Actualidad: La provocadora idea de un think tank para desarrollar un sector estrella
El año pasado las exportaciones de software ascendieron a US$2500 millones, pero este número podría multiplicarse si la Argentina retoma el nivel de crecimiento que tuvo en el pasado.
La Argentina viene de una década perdida en términos de exportaciones y ahora todas las miradas están puestas en las riquezas debajo del suelo. Pero el sector del software, que genera empleo de calidad y cantidad e impacta en la productividad de toda la economía, también puede multiplicar sus ventas al exterior. Para esto, debe apostar a las nuevas compañías y acercarles financiamiento.
Esas son las conclusiones del estudio “Anatomía de la industria de software: exportar y generar empleo a partir del talento argentino”, que realizó Fundar, una organización dedicada al estudio, investigación y diseño de políticas públicas.
Según el informe elaborado por Tomás Bril Mascarenhas, Jimena Rubio, Nicolás Sidicaro, Mariano Stampella y Ezequiel Tacsir, entre 2003 y 2023, el sector pasó de tener 26.000 puestos de trabajo a 140.000, las exportaciones aumentaron de US$150 millones a US$2500 millones y las ventas de $350.000 millones a $1200 billones. Sin embargo, en 2017 hubo un punto de inflexión en la tasa de crecimiento de las exportaciones argentinas de software respecto del resto del mundo. El país cayó del puesto 25 al 36 y fue superado por otras naciones como Polonia, Rumania y Brasil.
“No nos comparamos con Israel, sino con países que hasta hace poco estaban en la posición de la Argentina. Con esa motivación, proponemos una serie de mejoras que se podrían hacer en el régimen de promoción sectorial”, dijeron los autores del informe en una encuentro con periodistas.
Con respecto al régimen de la Ley de Economía del Conocimiento, que vence en 2029, plantearon que se pueden mejorar las condicionalidades para recibir beneficios con mayores exigencias para las empresas más grandes; ampliar el alcance de los beneficios, ya que solo llegan al 11% de las empresas de software; desarrollar fondos de inversión especializados para empresas del sector; y asegurar mecanismos de transparencia porque hoy solo se sabe qué firmas reciben beneficios pero no desde cuándo y cuánto.
Más allá del régimen, mencionaron que se necesita sobre todo un cambio en el paradigma de financiamiento. “Las empresas argentinas tienen problemas para acceder a financiamiento y las de software aún más. Pero cuando se habla de esto aparece la opción de créditos o de aportes no reembolsables cuando hay que pensar en el mercado de capitales. Se podría crear un Merval tecnológico donde podría haber firmas de software y biotecnología. Sería una ingeniera institucional específica”, explicaron.
Sería, salvando las enormes distancias, una especie de Nasdaq argentino.
En este sentido, mencionaron la experiencia brasileña del Novo Mercado, el segmento especial para firmas tecnológicas que existe en Polonia (NewConnect) y la construcción de un mercado de valores para firmas tecnológicas en Chile.
Por otro lado, dijeron que la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional debería especializarse; que se podría generar una marca país en torno al software argentino en base a todos los unicornios que generó; que las políticas de capacitación deberían estar más orientadas a generar perfiles más especializados; y que serviría tener políticas para promover la vinculación con el entramado productivo.
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Fuente: La Nación