Combustibles: por la disparada del crudo, el Banco Central «afloja» el cepo importador a petroleras
La entidad monetaria estableció cambios tras el pedido de las empresas, que necesitan más dólares para comprar combustibles y derivados en el exterior
En pleno vaivén ascendente del crudo por la guerra Rusia-Ucrania, el Banco Central (BCRA) movió las piezas y acercó algo de alivio a las petroleras. En momentos en que el barril de Brent vuelve a ubicarse en torno a los 115 dólares, y tensiona la comercialización interna, la autoridad monetaria resolvió exceptuar a la importación de hidrocarburos y combustibles de los topes vigentes para acceder al mercado de cambios.
De esta manera, se le asignó algo de oxígeno a un rubro que requiere de un volumen de dólares cada vez mayor para cumplir con la cuota doméstica de producción y abastecimiento. La Comunicación «A» 7469 del Central cambia lo establecido en otra disposición del 3 de marzo que complicaba a los importadores del sector del petróleo.
La decisión informada exceptúa a aquellas importaciones que tengan asociada una declaración SIMI categoría B en estado «Salida» y los bienes abonados corresponden a las posiciones arancelarias de los aceites de petróleo o mineral bituminoso, sus preparaciones y sus residuos o de los gases de petróleo y demás hidrocarburos gaseosos.
«Las importaciones de estas posiciones serán deducidas de los cálculos del valor FOB de las importaciones para los años 2020 y 2021 que se utilizan a los efectos de determinar el monto de las SIMI categoría A que el BCRA asignará a cada importador», informó el Central.
Lo dispuesto por la entidad permite a las empresas superar los topes establecidos a principios de mes, que complicaron fuerte a las petroleras por el salto del barril a partir de la invasión rusa a Ucrania. Las firmas comenzaron a tener que recurrir a dólares propios para afrontar importaciones cada vez más caras.
Según pudo saber iProfesional, la semana pasada sendos representantes de las petroleras notificaron al Gobierno de la situación y advirtieron que a este ritmo de incremento del crudo internacional se haría imposible sostener la importación de combustibles como el gasoil.
La posibilidad cierta del desabastecimiento redundó en esta comunicación del BCRA que amplía la capacidad de maniobra financiera del sector de los hidrocarburos y, en simultáneo, aporta tranquilidad al agronegocio de cara a la cosecha gruesa.
Tratativas por el barril «criollo»
La intensificación del conflicto bélico tras la invasión rusa a Ucrania aceleró a niveles impensados el precio del crudo. Y la escalada del barril volvió a complicar los números del mercado interno.
La unidad «criolla» establecida por el Gobierno quedó por demás de atrasada en este contexto: merodea los 60 dólares. Semejante diferencia seduce a las petroleras independientes a exportar más y eso reaviva los temores internos de que reaparezca el desabastecimiento.
Desde la Secretaría de Energía comenzaron a acentuar los contactos con el sector petrolero para trazar una hoja de ruta si la guerra se prolonga. En el ámbito de las estaciones de servicio también comenzó a hacerse intensa la preocupación. Los empresarios del expendio entienden que, si no hay ajustes en el valor del barril «criollo», automáticamente aparecerán los problemas para refinar.
Claro que cualquier suba en la unidad doméstica se haría sentir en los surtidores. El dilema oficial, entonces, pasa por definir si se establece o no un ajuste del valor interno del crudo y, de ocurrir, cómo lograr que ese cambio no necesariamente implique un salto potente en el precio de las naftas.
El barril internacional presiona los precios
Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación, definió como «ficción» el precio aún establecido para el «criollo». Y sostuvo ante iProfesional que si la Argentina no empieza a acercar el valor del barril interno a la cotización internacional desaparecerá todo atractivo a la inversión, además de generarse una tensión fuerte entre las petroleras que no refinan para venta interna.
Por su parte, Horacio Lazarte, analista del mercado energético, dijo a este medio que, dado el escenario de volatilidad del petróleo externo, «difícilmente pueda sostenerse el precio del barril que tenemos hasta ahora. Ya la cotización estaba desfasada y eso se acentuó con la guerra. Si bien las empresas venían compensando los números locales con la exportación a precios internacionales, ahora la brecha es realmente enorme».
«Los precios internos entraron en revisión. Pero que se apliquen cambios al barril no necesariamente podría generar un aumento de relevancia en los surtidores. De hecho, en febrero se aplicó una suba a las naftas pero sin tocar el valor del barril interno. Hay que ver qué acuerdo se logra entre privados», comentó para cerrar.
Fuente: iprofesional