Argentina potencia energética: el plan de YPF para que Vaca Muerta iguale al campo
El presidente de YPF cree que la Argentina podría alcanzar exportaciones de energía por US$ 30.000 millones para 2031.
Diseñó un plan que consiste en cuadruplicar el valor de la acción en 4 años y focalizarse solo en lo más productivo.
Dentro de siete años, en el 2031, la Argentina podría tener exportaciones de energía por unos 30.000 millones de dólares anuales, un ingreso de divisas que se mantendría constante durante unos 20 años, calculó el presidente de YPF, Horacio Marín, para una presentación en Expoagro.
En ese caso, el saldo de la balanza comercial del sector sería positivo en más de US$ 25.000 millones; el equivalente a la mitad de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o poco menos de un 25% del capital reestructurado en plena pandemia con fondos de inversión privados.
De esa forma, la «Vaca Muerta» se pondría a la par de la «vaca viva» que es el campo y la economía del país dejaría de depender del clima, de las lluvias o la sequía para sumar actividad, acumular reservas, ingresos fiscales y, el fin último, bajar la inflación, el desempleo y la pobreza.
La Argentina se convertiría así en una verdadera potencia energética en un mundo que continuará en los próximos años la larga transición del carbón y los fósiles más contaminantes hasta las energías renovables.
Para eso, Marín diseñó un plan intermedio que nombró «4×4» y consiste en cuadruplicar el valor de la acción en cuatro años, a partir de distintas medidas que potenciarán las inversiones en Vaca Muerta y desarrollarán la infraestructura de oleoductos y gasoductos para evacuar la producción hacia países de la región y hacia el mar.
El plan 4×4 de YPF
Los 4 pilares del plan son: el foco en Vaca Muerta, la formación de petróleo y gas no convencional (shale y tight) que tiene reservas por el equivalente al consumo de energía de la Argentina de 200 años; la venta de 55 campos maduros a otras petroleras más pequeñas, así como el desprendimiento de participaciones en distintas empresas; la eficiencia y la productividad de sus yacimientos y refinerías; y el mega proyecto para la producción de Gas Natural Licuado (GNL) junto a Petronas, la compañía estatal de Malasia, que abarcaría también al resto de las grandes petroleras que operan en el país y extraen gas, como Total Austral, PAE, Tecpetrol, Pampa Energía, Pluspetrol y CGC.
Según datos de la provincia de Neuquén que publicó el portal +e de La Mañana de Neuquén, en 2024 las inversiones petroleras en esa región del país sumarán unos US$ 9.050 millones, de los cuales YPF destinaría poco menos de la mitad, unos US$ 4.300 millones; al tiempo que la empresa estatal proyecta la perforación de 222 pozos sobre 445 en total.
La Argentina hoy tiene una producción de 686.300 barriles por día (bpd) de petróleo crudo, de los cuales 345.300 bpd son del «no convencional», de Vaca Muerta. La cifra podría alcanzar el millón de barriles diarios de shale en 2030, para lo que se necesitan grandes desembolsos de capital en infraestructura.
En ese sentido, YPF lidera la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Sur, que irá desde Allen (Neuquén) hasta un puerto de aguas profundas en Punta Colorada (Río Negro), que sería otro gran polo exportador de energía a partir de 2026.
La petrolera contrató a otro ex Techint a ese fin: Gustavo Gallino, una de las cabezas del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) -era director General del Área Sur de Techint Ingeniería y Construcción-, que se realizó en menos de un año.
«En 2026 no van a haber más cuellos de botella en el transporte de petróleo, entre el Oleoducto Vaca Muerta Sur, el Oleoducto Trasandino (Otasa) para las exportaciones de crudo a Chile y las ampliaciones de Oleoductos del Valle (Oldelval)», aseguró Marin.
Ex tenista profesional (en los registros de la ATP figura que perdió el único partido que jugó, en el torneo de Brasilia en 1981) y fanático del deporte donde brilló Guillermo Vilas, el presidente y CEO de YPF considera que la petrolera debe ser el «Novak Djokovic» de la energía: jugar solamente los torneos grandes como los Grand Slam y los Masters 1000, que en este sentido sería Vaca Muerta, el offshore y el gas licuado, y relegar torneos menores como los ATP 250. Esas competencias, llevado al plano de la energía, son los campos que tiene en Mendoza, Chubut y Santa Cruz, donde la salida de la compañía al vender sus activos es problemática pero -reconocen en el sector- también necesaria.
Con la «gestión de procesos», Marín quiere hacer más productiva a la firma, reducir los tiempos muertos y que en términos netos cada empleado casi duplique las horas efectivas de trabajo.
Y, por último, el objetivo de largo plazo es alcanzar la producción de Gas Natural Licuado (GNL) para lograr exportar a gran escala. Los ejecutivos de la compañía piensan que en Argentina solamente es viable si se integra a toda la industria en un mismo proyecto, el que está avanzado con Petronas.
La meta es empezar a convertir con un barco licuefactor el equivalente a unos 6 millones de m3 diarios (MMm3/d) de gas natural en GNL hacia 2027 solo con YPF, para sumar a toda la industria con unos 40 MMm3/d entre 2029 y 2030 y lanzar una planta onshore (continental) que duplique la capacidad en los siguientes años.
Para eso, se necesitarían inversiones por unos US$ 16.000 millones anuales, entre la construcción de la planta de licuefacción (proceso mediante el cual el gas natural a 15° se enfría hasta los -161° para comprimir su volumen en 600 veces y facilitar su transporte en buques) y el tendido de tres gasoductos «dedicados» exclusivamente a este proyecto.
Fuente: Clarín