Carteras sugeridas para aprovechar la presidencia de Fernández (o para protegerse de ella)
Desde el pasado 27 de Octubre, nuestro país comenzó a transitar un nuevo ciclo político que dio por terminada la presidencia de Macri, negándole la reelección, y eligió a Alberto Fernández como presidente del país por los próximos cuatro años.
Lo que vemos a continuación no es un electrocardiograma sino las variaciones del PBI argentino durante los últimos 44 años:
Del gráfico anterior podemos sacar muchas conclusiones, pero quiero focalizarme en la siguiente: Tenemos un país con una de las economías más volátiles del mundo; los sectores que brillan durante un periodo presidencial pueden tener una pésima performance durante el siguiente y como consecuencia de ello, el inversor argentino se ve obligado a rotar y rebalancear su cartera de inversión con mucha más frecuencia que los inversores que viven en países más estables.
Teniendo en cuenta la frágil situación macroeconómica que está atravesando nuestro país y lo dependiente que es la economía argentina a las decisiones que se toman desde la política, en Grupo Carey hemos diseñado dos carteras de inversión en renta variable, una de las cuales pensada para invertir en aquellos sectores que serán potencialmente favorecidos por el gobierno de Alberto Fernández mientras que otra está pensada para evitar completamente el riesgo argentino invirtiendo en Cedears de empresas del exterior. Al plantear carteras para enfrentar estos dos escenarios tan opuestos, nuestro objetivo es el de aprovechar los beneficios de la diversificación y el de mantenernos agnósticos ante lo que pueda ocurrir con las acciones argentinas durante 2020 ya que, aunque nadie sabe lo que sucederá durante el próximo año, la actual situación económico-financiera del país nos permite tener la certeza de saber que tendremos un año bastante volátil.
Advertencia: Para invertir en esta cartera es imperativo que el inversor sea consciente de que está asumiendo ‘100% riesgo argentino’, con todo lo que ello implica: Alta volatilidad en relación a una cartera compuesta por Cedears y riesgo de tipo de cambio debido a que estará invirtiendo en activos financieros denominados en pesos.
Características de la cartera:
Utilizando como base los dichos de Alberto Fernández y de su equipo económico durante la última semana, ahora que ya es presidente electo, podemos estimar que, en su primera etapa de gobierno, su plan económico estará enfocado en reactivar el crecimiento de la economía por medio del consumo y la producción. A causa de esto, en la cartera se encuentran Mirgor (MIRG) y Cablevisión (CVH) ya que son dos empresas que se verían directamente beneficiadas si efectivamente el consumo repunta en 2020.
Ternium Argentina (TXAR) se encuentra en la cartera por dos razones: para disminuir la volatilidad de la misma y para estar invertidos en una empresa que obtiene ingresos dolarizados mayormente de la exportación de acero. Tanto Ternium como Aluar fueron dos de las empresas que mejor resistieron los fuertes golpes y las enormes destrucciones de valor que sufrieron las empresas cotizantes durante los últimos 18 meses así que, teniendo en cuenta la alta volatilidad que podemos continuar viendo en las acciones durante el próximo año, haremos bien en tener a alguna de estas dos acciones en cartera para atenuarla un poco.
Las acciones bancarias son generalmente las que primero suben (y con fuerza) cuando la economía de nuestro país comienza a dar señales de recuperación aunque, de la misma manera, son también las que primero caen cuando los inversores del exterior comienzan a sospechar que la economía argentina entrará en recesión, así que, si tenemos la expectativa de que la economía argentina se recuperará en 2020, Banco Macro (BMA) o Galicia (GGAL) son acciones en las que tenemos que estar invertidos debido a que son los bancos más grandes y con más volumen operado en los Adrs argentinos de Wall Street. Aun así, no podemos dejar de mencionar que las acciones bancarias tendrán que enfrentar en 2020 desafíos tan importantes como el desarme de las Leliqs y la casi segura reestructuración de deuda a la que se dirige el gobierno en el caso de que no logre cerrar su programa financiero 2020.
Tanto Fernández como su equipo económico han manifestado un gran interés en que Vaca Muerta continúe desarrollándose para que Argentina se convierta en un exportador neto de energía así que, si queremos beneficiarnos de ello, debemos tener una parte de nuestra cartera invertida en empresas que se beneficien de Vaca Muerta; razón por la cual hemos elegido a Transportadora de Gas del Sur (TGSU2) ya que es la encargada de transportar el gas desde allí hacia el sur del país, además del hecho de que también exporta gas al exterior y, a diferencia de TGNO4, cotiza en Wall Street mediante un Adr. ¿Por qué no YPF? Debido a que está endeudada en U$S 5.000 millones y a que fue muy mal gestionada desde su expropiación a Repsol. Tal vez ahora sea diferente pero, por el momento, no vale la pena que asumamos ese riesgo.
Por último tenemos a Central puerto (CEPU), una de las generadoras de energía más grande del país que tiene una capacidad instalada de 5.000 Mwt de potencia y que, por capitalización de mercado, vale un 10% de lo que costaría construirla desde cero.
Sugerencias para quienes no deseen invertir en acciones: Dolarizarse todo lo posible. Este fuerte cepo cambiario llegó para quedarse por varios meses a menos que el próximo gobierno encuentre la manera de conseguir dólares del exterior así que acostumbrémonos a la idea de que, durante los próximos meses, la única forma que tendremos para acceder legalmente a dólares sin restricciones será a través de instrumentos bursátiles.
Características de la cartera:
Está expuesta a acciones del exterior, en el sector tecnológico, gasífero y de consumo en un 100%: Teniendo en cuenta la actual situación político-económica de Argentina, sumado a lo complejo que le resultará al próximo gobierno cerrar el programa financiero de 2020, la principal sugerencia que podemos hacerle a quienes deseen invertir en acciones asumiendo un riesgo ‘moderado’ y evitando el riesgo argentino es que aprovechen los excelentes rendimientos que continúan ofreciendo las acciones de empresas del exterior gracias a que la economía estadounidense continúa creciendo a pesar de todos los miedos a una recesión que los ‘expertos’ en finanzas continuar propagando a través de diferentes medios y a que la FED continúa bajando la tasa de interés en un contexto económico de crecimiento, baja inflación y bajo desempleo.
La guerra comercial entre EEUU y China por el momento no es una amenaza para este mercado alcista debido a que, al día de hoy, el monto total de los aranceles implementados representa solamente el 0,3% del PBI mundial y por lo tanto, esta guerra comercial no tiene todavía el poder suficiente como para llevar al mundo a una recesión. Aun así, aunque es cierto que cada movimiento político realizado por EEUU o China afecta al precio de las acciones (la mayor parte del tiempo de manera negativa), también es cierto que esto responde principalmente a movimientos ligados a sentimientos de corto plazo que no tienen relación alguna con cambios significativos en los fundamentos de la economía de ambos países. A causa de esto podemos suponer que, en caso de que aparezca alguna mala noticia en relación a este tema, el mercado seguramente bajará pero que, de la misma manera, una vez que la noticia sea ‘absorbida’ por el mismo, los precios rápidamente se recuperarán.
Con respecto al posible juicio político contra Trump, está claro que, en caso de proseguir, seguramente generará volatilidad de cara al inicio de la campaña presidencial de 2020, pero antes de asustarnos y preocuparnos es necesario recordar que, para llevar a un presidente estadounidense a juicio político se necesita, entre otros requisitos, el voto de 60 Senadores en un Senado controlado actualmente por los Republicanos, los cuales, ni siquiera llevaron a juicio político a Clinton (Demócrata) cuando explotó el caso Lewinsky entre 1997 y 1999 (con un Senado también de mayoría Republicana).
Mediante esta cartera invertida 100% en acciones del exterior estaremos eliminando el ‘riesgo argentino’, nos protegeremos ante la suba del dólar y a la vez invertiremos en un mercado al que todavía le quedan subas por delante, aunque por supuesto, esto sucederá siempre que no ocurra algún hecho inesperado en un mercado ajeno a las acciones cuyo impacto sea de una magnitud tan alta que termine contagiándose al resto de la economía (La crisis hipotecaria de 2008 es caso más reciente de ello).
A causa de que el S&P500 lleva más de 10 años ininterrumpidos de suba, es normal que los inversores sientan que los precios de las acciones estadounidenses están caros y que por lo tanto, ya es tarde para entrar porque pronto puede dar inicio un mercado bajista pero, en realidad, eso responde a nuestros sesgos cognitivos que casi siempre nos hacen tomar malas decisiones. Aclarado esto, lo cierto es que el miedo actual que los inversores estadounidenses tienen con respecto al futuro de las empresas y la economía termina siendo alcista para las acciones porque, como dijo John Templeton: “Los mercados alcistas nacen en el pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren en la euforia” y afortunadamente, mientras la mayoría de los inversores tema por una recesión y piense que el mercado alcista en las acciones va a terminar, el riesgo de que efectivamente eso termine sucediendo será muy bajo gracias a que este tipo de comportamiento es prácticamente una profecía que se sabotea a sí misma; o sea, los inversores tienen miedo de que comience un mercado bajista en las acciones y por esa razón no las compran o invierten menos dinero en ellas, lo cual a su vez, evita que los precios se exageren. Posteriormente, cuando se publican los balances de las empresas y estos vienen en su mayoría mejor de lo esperado, confirman que las mismas están baratas y eso las hace subir de precio, manteniendo vigente la tendencia alcista que venían desarrollando.
Las causas que originan los mercados bajistas en los países desarrollados pueden reducirse básicamente a dos:
- Precios exageradamente desacoplados con sus fundamentos + euforia inversora: Ocurre cuando los precios de las acciones ‘escalan el muro de la preocupación’ y una vez liberados de toda cautela y racionalidad por parte de los inversores, suben de manera eufórica hasta niveles absolutamente exagerados y totalmente desasociados de los fundamentos de las empresas, incluso teniendo en cuenta las proyecciones de ganancias más optimistas. La burbuja de las .COM es el ejemplo más reciente de esto.
- Un evento negativo de alto impacto que borre en poco tiempo varios billones (trillion en inglés) de dólares: El evento debe ser inesperado ya que, de lo contrario, estará total o parcialmente descontado en los precios. La crisis hipotecaria de 2008 que posteriormente luego se propagó al mercado bursátil es el ejemplo más reciente de esto.
Debido a que ninguna de las dos causas de mercados bajistas en paises desarrollados se ha manifestado aún en EEUU es que consideramos que tenemos razones suficientes como para continuar invertidos en cedears de empresas estadounidenses por un largo tiempo más.
La cartera está compuesta en su mayoría por acciones tecnológicas, las cuales ya subieron mucho ¿No estarán caras?
Las razones por las cuales la cartera de cedears tienen mayormente empresas tecnologicas son dos:
- Porque desafortunadamente, existen pocos cedears en nuestro mercado y dentro de lo poco que tenemos para elegir, las empresas tecnologicas son además de las pocas que tienen un volumen lo suficientemente alto como para garantizarnos liquidez de entrada y salida.
- Porque en toda tendencia alcista, nunca suben todos los sectores del mercado por igual sino que siempre hay un sector o tipo de empresa que lidera la tendencia del mercado, subiendo proporcionalmente más que el resto y teniendo un mayor ‘momentum’ para continuar moviéndose al alza en aquellos momentos en que el movimiento de los demas sectores se ameseta. En los 70s fueron las acciones de empresas petroleras, en los 80s fueron las empresas más prestigiosas (blue chips), en los 90s fueron las .COM (aunque eso luego terminó mal) y en la tendencia alcista actual son las empresas tecnologicas por lo que, ahora que llevamos más de 10 años ininterrumpidos de suba y que este mercado alcista está maduro, lo más recomendable es invertir en las empresas del sector que ha venido liderando la suba hasta este momento debido a que son las que justamente tienen más momentum gracias a que son además las que tienen un mayor potencial de crecimiento por delante.
En el estado actual del ciclo alcista en el que nos encontramos, resulta muy dificil poder encontrar alguna acción que se encuentre realmente muy barata en relacion a sus fundamentos como consecuencia de que ‘nadie ha visto hasta ahora el potencial que tiene’ ya que eso generalmente sucede cuando las tendencias alcistas están comenzando pero es mucho más dificil de lograr cuando llevamos 10 años seguidos de suba y hay cientos de miles de inversores tratando de encontrar alguna acción que les permita vencer a los índices.
En resumen, a nivel agregado las acciones de EEUU no están baratas pero tampoco están caras y sumado a eso, 2020 es un año electoral en EEUU, los cuales han sido historicamente alcistas para las acciones por las expectativas que genera el próximo gobierno así que, si queremos estar invertidos en EEUU y no hemos encontrado una empresa que esté muy barata en relacion a sus fundamentos, lo mejor que podemos hacer es tener una cartera diversificada en la cual, el sector tecnologico sea el protagonista, aprovechando que es el sector que tiene los mayores márgenes para continuar subiendo.
Si desea obtener un asesoramiento personalizado en el armado de carteras de inversión que se ajusten a sus objetivos y se adapten a su tolerancia al riesgo, no dude en contactarse con nosotros.
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Fuente: On 24.