Aumento de nafta: las petroleras negocian un crudo a u$s 53 para no subir 15% los precios en marz
El mes que viene arranca con presión por los biocombustibles y los impuestos. El petróleo en el mundo subió 24% en dos meses y a nivel local se desenganchará el precio para moderar el impacto en el público minorista.
Los precios de los combustibles en Argentina afrontarán presiones al alza durante marzo, que podrían derivar en nuevos aumentos al público en los próximos días.
El retraso de los precios en el surtidor va de entre 13% a 15%, según la fuente consultada, y las refinadoras negociaron en los últimos días comprar el barril de crudo en el mercado interno a u$s 52 o u$s 53 (muy por debajo del Brent, que tocó los u$s 66) para evitar un daño en sus cuentas, debido a que saben que el Gobierno no habilitará el traspaso por completo al público de sus costos.
Marzo tiene programadas dos subas de componentes del precio final: los biocombustibles treparán el mismo lunes 1 entre 1,9% (el bioetanol) y 3,6% (el biodiesel) mensual.
Esto sumará al menos 0,5 puntos porcentuales, que las petroleras trasladarían a sus precios, tal como ya sucedió en octubre, enero y febrero ante la misma situación.
El viernes 12, en tanto, se incrementarán $ 1,99 por litro las naftas y $ 1,24 el gasoil, debido al ajuste en el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC).
En el sector esperan que el Gobierno postergue por unas semanas esta actualización, que le agregaría entre 2 y 3 puntos porcentuales a los precios finales.
Por otro lado, la cotización mundial del principal componente, que es el petróleo crudo, saltó un 24% en lo que va de 2021.
Y ya que la industria conoce que transferirlo al público es imposible, los privados acordaron precios locales de venta (con retenciones y descuento por calidad incluido) de entre u$s 52 y u$s 53 por barril para el crudo Medanito, que se produce en Neuquén.
Para comparación, en el mundo el Brent se negocia a u$s 66, y las retenciones y el descuento llevarían al crudo local a u$s 58.
Ese valor, que fue de entre u$s 48 y u$s 50 en febrero, fue el que pudieron negociar principalmente Raízen y Trafigura (que comercializan los combustibles Shell y Puma Energy) y, en menor medida, YPF y Axion -que están integradas y utilizan sus propios productos-, con productoras no integradas como Vista Oil & Gas, Pluspetrol, Tecpetrol, Shell y Sinopec, entre otras.
Así lo confirmaron a El Cronista el gerente general, el financiero y el comercial de tres empresas involucradas.
«Era esto o no poder exportar, ya que la prioridad es el abastecimiento interno y puede haber ‘cruce de barcos’ -impedir las exportaciones-«, contó un ejecutivo del sector a este medio.
Esta negociación fue manejada entre privados, con la intención de evitar que se involucre el Gobierno y fije unilateralmente un precio de comercialización del crudo en el mercado interno.
La idea es que el petróleo escale de a poco. «Que no haya paridad de exportación (export parity) pero que tampoco se desincentiven las inversiones», resumieron en una firma.
El CEO de una compañía sostuvo: «Es un equilibrio delicado. Tenemos margen negativo en refinación y asumimos que habrá un aumento en marzo. Lo que falta subir por el petróleo es un 14%».
Desde una multinacional, confiaron que «el precio de venta y los volúmenes están en discusión y no hay nada cerrado. Los productores quieren export parity y las refinerías no lo pueden pagar».
En esta petrolera buscan «un sistema equitativo para todos; que no hayan productores que exporten todo su volumen y otros que vendan todo en el mercado local a un precio más bajo».
«Es esencial para los productores mantener la competitividad a nivel internacional para mantener las inversiones. De otra manera, a mediano y largo plazo va a ser más costoso para el país importar el crudo o los combustibles», agregaron.
Con todo, los dueños de las estaciones de servicio nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) mostraron inquietud porque las ventas de combustibles no se recuperan al ritmo que proyectaban.
En enero hubo una baja en la comercialización de nafta y gasoil de 6,6% versus diciembre 2020, sin estacionalidad.
Los expendedores creían que «la recuperación de la movilidad vinculada al esparcimiento, las reuniones sociales y fundamentalmente al turismo impacten de manera positiva en el repunte de las ventas», pero se enfrentaron a un «golpe de la realidad».
Y aunque por el momento no advirtieron peligro de cierres masivos de estaciones, sí puntualizaron que cientos de ellas tienen «significativas pérdidas».
Fuente: El Cronista.