Catriel: El venturoso comienzo petrolero de Río Negro
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El 20 de noviembre de 1959, en cercanías de Catriel, por entonces una pequeña localidad agrícola-ganadera, comenzó a escribirse la historia del presente y futuro de ese punto geográfico del noroeste rionegrino.
En el marco de una nueva política en materia de hidrocarburos lanzada por el ex presidente Arturo Frondizi (1958-1962) y una potenciación en la actividad de YPF en todo el país, operarios de la empresa estatal presenciaron y fueron protagonistas del descubrimiento del pozo Catriel Oeste, punto de partida (CO)1, para el desarrollo económico y social de toda esa región.
Las campañas exploratorias hidrocarburíferas de YPF avanzaron en la zona de Peñas Blancas pero las tareas más intensas se cumplieron cuando personal técnico y equipos especiales de montaje iniciaron trabajos de exploración sísmica, momentos en que comenzó a fluir petróleo en Catriel y a partir de allí se produjeron nuevos descubrimientos que posicionaron a esta localidad como la principal productora del hidrocarburo en Rio Negro.
Las perforaciones siguieron en Loma Montosa, Tres Puntas, Catriel Norte, Punta Rosada, Barranca de los Loros, y Catriel Oeste. El este rionegrino, y amplias extensiones cercanas a Viedma y a Carmen de Patagones y su partido, también conocieron estos trabajos de exploración sin resultados, que estuvieron a cargo de la empresa Shell, durante dos años consecutivos.
En 1962, año en que fue derrocado el presidente Frondizi, se informó en forma concluyente sobre la seguridad de las operaciones extractivas, al descubrirse los yacimientos Medianera y Medanito que aún hoy forman parte del lenguaje petrolero.
Hoy que la historia como siempre anda con nosotros es oportuno recordar algunos episodios del pasado, entre las décadas del 40 y del 50, que se inscriben en las polémicas que mantuvieron gobiernos nacionales y agrupaciones políticas, oficialistas y opositores, acerca de la conveniencia o no de convocar empresas extranjeras para lograr el autoabastecimiento petrolero que YPF no podía satisfacer por falta de equipos, tecnologías y recursos.
El constante deterioro de la situación económica, a fines de 1954 y principios de 1955 obligó al presidente Perón a morigerar sus ideales nacionalistas y a remodelar su discurso ya que el consumo doméstico llegó a los 11 millones de metros cúbicos de petróleo, más del doble de la producción nacional -unos 4 millones de metros cúbico-, que reflejaban en la balanza de pagos deficitaria en una suma del orden de 277 millones de dólares, suma imposible de soportar en el tiempo. Fue entonces, contradiciendo a sectores dirigenciales críticos del oficialismo que firmó un contrato provisorio garantizando una gran concesión de petróleo con la Compañía Argentina, subsidiaria de la Standard Oil de California. Perón elevó ese contrato al Congreso de la Nación que nunca tuvo tratamiento parlamentario.
El protagonismo en esta materia del presidente Arturo Frondizi (1958-1962), tuvo mayores resonancias porque antes de asumir el cargo, y en el período electoral previo, apareció un libro de su autoría titulado “Política y Petróleo”, postulando el monopolio de YPF en materia de explotación y refractario a la participación de empresas extranjeras.
Frondizi tuvo un diagnóstico parecido al de Perón en cuanto al negativo estado de las cuentas públicas y estuvo obligado por la necesidad de afrontar el problema.
Y dijo en uno de sus discursos: “Mientras el petróleo duerme en el subsuelo, el país gasta millones de dólares en adquirir petróleo ajeno. Para poder terminar con este estado de cosas que nos denigra y desangra el poder ejecutivo ha suscripto por intermedio de YPF contratos y acuerdos previos con firmas privadas nacionales y extranjeras tendientes reforzar la actividad de la empresa fiscal, especialmente en lo que se refiere a la explotación petrolera”. Esa política fue exitosa.
Es posible que hoy queden por allí resabios de los conflictivos contratos que Frondizi firmó con empresas extranjeras pero es imposible negar en los hechos que todo ese conjuntos de medidas disminuyó sustantivamente el drenaje de divisas que lograron, en menos de cuatro años, llegar el autoabastecimiento con la obtención de entre 15 y 16 millones de metros cúbicos de petróleo.
Pero eso no impide que se pueda cuestionar que los contratos con las empresas no fueron girados al congreso, habiéndose arrogado el poder ejecutivo, responsabilidades pertenecientes al poder legislativo, como corresponde a un gobierno democrático.
Fuente: App Noticias