Asado petrolero con reflexiones sobre el futuro de los hidrocarburos
Expertos de la Fundación Contactos Energéticos analizaron la perspectiva de la industria.
Como todos los años a mediados de diciembre y desde hace 10 años se celebra la cena anual de Contactos Energéticos, la cual tuvo como ingrediente especial el registro oficial por parte de la Inspección General de Justicia de la entidad que encabezan Luciano Fucello, Eduardo Zanardi y Pablo Cariddi.
Daniel Gerold, director de la Consultora internacional G&G Energy Consultans, y una de las personas más respetadas de la industria y escuchadas por empresarios, bancos de inversión, políticos y periodistas, destacó como punto de partida de su participación que el 60% de los ejecutivos que respondió a una encuesta de Contactos Energéticos dijo estar insatisfecho con respecto al estado de la industria.
Contrariamente a la percepción que los protagonistas tienen, Gerold resaltó que, de los últimos 23 años de la industria, 2022 fue uno de los mejores en cuanto a producción de petróleo, y mantiene una perspectiva de seguir aumentando gracias a la ampliación de capacidad de transporte por parte de Oleoductos del Valle recientemente autorizada por la Secretaría de Energía y la reinauguración del Oleoducto Nor Andino que permitirá exportar crudo a través de puertos chilenos.
En cuanto al gas natural dijo que se ha conseguido, más allá de las cifras récord de producción, el grado de productividad del yacimiento Vaca Muerta que permite competir mano a mano con el yacimiento estrella de EEUU, el famoso Permian.
¿Cómo es que frente a las condiciones micro y macroeconómicas del país, con problemas de todo tipo, sumado a dos años con pandemia de Covid-19, y en el medio de la invasión de Rusia a Ucrania, que no hizo otra cosa que incrementar todos los precios de los combustibles se crea un punto de inflexión caracterizado por un momento de demanda cercana a cero y prácticamente sin el ingreso de un solo dólar, se explican estos resultados de la encuesta de opinión entre expertos?
De los últimos 23 años de la industria, 2022 fue uno de los mejores en cuanto a producción de petróleo, y mantiene una perspectiva de seguir aumentando (Gerold)
Es que la pandemia de por medio y la restricción financiera obligaron a todas las compañías a optimizar al máximo sus recursos e incrementar la productividad de los pozos logrando resultados sorprendentes gracias al excelente desempeño de operadoras, empresas de servicio y el Plan Gas diseñado por parte de la Secretaría de Energía que con muchos detractores de por medio al menos dio un sendero de precios y previsibilidad al mercado.
Los USD 35.000 millones invertidos por el sector en los últimos 10 años permitieron el conocimiento de la cuenca, mejorar la curva de aprendizaje y, por sobre todas las cosas, mejorar la productividad de los pozos.
Las perspectivas para los próximos 3 años muestran un panorama complicado para 2023, pero excelentes para 2024 y 2025, luego que en noviembre del 2020 se encendieran todas las alarmas cuando el precio del GNL había tocado USD 15 por millón de BTU, y hoy está cercano a USD 50, que comprometen a las arcas del Tesoro Nacional en la próxima época de alta estacional de demanda de gas natural y gas oil.
Maduración esperada de las obras
Con una invasión Rusia a Ucrania que tiende a convertirse en una guerra por mucho tiempo, la transición energética con todos sus matices y sin esperar grandes proyectos de plantas de licuefacción para poder exportar gas natural, con que solo esté finalizado el primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá la ampliación de la capacidad de transporte en unos 11 millones de metros cúbicos día, sumado a la inversión del Gasoducto Norte (en estudio) que permitiría el abastecimiento del NEA que hoy sufre el declino de las cuencas y las restricciones de envío de gas natural por parte de Bolivia, haría que Argentina, ya durante 2023 se ahorre algo de dólares frente a la compra del GNL.
Para 2024 y 2025, con la segunda etapa del gasoducto finalizada, la capacidad de transporte llegaría a 22 millones de metros cúbicos día y definitivamente se podría prescindir del gas de Bolivia y disminuir la dependencia de la importación de GNL.
La tarea no es fácil, la balanza energética de 2022 finalizará con un rojo de USD 13.000 millones, que implica un déficit fiscal fenomenal, sumado a que el financiamiento de todas las obras correspondientes al gasoducto se financian con más desequilibrio de las finanzas públicas, proyecta una situación muy difícil de explicar a inversores y bancos extranjeros, porque existe un desbalance muy importante entre la tarifa de energía que paga la industria frente a lo que paga un residencial, hoy todavía subsidiada.
Y que en las actuales condiciones, tiende a repetirse para 2023, pero a diferencia de otros momentos de esta industria, 2024 y 2025 prometen un salto de ingresos a las arcas nacionales cercanos a USD 12.500 millones. Hace mucho tiempo que aparentemente se ve una luz al final del camino.
Existen también falta de equipos de perforación, personal calificado para, por ejemplo, soldar caños, se necesita una nueva reglamentación que sea objetiva en cuanto a las autorizaciones de exportación y que sea concebida para autoabastecimiento económico, en lugar de físico, recalcó Daniel Gerold.
En su charla, Gerold destacó los resultados de YPF durante estos dos últimos años y la decisión del Gobierno de respetar los compromisos de exportación con Chile, debiéndose pasar a una segunda etapa en donde se deben celebrar contratos plurianuales y por supuesto, cumplirlos. Nuevamente, recalcó el experto que el gas argentino es mucho más conveniente en precio para ese país comparado con el de importación de GNL, siempre y cuando, reiteró, la Argentina cumpla con sus compromisos.
Finalmente, se refirió Daniel Gerold a la falta de una política de ahorro de la energía por parte del Gobierno. Vaticinó que los costos de los servicios petroleros van a seguir subiendo, impactando en los precios finales de los hidrocarburos; que la industria energética argentina fue la única que creció, a pesar, reiteró, que no entró un solo dólar y que fue producto del incremento de la productividad de la industria; y las inversiones en curso cercanas a USD 6.000 millones para la extracción de litio convertiría al país en uno de los principales exportadores del mineral.
El tren está en la estación, depende de nosotros y de los políticos elegidos para delinear las políticas energéticas que regirán el futuro del país.
Fuente: InfoBae