Bahía Blanca como epicentro de la quinta ola de auge petroquímico
Matías Campodónico, presidente de Dow Argentina y Región Sur de América Latina, se refirió a las buenas perspectivas del sector.
Desde hace al menos cinco años se viene pronosticando el inicio de una quinta ola de crecimiento para la industria química y petroquímica del país, con epicentro en Bahía Blanca.
Y aunque resulte extraño, semejante perspectiva optimista no sólo se mantiene, sino que ahora hasta parece comenzar a plasmarse en hechos concretos, pese a la angustiante realidad económica nacional.
El desarrollo de Vaca Muerta y su enorme potencial en materia de hidrocarburos, junto con la concreción del gasoducto Néstor Kirchner, reafirman que el crecimiento en materia petroquímica está cada vez más cerca, y hasta parece inexorable.
De hecho Bahía Blanca ya comenzó a recibir inversiones concretas para aprovechar una mayor disponibilidad de gas neuquino, como es el caso de la ampliación de Compañía Mega, a las que se sumará un proyecto similar por parte de otra empresa del sector, más los ya conocidos proyectos de producción de gas natural licuado (GNL) y una segunda planta de urea en Profertil, iniciativa que sigue con chances intactas frente a una demanda nacional de fertilizantes que deberá evitar importaciones.
La realidad del sector y sus perspectivas fueron abordadas a mediados de semana, durante un encuentro organizado por la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP) y el Instituto Petroquímico Argentino (IPA), en la ciudad de Buenos Aires.
Allí varios de los principales referentes de esta industria no ocultaron su optimismo de cara al futuro, sobre todo con proyectos orientados a la exportación.
Matías Campodónico
Uno de ellos fue Matías Campodónico, presidente de Dow Argentina y Región Sur de América Latina y presidente de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP)
“El desarrollo químico y petroquímico de la Argentina ha tenido cuatro grandes olas desde la década del 40´ hasta estos días, y actualmente estamos a las puertas de lo que es la quinta ola. Dada la potencialidad de Vaca Muerta y su desarrollo, tenemos motivos de sobra para pensar en un futuro próspero de nuevos proyectos e inversiones para el sector”, expresó.
Luego, en otro tramo de su participación en el encuentro, realizado para festejar el Día de la Industria de la Industria Química y Petroquímica, Campodónico aludió a la existencia de recursos suficientes como para atender la demanda energética internacional.
“Tenemos una mirada optimista hacia adelante, porque el mundo está ávido de la energía que produce Argentina y el gas es el combustible por excelencia en la transición energética. Por eso, la innovación pasa por nuevos modelos de negocio y por la colaboración entre todos los responsables de la cadena de valor”, puntualizó.
Jorge de Zavaleta
En el mismo sentido se pronunció Jorge de Zavaleta, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQyP), quien se refirió al sector con una mirada al 2040 y los desafíos para el desarrollo de esta industria.
“La explotación de los recursos de Vaca Muerta permitió comprobar que la producción de hidrocarburos no convencionales es igual o mejor que la de los campos no convencionales de Estados Unidos. Con gas natural abundante y competitivo se podrían dar inversiones petroquímicas muy importantes para agregarle valor al gas natural y a sus líquidos”, dijo.
A su entender, la Argentina está en condiciones ideales de ingresar a la quinta ola de su industria petroquímica, con un desarrollo inteligente de los recursos de Vaca Muerta, y sumar exportaciones.
“La petroquímica es el mayor sector en agregar valor al gas de Vaca Muerta”, afirmó.
Desde Profertil
Por su parte, Marcos Sabelli, director general de Profertil, hizo hincapié en el aumento constante de la demanda de alimentos.
“El mundo llegó a 8 mil millones de personas a finales del 2022 y llegaremos a 10.000 millones para 2050, por tal motivo las estimaciones hablan de una demanda de 50% más de comida en las próximas décadas, lo cual significa que los fertilizantes son necesarios para transformar energía en alimentos.
“Según datos duros –agregó–, la mitad de los alimentos que consumimos existen gracias a los fertilizantes”.
Tras señalar que resulta clave que cada actor del sector busque en qué puede mejorar y optimizar procesos, reduciendo impactos y agregando valor, dijo que Argentina tiene recursos de sobra.
“Por eso creo que a la Argentina le falta creérsela un poco más, somos junto a Brasil el cuarto país del mundo en producción de alimentos”, enfatizó.
La industria química – petroquímica argentina representa el 0,9% de la producción global y es la segunda en Sudamérica después de Brasil.
De acuerdo con la CIQyP, en la actualidad más del 96% de los productos que manipulamos cotidianamente tienen relación con el sector y esta industria representa el 4,2 % del PBI nacional, con exportaciones anuales que alcanzan aproximadamente un 20% de las ventas externas totales del país de manufacturas de origen industrial.
Fortaleza bahiense
En cuanto al Polo local, casi la mitad de las exportaciones petroquímicas y el 61 por ciento de la producción nacional del sector tienen lugar en Bahía Blanca.
Además, el 76,3% de la capacidad instalada de producción se encuentra en la provincia de Buenos Aires, dentro de la cual Bahía Blanca concentra el 73,1%, mientras que a nivel nacional explica el 55,7%.
Es decir, más de la mitad de la capacidad instalada para la producción petroquímica del país se sitúa en la localidad, lo cual pone de manifiesto la importancia del sector, tanto para la economía local como para la nacional.
Fuente: La Nueva