Los hermanos Costa buscaban un proyecto que los hiciera sentir “orgullosos” y terminaron trabajando para llevar la energía solar al medio del campo
Si hay algo que a la provincia de San Juan no le falta es sol, y la familia Costa decidió comenzar a capitalizar ese abundante recurso combinándolo con otro, el conocimiento.
Nacidos y criados en el campo, los hermanos Costa observaron siempre desde cerca las demandas del sector agropecuario, que en muchos casos se vinculaban con la falta de electricidad. Los tres hermanos Costa estudiaron ingeniería pero con diferentes orientaciones –uno la industrial, otro la civil y el restante la electromecánica-, mientras su padre los entusiasmaba en volcar esos conocimientos en proyectos concretos. Hoy los cuatro juntos forman Lumager, una firma especializada en trabajos con energía solar.
“Los tres hermanos nos encontrábamos trabajando en diferentes cosas, pero siempre relacionados con la electricidad, la industria y el campo. Queríamos hacer algo que tuviera impacto, que tuviera un propósito, que nos pusiera la piel de gallina y nos haga sentir orgullosos. Ahí empezamos hacer seis años a trabajar con energía solar, y hace cuatro con proyectos íntegramente desarrollados y construidos por nosotros”, contó Matías Costa, actual director de Lumager, a Bichos de Campo.
Desde su inicio la firma siempre tuvo en claro que no buscaba vender un producto sino un servicio especializado que se enfocara en las necesidades que cada cliente particular enfrentara en su campo.
“Sabemos lo que es porque nosotros somos clientes también. Por eso trabajamos por proyecto y entregamos los materiales instalados en el campo llave en mano. No es que hay un enlatado sino que aparece todo por necesidad. Nosotros acercamos una propuesta, opciones y vemos cómo lograr el mejor proyecto. Una vez cerrado eso lo ejecutamos y lo entregamos funcionando”, explicó el joven ingeniero.
Este objetivo no fue sencillo en el comienzo, ya que la familia debió hacer en paralelo una tarea de capacitación a los productores.
“Al principio esto era muy desconocido. Hace seis años la gente no tenía idea si generaba electricidad o calentaba el agua. Si bien teníamos una trayectoria como empresa de más de 20 años, no teníamos una trayectoria en energía fotovoltaica ni un proyecto para mostrar. Al principio fue convencer y educar a la gente. La tecnología ha crecido casi un 300% desde que arrancamos hasta ahora”, afirmó Costa.
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-¿Cuáles son las necesidades entre los productores?- le preguntamos.
-Hay como dos grandes grupos. Está lo que es reemplazo de molino para aguada, para lo cual tenemos una bomba que te garantiza rendimiento diario y es de muy fácil instalación. Eso ofrece una solución a muchos problemas sobre todo de pozos que se secan o para los que hay que hacer una perforación más profunda. Nosotros trabajamos con un equipo de ingeniería de bombeo, entonces también proveemos bombas y le ayudamos al cliente a poder tener un pozo productivo de acuerdo a sus necesidades. El segundo grupo es lo que nos gusta, porque tenemos que meternos, arremangarnos y hacer pensar a la cabeza para desarrollar un proyecto de ingeniería.
-¿A qué te referís?
-A proyectos de bombeo grande, por ejemplo para un feedlot o para un riego por un pivote central. Lugares donde antes competías con un grupo electrógeno que puede ir, por ejemplo, de los 10 KVA (kilovoltiamperios) a 5 KVA monofásico, o de diez KVA trifásico hasta 150 KVA. Estamos hablando de consumos de gasoil importantes. Ahí la energía solar gana por goleada. Un proyecto así te dura 20 o 25 años, o sea que haces una inversión y por 20 o 25 años congelas el costo del gasoil.
-¿Cuánto me sale hacer esto para un lote ganadero al que tengo que llevarle agua? ¿Es inalcanzable?
-No, de hecho es algo que está muy al alcance de la mano. Un sistema como el que te estaba mencionando, que tiene dos paneles con una estructura que es fácil de montar, que es todo encastrable, y no necesita prácticamente instrucciones, te sale entre 2000 y 2.500 dólares oficiales. Estamos hablando 400.000 pesos en total, el proyecto entero con asesoramiento y materiales. Hoy si tenés que compararlo con un grupo electrógeno o con reparar un molino, es muy competitivo.
-¿En cuánto tiempo amortizas eso?
-De acuerdo al uso del sistema, entre dos y seis años es el tiempo que ronda en la mayoría de los proyectos el tiempo de repago de la inversión. Por ahí hay algunos que se pueden repagar un poquito antes. Depende bien de cómo esté el uso, cómo sea el consumo, si va a tener algún componente de baterías o no, si va a usar de manera complementaria un grupo electrógeno, porque hay sistemas que son muy grandes y necesitan en la noche, por ejemplo, ayudarse con un grupito electrógeno. Entonces, dependiendo cómo va a ser la configuración final del sistema, es que va a rondar entre los dos años y los seis años de repago.
-¿Todavía se les eriza la piel con esto?
-Sí, nos encanta, nos apasiona. Estamos muy contentos de recibir gente que nos acerca por ahí a otros problemas que nos sacan de nuestra zona de confort y nos obligan a desarrollar soluciones. Estamos para eso.
Fuente: Bichos de Campo