Lanzan la Cámara de Comercio Argentino Turca: «Queremos abrir puentes entre empresas y países»
Ozgur Demir, secretario general de la entidad, buscar fortalecer relaciones bilaterales empresarias y atraer inversiones para el país en sectores como la energía, minería, construcción y telecomunicaciones, entre otros.
La Cámara de Comercio Argentino Turca (CCARGTUR) comenzó a operar hace solo cuatro meses y ya busca potenciar los vínculos con el país y la región. Ozgur Demir, un experimentado hombre de negocios que habla perfecto español y carga con 20 años de trabajo como funcionario administrativo en la embajada en Buenos Aires, es el secretario general de la entidad. “Mi primer objetivo es guiar a los turcos en Argentina para que inviertan”, confiesa ante las consultas de Ámbito.
La CCARGTUR es la primera y única cámara turca con aprobación de la IGJ. Y Demir quiere extender lazos comerciales en sectores estratégicos, que todavía no fueron explorados por ambas naciones: se interesa mucho en energía, minería, construcción, telecomunicaciones, farmacéutica, turismo, biotecnología, maquinarias textiles, servicios basados en el conocimiento y automotores. Admite que si bien los países tienen más de un siglo de relaciones diplomáticas, en el rubro comercio hay mucho por hacer.
Lo que más compran los turcos es harina de soja, legumbres secas y algodón crudo argentinos. Lo que más llega de Turquía son combustibles, motores, autopartes (pastillas y discos de freno, filtros de aceite), electrodomésticos, bloques de hierro, camiones de carga y artículos de electricidad o textiles. “Queremos descubrir la riqueza y la materia prima que tienen y aplicar alta tecnología turca, ensamblar bienes y trabajar juntos”, anuncia.
Demir está instalado en el país desde principios de la década del 2.000, vive en la Ciudad y tiene tres hijos argentinos. Gesticula, reflexiona y hace ademanes como uno más. “Argentina es un gran país de inmigrantes”, resaltó en diálogo con este medio. “Todos son muy bien recibidos, acá son gente muy hospitalaria, chistosa, y cuanto más chiste y más diálogo, se hacen mejores vínculos comerciales. Acá no hay religión, ni raza, ni color para hacer negocios”, subrayó el líder de la cámara empresaria.
La última exploración de vínculos comerciales entre Turquía y Argentina sucedió a mediados de 2022, con el viaje de una comitiva argentina a Estambul. Esa misión buscó fortalecer relaciones y atraer inversiones para el país, particularmente para potenciar a las pymes y generar más empleo nacional, en los sectores de turismo, agua y saneamientos, biotecnología, alimentos y farmacéutica. Pero en paralelo se avanzó con la redacción de tres Memorandos de Entendimientos que todavía no se oficializaron: en agricultura, transporte y medicamentos. En 2021 el comercio bilateral fue superavitario para la Argentina, con exportaciones a Turquía por u$s560 millones, de un intercambio total de u$s850 millones. Pero los turcos consideran que esas cifras son incipientes, que hay mucho por hacer y que se necesita avanzar con acuerdos en otros rubros.
Un buen ejemplo del camino a seguir fue la creación de empresa turca-argentina bautizada “GSATCOM Space Tecnologies”, de INVAP y Turkish Aeropsace Industries (TAI), para desarrollar satélites geoestacionarios de nueva generación para telecomunicaciones y ofrecer en conjunto a América, Europa y Asia. Pero hay más, mucho más.
Periodista: ¿Con qué región se integra más comercialmente Turquía?
Ozgur Demir: Está integrada con Europa, pero a la vez con Asia. Turquía es un país de mucha demanda y oferta. Tiene mucha relación con Asia Central, donde están Azerbaiyán, Uzbekistán, Kazajistán, y otros países turcos. Allí tenemos relaciones bilaterales porque nos une la misma cultura, religión, nuestro descendiente de donde viene la raza turca. Pero también con los chinos, que dominan el mercado mundial hoy. También en Medio Oriente con Siria, Irak, Irán, esas son nuestras fronteras y es inevitable no tener contactos, es como nuestro propio Mercosur. Y también estamos integrados en libre comercio y aduana con comunidades europeas. No somos miembros de la Comunidad, pero somos miembros comerciales, libres de impuestos. Y por supuesto obviamente tenemos relaciones con Estados Unidos. Lo que no está tan descubierto es Sudamérica, y para nosotros es muy importante América Latina. Para tener en cuenta, solo en 2021 Turquía exportó al mundo u$s225.000 millones.
P.: ¿Por qué consideran importante a América Latina?
O.D.: América Latina no es solamente importante para Turquía, sino para el mundo. Tiene grandes reservas de agua dulce potable, energía, litio, biogás, petróleo, pesca, granos. El futuro va a estar en esta región, ya lo demostró la pandemia y la Guerra entre Rusia y Ucrania, cuando se generó un el problema de la falta de alimentos y de gas, principalmente.
P.: ¿Qué les interesa en particular?
O.D: Descubrir la riqueza y la materia prima que tienen Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Perú y aplicar alta tecnología para reemplazar modos de producción, ensamblar bienes y trabajar juntos. Hoy en día el mundo es global, no se puede estar solo, no se puede decir yo saco mi petróleo, hago lo que quiero. Turquía quiere estar en un rol importante, buscar nuevas inversiones. Ustedes tienen Vaca Muerta, la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta de shale oil. Allí hay más de 30 empresas en actividad y cientos de pymes y operadores extranjeros. La reciente inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, con capacidad a futuro para transportar más de 21 millones de metros cúbicos, es maravillosa. Lo hicieron en 178 días, un récord mundial, dará energía a miles de personas e industrias argentinas, y de otros países, y encima se ahorrarán unos u$s4.200 millones anuales a partir del año próximo. También tienen pensado construir una planta de GNL para exportar el gas licuado, y cambiar la matriz energética, en lugar de importa entre 45 y 60 barcos, ahora piensan en exportar más de 460. En litio ya tienen tres proyectos funcionando y otros cinco en construcción. Dicen que si todos esos están en operación se producirán más de 200.000 toneladas de carbonato de litio por año, indispensables para la transición energética, como lo es el cobre, que también tiene proyectos en Catamarca, Salta y San Juan. En todos esos sectores queremos ayudar.
P.: ¿Cuáles es la relación comercial con Argentina?
O.D.: Diplomáticamente tenemos más de 102 años de relación, pero la diplomacia no es todo, también hay que completar con relaciones comerciales, abrir diálogos, puertas. Durante los últimos 26 años las exportaciones de Turquía a Argentina subieron a un promedio anual del 13% o 14%, al pasar de u$s10 millones en 1995 a u$s266 millones en este último tiempo. Argentina es un gran país de inmigrantes, vinieron franceses, españoles, italianos, polacos, rusos, turcos, árabes, armenios, todos mezclados, somos acá en Argentina. Antes el dicho criollo era como “un turco perdido en la neblina”, porque los turcos son muy comerciantes e invadieron comercialmente al mundo desde la época del imperio, pero ahora ya no estamos perdidos. Sabemos perfectamente lo que queremos.
P.: El turco es muy afectivo con Argentina, ¿eso facilita la realización de negocios o vínculos comerciales?
O.D.: Es muy bien recibido en Argentina, no son racistas para nada, ni discriminan, son gente muy hospitalaria, chistosa, y cuanto más chiste, más diálogo, se hacen mejores vínculos comerciales. Acá no hay religión, ni raza, ni color para hacer negocios. Ese es un muy buen punto porque muchos países desarrollados todavía tienen esos problemas, pero Argentina no. Por eso los turcos tienen que venir aquí para invertir en este país. Argentina es una puerta de entrada en América Latina. Turquía viene por el Océano Atlántico y todos los vuelos vienen a Brasil, por ejemplo, lo hacen por Argentina. Y donde hay vuelo, hay paz, hay comercio, hay transporte de personas.
Sin dudas uno de los productos turcos más consumidos en la Argentina son las telenovelas. El nivel de audiencia de “Las Mil y una noches”, que protagonizaron en la ficción Sherezade y Onur, quedó en el recuerdo de todos. Y cuando se supo que Bergüzar Korel y Halit Ergenç eran pareja en la vida real el impacto fue mayor. Demir tiene una explicación: “Hoy las novelas turcas no solamente se miran en América Latina, también en Estados Unidos y en Europa. Y mucha gente las mira porque culturalmente la Argentina y Turquía somos muy parecidos, muy familiares, de juntarnos el fin de semana, el trato entre hombres y mujeres, a las personas mayores, el respeto por los abuelos, la importancia de los derechos de las mujeres. Todo eso favorece a no tener prejuicios sobre Turquía”.
P.: ¿Qué rol cumplirá la Cámara de Comercio Argentina Turca?
O.D.: A pesar de que en el Siglo XXI tenemos toda la tecnología avanzada y que por internet compramos y vendemos, no es lo mismo que estar acá, dialogar, conectar personalmente. El rol de la cámara será de guiar y unir en las ciudades de Argentina a los empresarios turcos, y queremos que la Cámara sea una Casa Turca, con todo tipo de asesoramiento cultural, comercial y turístico. Buscamos ser los guías para ellos, ayudarlos. Como dije, ya no estamos más perdidos en la neblina, ahora hay una cámara de comercio, para darles información, asesoramiento, estadísticas, hacer contactos. Las autoridades argentinas son maravillosas, nunca dicen no, siempre nos hacen sentir bienvenidos. El rol será de incentivar el comercio y hacer conocer a Argentina y Sudamérica a los empresarios turcos y descubrir los rubros y concretar trabajos. Pero también quiero ampliar el vínculo de reciprocidad y que si a un empresario argentino quiere llegar a un mercado de Turquía o tiene uno abierto y le surge un problema de aduana o cualquier cosa, podemos resolverlo. En 2024 inauguremos oficinas de la Cámara de Comercio Argentina Turca en Turquía.
P.: ¿Y cuál va a ser su tarea dentro de la entidad?
O.D.: Como secretario general mi primer objetivo es guiar a los turcos aquí en Argentina para que inviertan, abrir puentes de diálogo entre autoridades empresarias y países. Para dar ese servicio, tenemos un equipo profesional y muy preparado.
P.: ¿En qué sectores?
O.D.: En energía, litio, biogás, biocombustibles, energía renovable, por ejemplo, la solar, construcción, farmacéutica, turismo, servicios de agua, biotecnología, maquinarias textiles, motores para vehículos pesados. Sabemos, por ejemplo, que todo el litio producido en 2022 durará solo un mes en 2040 y dos semanas en 2050, y que Argentina tiene entre 19 y 22 millones de toneladas de reservas en la Puna. También estamos al tanto que la capacidad eólica y solar a gran escala de América Latina crecerá más de un 460% para 2030, y que en la actualidad aquí abastecen el 14% del consumo total eléctrico con las energías renovables. En biocombustibles las más de 40 industrias en funcionamiento en las zonas agropecuarias del centro del país proporcionaron más de u$s1.500 millones al país, y eso es muy interesante. Es un sector que puede crecer mucho más, además que se necesita ingeniería y construcción para todo esto y también podemos darla, como con los 45 soldadores turcos que ayudaron a construir el Gasoducto Néstor Kirchner. Lo mismo que los proyectos en estudio de hidrógeno, que serán claves para el futuro de la región y el mundo.
P.: ¿Están preparando alguna misión comercial?
O.D.: Es nuestra obligación hacerlo con nuestros miembros. Cada vez somos más grandes porque nos tocan mucho la puerta, la mayoría son argentinos turcos, que nos piden enviar productos a nuestro país, pero también por ejemplo a Medio Oriente. Somos miembros de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), con la que tenemos excelente vínculo y nos aportan muchos datos. No hay que olvidar que Turquía vende más de 4.345 productos a 222 países y que importa casi la misma cantidad, pero de 212 países.
P.: ¿Argentina podría aprovechar más sus recursos naturales con tecnología turca?
O.D.: Sí, obviamente. Argentina importa un montón de productos que necesita importar, y sobre todo tiene mucha relación con China, que es casi nuestro vecino, estamos muy cerca. La ventaja de Turquía es la calidad de los productos, son europeos. Toda la producción en Turquía se produce bajo la certificación de la Comunidad Europea, pero a un precio mejor que el de Europa, porque no está en base a euros, sino en base a lira turca (N. del R.: un lira turca equivale a casi 10 pesos argentinos, menos de 0,040 céntimos de dólar o 0,035 euros). Es porque la mano de obra es mucho más barata que Europa.
P.: ¿Cuáles son las otras ventajas comerciales de Turquía?
O.D.: Turquía es un país muy industrial, no es un país petrolero. Compra en el exterior el 60% del petróleo que consume, pero también es un país muy agronómico. Turquía hace sus propios barcos, aviones, helicópteros, repuestos de diferentes industrias, como maquinarias pesadas. Está muy avanzado industrialmente y en el sector textil es el número uno. Posee un potente sector de automotores y repuestos para autos, incluso, tenemos nuestro auto nacional, el TOGG, un SUV eléctrico que justamente necesita el litio para baterías para avanzar en su producción. Tenemos productos de alta calidad a un precio muy agradable, lo que debería ser llamativo para los mercados sudamericanos.
P.: ¿Qué hace falta mejorar para ampliar el comercio con América Latina?
O.D.: Turquía hoy vende textiles a Ecuador, a Perú y también tiene una gran relación con Brasil. Obviamente, creo que hay que mejorar relaciones comerciales de importación- exportación y eso pasa por los acuerdos bilaterales. Hay que sentarse a hablar del tema rubro por rubro, qué productos tienen anti dumping y en qué sentido, porque cada país maneja su propia política de economía y comercial.
P.: ¿Qué dificultades observa del lado argentino para comerciar?
O.D.: Tiene dificultades en su importación, pero eso hay que estudiarlo bien, analizarlo, nada es imposible, no hay que rendirse. Si no puedo vender esto, puedo vender otra cosa, siempre hay una puerta para solucionarlo. El gobierno puede cambiar, pero hay que adaptarlo. Argentina es un maravilloso país para entrar comercialmente, y por eso el conocimiento es importante, hay que conocer, estudiar, no desde lejos, sino acá. Argentina necesita inversionistas y no buscan que sean turcos, árabes, chinos o europeos, sino que busca que sean inversionistas serios.
P.: ¿El acceso a dólares en la Argentina es una traba para hacer negocios?
O.D.: Para mí no, hay que buscar la manera de negociar. Sino qué hacen acá los australianos, canadienses, estadounidenses, chinos o japoneses. Si ellos vienen, algo concretan e invierten, y encima anuncian inversiones todo el tiempo. Argentina es un país maravilloso por los recursos, la energía, sus minerales, su riqueza. Son 24 provincias y hay que conocer cada una. Por ejemplo, en algunas zonas de la Patagonia hay libres impuestos, se puede instalar ahí una fábrica de la línea blanca para ensamblar, aliado con una empresa argentina, que ataque el mercado en Sudamérica desde el sur. América latina es un mercado inmenso, con 500 millones de habitantes
P.: ¿Y cómo se “ataca” ese mercado?
O.D.: Con la globalización comercial, con los acuerdos. Siempre hay solución en democracia, siempre hay solución en diálogo comercial. Aquí tenemos muy buena relación con el banco BICE de desarrollo, ellos siempre nos brindan un gran apoyo. A cualquier inversionista que traigo le dan charlas, les dan información a los empresarios para dar la confianza, eso hace subir la confianza de inversiones en Argentina.
P.: ¿Dónde se imagina a la Cámara en 10 años o 15 años?
O.D.: Lo nuestro no es solamente un interés comercial, también es una Casa Turca, de cultura. Si bien no hacemos política, nuestra política es hacer ganar dinero o vincular a la gente, somos un puente. Nuestro logo es un puente. A diez años tengo grandes proyectos para asociar a muchas empresas, servirles, que nos visten, y quizás hasta convertirnos en una Federación presente en toda América Latina, con oficinas en San Pablo y otras ciudades. Este es un continente tan virgen, tan enorme de recursos, que también hay que aprovechar la experiencia de los turcos en este mundo, en esta tierra.
Fuente: Ambito