Descubre cómo la teoría del efecto mariposa se entrelaza con la gestión empresarial y cómo las preguntas pueden ser la clave para desvelar la incertidumbre. Conoce cómo el coaching puede ayudarte a navegar este universo impredecible, generando conexiones fundamentales para el crecimiento de tu empresa. Acompáñanos en un viaje hacia la claridad y el éxito en 2024.

En 1961, el meteorólogo y matemático Edward Lorenz creó la teoría del caos o efecto mariposa. Realizaba simulaciones computacionales de sistemas atmosféricos utilizando ecuaciones no lineales. Un día decidió repetir los cálculos y realizar la misma simulación para realizar un cálculo de predicción meteorológica, pero obtuvo resultados de condiciones climáticas completamente diferentes.

Este efecto tiene una raíz muy particular: el universo, con la cantidad de variables que lo conforman, es tan complejo que puede ser impredecible.

Esto se expresó poéticamente como «el aleteo de las alas de una mariposa en Brasil podría desencadenar un tornado en Texas» y, por lo tanto, el término «efecto mariposa» se arraigó en el vocabulario científico y popular.

Y este descubrimiento se transfirió a muchas áreas de la ciencia y también de la vida cotidiana.

Nuestro Universo personal también actúa bajo estos efectos. Sin lugar a dudas, somos seres totalmente impredecibles debido a la cantidad de condiciones propias con las que nacemos y por todas las experiencias que recogemos en nuestra vida.

Cada cosa que un individuo piensa, dice o ejecuta va a generar distintas respuestas en el resto de las personas, lo cual es imposible de anticipar. Resulta un poco difícil saber exactamente qué va a pasar con cada una de nuestras relaciones.

No está a nuestro alcance, así que no podemos hacer futurología o adivinación. En muchos casos, trabajamos con la respuesta del otro y vamos moviéndonos y adecuándonos de acuerdo a nuestro parecer y experiencia. También aquí ingresa otra herramienta que nos puede socorrer, la intuición. Muchas veces nos da una mano, pero suele ser bastante inespecífica.

Nos queda la herramienta muy poderosa, a mi criterio, para lograr tener más certezas acerca de los universos interpersonales: la pregunta.
La pregunta conecta con el mundo del otro y sus respuestas, hace que todo se vuelva mucho menos impredecible.
Cuando recurrimos a esta herramienta para saber los efectos que causa mi intervención en el otro, el conocimiento de las variables deja todo más claro, más sencillo y fácil. Nos acerca al reconocimiento del Universo del otro.

En las organizaciones, es la pregunta la que salva el día, la que unifica a los equipos, generando conexiones necesarias y fundamentales para el crecimiento de la empresa.

Como coach, descubrí este valor y lo practico a diario. Te acompaño a generar tus preguntas y mejorar la comunicación en tu empresa. Para obtener mayor crecimiento a través del bienestar de tu equipo.

¿Queres lograr este desafío este año?

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