Coronavirus. La oportunidad económica de la Argentina en un contexto adverso
Cuando el Coronavirus comience a ser historia, las oportunidades de exportación para la Argentina vendrán de la mano de la cadena agroalimentaria. Según un informe de la consultora Abeceb, son los alimentos los productos que podrían mostrar una recuperación más rápida de la pandemia porque se encuentran más diversificados, con opciones para enviarse a diferentes destinos.
Con menor caída en la demanda y una necesidad clara de productos alimenticios en el mundo, la agroindustria se encuentra por delante entre las exportaciones del país.
En primer término, el mercado de cereales y oleaginosas (y productos de su molienda) fue relativamente poco afectado. El precio del trigo, por ejemplo, incluso ha aumentado desde fines del año pasado, producto de las restricciones a la exportación de Rusia y la proyección de una menor cosecha a nivel mundial para la campaña 2020/2021.
En tanto, la caída en la cotización de la soja desde fines de 2019 es moderada, especialmente si se lo compara con productos no alimenticios. «Las ventas de productos primarios y los derivados de soja son las más diversificadas y tienen en gran medida destinos asiáticos y África, por lo que no se verían tan afectados», explican el estudio.
En tanto, con la carne y China como principal importador con el 75% de la totalidad de producto exportado, los frigoríficos son optimistas respecto de la reanudación de las compras en el segundo semestre. Sin embargo, el ingreso al mercado europeo comienza a ser una preocupación, aunque debe destacarse que el sector ya cumplió con el 84% de la cuota Hilton.
A pesar de contar con destinos pluralizados, la situación de los lácteos no es buena, donde más del 60% de las ventas es de leche en polvo que redujo fuertemente su precio por la sobreoferta global. También los cueros atraviesan un panorama más que complicado dado que se ha retraído fuertemente la demanda de la industria automotriz. Por último, el mercado frutero, con una gran dependencia de Brasil así como la de pescados y mariscos a España e Italia, está supeditada a la demanda de esos países.
En la vereda de enfrente, con un escenario diametralmente opuesto, los sectores petroleros, automotor, petroquímico y minero, entre otros, no tienen un buen panorama por delante. De acuerdo con el documento, con un derrumbe sin precedentes en los precios internacionales, las empresas argentinas petroleras sufren también una caída en la demanda de combustibles superior al 80% debido a la cuarentena local.
Por otra parte, el escenario en la industria es más complejo aún, con una fuerte dependencia de países muy afectados por la pandemia, se espera además una caída en bienes de inversión. Asimismo, la actividad automotriz, principal rubro de exportaciones industriales del país mayoritariamente a Brasil, sufre una caída en las ventas a nivel global.
En un contexto en que el derrumbe de los precios del crudo abarata los insumos a nivel global, la industria química con su principal producto de exportación, el biodiesel que se destina a Europa (Países Bajos), será golpeado por el menor consumo de combustibles. En tanto, se espera una mejor evolución de la demanda de productos de limpieza, medicamentos y agroquímicos, que son de las cadenas menos afectadas a nivel global.
Tampoco la actividad minera está de parabienes. Si bien la producción que se concentra en metales preciosos aumentó de precio, producto de su función como reserva de valor, «la preocupación de las empresas se centra en recuperar la producción y en las posibles dificultades que encuentran para desarrollar la logística necesaria».
Destinos concentrados
Al analizar los destinos de exportación de la Argentina, existe poca diversificación, donde solo cinco países (Brasil, China, Estados Unidos , Chile y Vietnam) sumaron en el año 2019 más del 42% de las exportaciones totales. El principal socio comercial, Brasil, dispuso un paquete de estímulos económicos que hace que sus importaciones sean relativamente elásticas a la recuperación de la actividad.
China, por su parte, con indicios de contención del impacto de la pandemia, levantó las medidas de cuarentena. «Por tamaño y relevancia en las cadenas globales de valor, su recuperación no sólo tendrá impacto en la demanda de exportaciones de la Argentina sino también en la mitigación de la interrupción de las cadenas de suministro de bienes intermedios», sostiene el documento.
Otro de los países importadores de productos nacionales es Estados Unidos que destinó un paquete de medidas sin precedentes equivalente al 11% PBI y es el que brinda mayor seguridad jurídica entre los socios comerciales de la Argentina.
Por otro lado, países de la Unión Europea (UE), con una menor gravitación en las exportaciones argentinas, presentan distintas realidades. Italia, España y el Reino Unido, con el 4,3% de las exportaciones totales, mantienen restricciones a la actividad y el comercio.
En tanto, Alemania y Suiza , con 3,5% de las exportaciones totales, están levantando la cuarentena, retornan a la actividad e implementan medidas económicas significativas para mitigar el impacto: Alemania destina un 4,9% del PBI y el país helvético un 9,3% PBI.
Finalmente, con una caída en la demanda externa en marzo pasado del 15,9%, la velocidad de la reactivación en el país dependerá, fundamentalmente de cuánto demoren en superar el impacto sanitario sus principales socios comerciales que tuvieron una fuerte contracción del consumo, la inversión y el comercio.
A nivel local, existen también dificultades operativas de logística, transporte y en puertos, sumado a cortes en las cadenas globales de valor que generan retrasos y obligan a reformular estrategias de abastecimiento.
Solo resta esperar que se agoten los comportamientos disruptivos en el comercio mundial, donde la Argentina, si tiene capacidad para exportar, tendrá pequeñas oportunidades. «Con países que restringieron su exportación, ya sea por política de seguridad alimentaria o de logística, el país podría acceder a nuevos mercados. Esto se debería aprovechar», concluye Javier Cao, responsable de inteligencia sectorial de la consultora.