Cada vez se hace más difícil cumplir las metas climáticas
Para cumplir con los compromisos de mitigación climática recogidos en el acuerdo de París del 2015, se debería hacer un esfuerzo mundial 10 veces superior al que se ha venido haciendo los últimos años.
Así lo indica una investigación publicada en Nature Climate Change, en la que se analiza la evolución de las emisiones de gases que calientan la atmósfera efectuada por 214 países los últimos diez años, antes y durante la pandemia.
Las emisiones de CO2 procedentes del sector energético, principales causantes del cambio climático disminuyeron alrededor de un siete por ciento en el año 2020 en comparación con los niveles del 2019.
Es fácil adivinar que fue la consecuencia de las medidas de confinamiento y restricción de actividades aplicadas en casi todo el mundo para frenar la propagación de la covid.
Sin embargo, lo ocurrido el año pasado fue un fenómeno temporal, no representativo. No sirve como referencia para saber qué están haciendo los países para combatir la crisis climática. En cambio, la referida investigación proporciona un retrato más fiel sobre lo que los gobiernos están haciendo.
Una de las conclusiones es que un total de 64 países (de ingresos altos y medios) están disminuyendo sus emisiones de carbono (CO2) procedentes de la quema de combustibles fósiles desde que se firmó el acuerdo de París en 2015. En cambio, en otros 150 países han aumentado en este período; por ello, el cómputo en el último decenio es que han seguido creciendo, aunque con un ritmo más lento.
Los 64 países que han emprendido una senda virtuosa disminuyeron en conjunto esas emisiones en el período 2016-2019 (respecto al 2011-2015). Pero esos avances son solo una pequeña parte del esfuerzo que se debería hacer para detener el calentamiento muy por debajo de 2 ºC como establece el acuerdo de París.
Los autores del estudio concluyen que la disminución de emisiones debidas a las restricciones temporales de la covid, por sí solas, no resultarán en reducciones a largo plazo.
“Para mantener la disminución de las emisiones globales y, al mismo tiempo, apoyar la recuperación económica, serán necesarias estrategias como el despliegue a gran escala de energías renovables y la desinversión en la infraestructura de combustibles fósiles en todo el mundo”, concluyen.