Cómo es el impuesto a la riqueza que piensa Pullaro, que rechaza Ganancias
Pasa por una alícuota sobre el 1 por ciento más rico en ingresos o sobre determinado nivel de patrimonio alto. Las conversaciones con aliados y gobernadores.
Pullaro con el ministro del Interior, Guillermo Francos. En la reunión de gobernadores el mandatario santafesino le señaló que se impone a restituir el impuesto a las ganancias.
El gobierno provincial impulsa de manera formal frente a sectores políticos del país que considera próximos por afinidad ideológica o por intereses comunes un proyecto para que la Nación imponga un impuesto fijo al sector más rico de la población. La opción que está en la evaluación del equipo técnico de Maximiliano Pullaro descansa en dos variantes: aplicar el gravamen a la franja de más altos ingresos o hacerlo sobre los sectores de mayor patrimonio.
La idea implica una sorpresiva novedad política en un complejo presente. También no exenta de audacia en un momento paradójico en que gobierna el país un espacio que llegó con un discurso de crítica feroz a todo impuesto pero que, ante los fuertes apremios de la coyuntura, le propone a las provincias reinstalar el impuesto a las Ganancias, derogado hace cuatro meses, para incrementar el flujo de fondos de la coparticipación.
“Hay una encerrona política donde les dicen a los gobernadores «si quieren tener lo que antes tenían paguen los costos ustedes». Y no hay una forma sola de hacerlo. Porque restituir el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría implica castigar a muchos laburantes que tienen una vida para nada desahogada”, dijo a La Capital un funcionario de la Casa Gris.
El jueves pasado Pullaro adelantó informalmente en una reunión con periodistas que Santa Fe se opondrá a la restitución de Ganancias y que maneja como iniciativa promover un impuesto a la riqueza. Su idea es que los sectores políticos de centro, o se puede pensar centroderecha, tienen que tomar esa bandera.
Sobre todo cuando en el Foro de Davos, el mismo ámbito donde pronunció su resonante discurso el presidente Javier Milei, un grupo de 250 empresarios multimillonarios dio a conocer una iniciativa en la que abogan por el pago de más impuesto a la riqueza.
Lo que señaló este colectivo, donde están varios de los magnates más ricos del mundo, es que la obtención de esos recursos de riqueza privada acumulada ociosa permitirá “una inversión para nuestro futuro democrático común” y mejorar la calidad de vida de las personas.
Lo que ve el equipo de economía de Pullaro es que el debate sobre el famoso uno por ciento que es el sector poblacional que quedaría comprendido permite una equiparación, no una superación, de lo que las provincias dejan de percibir por la derogación de Ganancias. Y que además parte de una pauta mucho más justa ya que si bien la cuarta categoría de Ganancias incluye a sectores altos abarca también a vastos sectores medios que tienen ingresos muy poco por encima de la línea de pobreza.
El proyecto que impulsa Pullaro tiene dos variantes. Uno es tomar el ingreso de las personas a partir de la mayor progresividad de la escala imponiendo la alícuota al contribuyente de ingresos muy elevados no ya como una persona física sino como una persona jurídica, es decir, como una empresa.
La alternativa es gravar el patrimonio con un tratamiento diferencial en bienes personales a quienes superan determinada valuación. Para ello sostienen que el PBI per cápita puede ser un buen orientador. La última medición del Indec que es la del tercer trimestre de 2023 definió que el PBI per cápita en el país es 4.300.000 pesos. La estimación proyectada para el cuatro trimestre del año pasado daría 6 millones per cápita. La referencia para imponer el impuesto puede ser sobre las personas que superen diez o veinte veces en bienes personales esa referencia. Por ejemplo sobre los que tienen un patrimonio de 60 millones de pesos. O en la segunda opción 120 millones de pesos.
En definitiva en la cabeza de los técnicos del gobernador las opciones se reducen a dos. O es una tributación a quien supere 10 o 20 veces el PBI per cápita en su patrimonio. O bien que la imposición recaiga sobre el 1 por ciento más rico en función de ingresos personales.
“No nos interesa volver a Ganancias porque lo que se derogó fue un tributo que se calculaba exclusivamente sobre la renta del trabajo personal y no es justo caerle a una mayoría de trabajadores medios”, señalaron desde la Casa Gris. Algo sobre lo que llaman la atención es que esta alternativa no aumenta la carga tributaria sino que mantiene la que estaba antes de la derogación de Ganancias. «Es recuperar lo que se perdió con la eliminación de cuarta categoría de Ganancias de manera de recuperar lo mismo», afirman.
Este viernes Pullaro, en el programa de youtube de Alejandro Fantino, dijo que pensaba en un tributo al decil más rico de la Argentina y que eso se pueda redistribuir. Mencionó al pasar la declaración de los multimillonarios en Davos a favor del impuesto. Y planteó «Que el ajuste no lo paguen los laburantes o los que la pasan mal».
¿Es esa posibilidad algo que es apenas una ocurrencia inicial? En un momento que todas las provincias están acechadas por el problema del financiamiento, los recortes de partidas del presupuesto nacional y la incertidumbre sobre los fondos a coparticipar, hay al menos tres andariveles de diálogo que mantiene el gobernador en el ámbito nacional. Una es con varios de los gobernadores de Juntos por el Cambio. Otra en el espacio de la coalición JxC, más especialmente en el de los referentes radicales. Y por último en el de la Región Centro, que conforman Córdoba y Entre Ríos junto a Santa Fe.
Sostener públicamente este proyecto tiene además impacto en la política porque toma una bandera que históricamente estuvo sostenida por tradiciones políticas de izquierda y también del peronismo.
Precisamente, el antecedente de un impuesto a la riqueza en Argentina fue el que aprobó en el Congreso a fines de 2020, a instancia de los diputados del Frente de Todos Carlos Heller y Máximo Kirchner. Se llamó ley de Aporte Solidario y Extraordinario, concebido en el marco de la pandemia.
Durante aquél debate, los legisladores del oficialismo remarcaron que se trataba de un impuesto “por única vez” a personas con patrimonios superiores a los $ 200 millones. Recaudó casi $ 250 mil millones y tenía destinos específicos. Uno era la financiación de obras en el marco del plan de integración socio urbana, y otro el desarrollo de infraestructura que se aplicó a la construcción del gasoducto desde el yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén hacia el este del país.
Fuente: La Capital