Científicos del OIEA en cooperación con la Argentina, emprenden una misión antártica para investigar el impacto de los microplásticos
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en cooperación con la Argentina, ha puesto en marcha hoy su primera expedición científica para investigar la presencia de microplásticos en la Antártida, en el marco de los esfuerzos por combatir este problema medioambiental creciente, incluso en las zonas más remotas del planeta.
El Presidente de la Argentina, Javier Milei, y el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, se sumaron al grupo científico del OIEA en las Bases Antárticas argentinas Marambio y Esperanza, con motivo del comienzo de su misión.
También estuvieron presentes el Ministro de Defensa, Luis Petri, el Ministro del Interior, Guillermo Francos, y la Ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. El grupo de investigación, integrado por dos personas, partirá durante un mes para evaluar el impacto de los microplásticos, investigando su presencia y distribución en el agua de mar, los lagos, los sedimentos, la arena, el agua de descarga y los animales del ecosistema antártico cerca de la base argentina de investigación científica Carlini.
La misión del OIEA a la Antártida, el continente más meridional del mundo, se lleva a cabo en el marco de la iniciativa NUTEC Plastics del OIEA. Creada en 2020, NUTEC es una iniciativa emblemática del OIEA para luchar contra la contaminación por plásticos, sirviéndose para ello de tecnologías nucleares.
Mediante una red de laboratorios de monitorización de NUTEC Plastics se están empleando técnicas nucleares e isotópicas para generar datos sobre la distribución de microplásticos en el mar, basándose en el muestreo y el análisis de la prevalencia de microplásticos en el medio ambiente. Se trata de datos científicos precisos que constituyen información importante para formular medidas y políticas de mitigación y eliminación de plásticos.
Los primeros indicios de microplásticos —partículas de plástico con un diámetro inferior a 5 mm— hallados en el hielo fijo costero de la Antártida se remontan a 2009, cuando investigadores de la Universidad de Tasmania tomaron muestras de hielo marino en la Antártida oriental.
Sin embargo, apenas se dispone aún de información sobre cuántos microplásticos acaban en la Antártida y adónde llegan, ni sobre la cantidad que absorben los organismos antárticos. También son muy escasos los datos sobre los tipos de microplásticos que llegan hasta esta prístina zona como resultado de las corrientes oceánicas, la deposición atmosférica y la presencia humana en la Antártida.
En el evento en el que se puso en marcha la misión, celebrado el 6 de enero en la Base Antártica argentina Marambio, el Director General Grossi afirmó que el hallazgo de microplásticos en el medio antártico, antaño virgen, es una muestra del alcance de este nocivo agente contaminante tan extendido.
“Los microplásticos son un problema mundial, pero la comunidad internacional todavía carece de los datos científicos necesarios para tomar decisiones fundamentadas. He ahí el objetivo de NUTEC Plastics: al comprender el origen, el movimiento y el impacto de los plásticos, podemos adoptar decisiones fundamentadas sobre cómo hacer frente al problema”.
La presencia de microplásticos puede acelerar la pérdida de hielo en la Antártida, en la medida en que reduce la reflectancia del hielo, altera la rugosidad de la superficie, estimula la actividad microbiana, actúa como aislante térmico y contribuye al debilitamiento mecánico de la estructura del hielo.
Si a la presencia de microplásticos le sumamos el cambio climático, determinadas condiciones atmosféricas e influencias oceánicas, estamos ante un hecho que agravará el devastador impacto del deshielo polar en la Antártida. Además, la entrada de microplásticos en la cadena alimentaria de los organismos antárticos es perjudicial para la salud de la vida antártica y la resiliencia de esos organismos al cambio climático.
Tratado internacional
En una resolución de marzo de 2022, los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a iniciar las negociaciones relacionadas con un nuevo tratado mundial sobre la prohibición de la contaminación por plásticos, también en el medio ambiente marino, con el objetivo de aprobarlo oficialmente de aquí a 2025.
La iniciativa NUTEC del OIEA cuenta con una red de laboratorios de monitorización de la contaminación marina por (micro)plásticos, también en zonas polares, que se está ampliando y desempeñará un papel crucial aportando pruebas científicas esenciales para apoyar la toma de decisiones fundamentadas durante las negociaciones relativas al tratado y contribuyendo a su aplicación eficaz, especialmente en el medio ambiente marino.
El Director General Grossi subrayó: “La Antártida es un verdadero paraje natural en la Tierra, y su bienestar es vital para la salud general del planeta. Nuestra presencia se extiende por todo el mundo y, en ese marco, hemos llevado nuestros conocimientos especializados hasta la Antártida, donde nuestros esfuerzos pueden propiciar un cambio muy necesario”.
Aprovechar la precisión de la ciencia nuclear
A lo largo del próximo mes, dos expertos del OIEA vigilarán la presencia de microplásticos en el medio ambiente en 22 lugares cercanos a la base de investigación Carlini, en distintos entornos: el agua del océano Antártico, los lagos antárticos y la tierra antártica.
Tomarán muestras de agua de mar en 12 lugares y de sedimentos en 4 lugares, así como 3 muestras provenientes de lagos y de 3 playas de arena diferentes. Asimismo, el grupo vigilará la presencia de microplásticos en los organismos, recogiendo para ello almejas y lapas, así como heces de pingüinos.
El OIEA lleva a cabo sus labores de respuesta y seguimiento de la presencia de microplásticos en la Antártida en cooperación con el Instituto Antártico Argentino (IAA), la oficina encargada de orientar, abordar y realizar investigaciones y estudios científicos y técnicos en la Antártida, y la Dirección Nacional del Antártico (DNA), responsable de guiar, dirigir y controlar la actividad científica y técnica en la Antártida.
Durante el próximo mes, el grupo del OIEA recogerá y preparará muestras, que se enviarán para su análisis a los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente Marino, situados en Mónaco. Mediante espectroscopia vibracional se contará el número de micropartículas de plástico y se caracterizará el tipo de polímeros, a fin de evaluar cuál podría ser la fuente de contaminación por microplásticos.
Asimismo, se enviarán muestras al IAA (Buenos Aires), donde, en el marco de la iniciativa NUTEC, se han instalado un microscopio y un espectrómetro de última generación y se impartirá, además, una serie de cursos de capacitación, a fin de reforzar las capacidades de la Argentina para la investigación sobre microplásticos.
Desde que se establecieron en 1961, los Laboratorios del OIEA para el Medio Ambiente, situados en Mónaco, han proporcionado a los Estados Miembros del OIEA las herramientas y los conocimientos necesarios para comprender y abordar desafíos acuciantes para el medio ambiente marino.
El OIEA alberga el único laboratorio para el medio ambiente marino del sistema de las Naciones Unidas.
NUTEC Plastics (TECnología NUclear para el Control de la Contaminación por Plásticos) se basa en las actividades del Organismo para abordar la cuestión de la contaminación por plásticos a través del reciclaje, a partir de tecnologías de la radiación, y de la monitorización marina, por medio de técnicas de rastreo isotópico.
Ofrece pruebas científicas que permiten caracterizar y evaluar la contaminación marina por microplásticos y, al mismo tiempo, utiliza la radiación ionizante para reciclar plásticos y transformar desechos plásticos en recursos reutilizables.