridad de aplicación (Energía) lo considere.
Además, la iniciativa que busca dar un marco de previsibilidad a inversiones pensando en la producción de Vaca Muerta (el gasoducto Néstor Kirchner debe estar listo para el 20 de junio), «otorga beneficios fiscales a proyectos que comprometan como mínimo una determinada inversión y una capacidad mínima de producción de toneladas de GNL» anuales.
Dentro dichos beneficios tributarios se encuentran el Impuesto a las Ganancias, devoluciones en materia de IVA, exenciones por importación de bienes (siempre un rubro sensible por la demanda de dólares) y condiciones favorables respecto de los derechos de exportación que oscilan en función del precio.
También contempla un «compromiso de estabilidad fiscal y regulatoria», además de la «garantía» de un porcentaje de libre aplicación de las divisas obtenidas por las exportaciones con un horizonte de tres décadas. También contempla garantía de «estabilidad regulatoria cambiaria» para el pago de deudas financieras, es decir, que el inversor tendrá la certeza de que contará con las divisas necesarias para hacer frente a eventuales créditos.
Al mismo tiempo en la letra del proyecto se pretende garantizar el «transporte y suministro del gas natural» para los proyectos junto con la posibilidad de acceder a autorización de exportación en firme de «GNL 365», por un período de tres décadas.
Como contraprestación, la ley de ser aprobada le exigirá a las empresas (siempre según lo que contiene el borrador), requisitos de integración de contenido nacional y contribución al desarrollo local con una escala periódica, como condición para el mantenimiento de los beneficios tributarios y cambiarios. El objetivo del mismo según explicaron fuentes oficiales ante este diario, es lograr que los proyectos con el paso del incorporen bienes e insumos producidos en el país, generando ahorro de divisas, inversión y tecnología local, además de puestos de trabajo.
El ministro Massa insiste en que el sector de los hidrocarburos será uno de los principales ejes de crecimiento para el país en las próximas décadas y el desarrollo del sector de GNL habilitaría exportaciones a países no limítrofes.
Pese a ello, el paquete de iniciativas de corte económico y productivo tiene altas chances de languidecer, en medio de la feroz pelea entre oficialismo y oposición por la Corte.
Fuente: El Economista