¿Cómo impactaría en Argentina la enorme escalada del precio del gas?
El traslado a combustibles podría llegar después de las elecciones, si continúa en alza el barril de petróleo.
YPF tuvo una barcaza exportadora en Bahía Blanca en 2019. La actual administración decidió cancelar el contrato.
La suba de los precios internacionales de la energía podría afectar a la Argentina en poco tiempo. Durante este año, el país recurrió a importaciones de gas por US $1.147 millones. Fue durante los meses de invierno, cuando la demanda local no alcanzaba para cubrir las necesidades locales. En las últimas semanas, el precio del gas se cuadriplicó en Europa y los analistas creen que esa suba se extenderá al petróleo.
Argentina todavía no avanzó con las compras de gas para el próximo invierno, ya que los cargamentos se empiezan a encargar en el verano. De mantenerse los precios actuales, tendrá que pagar más que el invierno pasado.
En Estados Unidos, la unidad con la que se mide el gas (BTU) rozó los US $6 y ya escaló un 130%. De mantenerse la tendencia, el GNL (gas líquido, que se regasifica en terminales) será más caro en los próximos meses.
Durante 2021, el Gobierno autorizó un aumento del gas del 6% en las tarifas. Los mayores precios los afrontará la estatal IEASA (ex Enarsa), que se encarga de las importaciones. El Poder Ejecutivo deberá decidir si subsidia esos costos crecientes a través de fondos públicos o los traslada, de alguna manera, a las boletas. El Poder Ejecutivo destinará este año US $9.000 millones a subsidios.
“La aguja de los subsidios la mueven IEASA y Cammesa. El aumento tarifario depende de los precios internacionales. Vamos a ver cómo viene el invierno. Nada indica que los valores internacionales van a ser menores”, dijo Nicolás Gadano, economista especializado en finanzas públicas e industria de los hidrocarburos. El especialista estima que puede haber una mayor producción local a través del plan Gas, y que eso ayude a disminuir la compra de combustibles líquidos.
Fernando Navajas, economista jefe de FIEL avisa: “En 2022, el precio internacional de la energía es un barrilete que se escapó. Acá hay que recuperar tres años seguidos de errores, uno de la administración de Mauricio Macri y dos de Alberto Fernández en materia de indexación tarifaria. El contexto internacional es muy preocupante, el precio del gas en Europa está en US$ 25 por millón de BTU (la unidad de medida del sector)”.
“La Argentina tienen una garantizada una parte de la oferta de gas por el plan Gas. Hay que hacer licitaciones adicionales en los próximos meses y años. Esas importaciones de gas y las eventuales de combustibles líquidos (para la generación eléctrica) van a venir a precios muy altos. Es un shock que va a llegar a la economía argentina. Pretender seguir haciéndose el distraído sin siquiera indexación tarifaria es equivocado. La suba de tarifas debe estar por arriba de la inflación, bajo ningún aspecto por abajo”, añade Navajas.
“El Gobierno incumplió con los susbisidos energéticos que estaban en el presupuesto 2021. Nuevamente podría incumplir en 2022”, supone Alejandro Eintoss, economista, profesor de la UBA y coordinador en la Fundación Alem, especializada en energía. Eintoss observa que los actuales precios de la energía implican una revisión de los números volcados en el presupuesto para subsidios. El ministerio de Economía los calculó en un billón de pesos para 2022.
IEASA se encarga de la compra de gas importado, consumió $124.000 millones durante este año. El desembolso de 2022 dependerá de la cotización del GNL que vaya a adquirir.
El precio del barril del petróleo, que había tocado pisos en el inicio de la pandemia, se está recuperando e incluso está tocando picos para los últimos años. La mayor demanda elevó las expectativas de los países productores, nucleados en la OPEP.
YPF prometió que no habrá aumentos en el precio de los combustibles hasta fin de año. Sin embargo, el recalentamiento en las cotizaciones del barril de petróleo crudo podría poner en jaque esa promesa.