Criptomonedas en Tucumán: el futuro de la economía que llegó hace rato
Muchos tucumanos son parte del mundo de las criptomonedas. Se conectan desde nuestra provincia y van detrás de un sueño conjunto: ¿La posibilidad de volverse millonarios? De qué se trata ese mundo etéreo.
Con Bernabé Rodríguez crecimos en Villa Lujan. Solíamos jugar a la pelota en un descampado al frente de nuestros edificios. Con el tiempo, dejamos de frecuentarnos. Yo sabía que él estaba estudiando abogacía. Cuando el aislamiento por la pandemia se relajó, nos reencontramos. Estábamos en una juntada cuando vi que se fijaba con atención en su celular. Miraba unos gráficos amarillos que me llamaron la atención. Le pregunté y me dijo que era la aplicación de Binance, el brocker de criptomonedas más grande del mundo. Hacía poco había invertido sus ahorros ahí. Eran pocos, acaso todos los que un estudiante que trabaja se puede dar el lujo de tener.
“Al comienzo fue ingresar dinero sin saber muy bien qué estaba haciendo. Pero después seguí leyendo, comprando y vendiendo otras monedas”, explica sobre sus inicios. Pero no está solo: “Sorprendentemente, me empecé a encontrar con mucha gente, conocidos que tenían criptos y les interesaba este mundo. No es algo complejo, aunque sí lleva tiempo entenderlo. Se puede entrar con montos de dinero como $1000”.
Tanto fue el interés por esta tecnología que Bernabé lo comenzó a relacionar con su profesión: la abogacía. Blockchain, ya se utiliza para realizar contratos entre particulares, aprovechándola para que automáticamente se cumplan plazos de pago o traspasos de dinero. Este terreno de las cripto, me cuenta, será algo muy útil para todos.
El 18 de mayo de 2010 el estadounidense Laszlo Hayneck escribió en un foro de criptoentusiastas: “pagaré 10.000 bitcoins por un par de pizzas”. A los cuatro días, cuando la noche recién comenzaba, un repartidor de la cadena Papa John’s tocó el timbre del departamento de Laszlo. Cuando salió a atender, se dio con dos pizzas grandes, lo suficiente para la cena y que sobrara al otro día.
El calor típico de Florida en esos meses se siente en el cuerpo. Se parece bastante al que soportamos los tucumanos en diciembre. Después de probar una porción, Laszlo abrió su computadora y volvió a escribir: “sólo quiero anunciar que he cambiado con éxito 10.000 bitcoins por pizza. Gracias, Jercos”. Así, quedó registrada la primera transacción con criptomonedas en la historia. Laszlo saboreó un triunfo especial.
Jercos era Jeremy Sturdivant, un joven de 19 que vivía en California. Él se las había enviado (gastó poco más de 40 dólares de ese momento) y Laszlo le transfirió 10.000 bitcoins a su cuenta. Hoy en día 10.000 bictoins alcanzan para comprar 8 mil departamentos de dos ambientes en Barrio Norte.
Aunque desde el 2010 hasta la actualidad han pasado pocos años, las palabras bitcoin y criptomonedas ya forman parte de nuestro cotidiano. En Tucumán, cada vez son más los entusiastas que ingresan en este mundo.
La tecnología que sostiene las criptomonedas es la blockchain, a la que podemos definir como un escribano incorruptible repartido en miles de computadoras de los propios usuarios en todo el mundo. Esto hace que hackearla sea un imposible, para realizar un fraude se deberían corromper todas las computadoras al mismo tiempo. Escribano mundial por su red totalmente diseminada en diferentes nodos en todo el planeta. Cada nodo a su vez está integrado por máquinas de usuarios llamados mineros que prestan el poder de procesamiento de sus computadoras para certificar cada transacción realizada a cambio de un porcentaje de criptomonedas.
Blockchain o cadena de bloques, porque cada cierto tiempo se cierra y abre un nuevo bloque, quedando guardadas en esa especie de gran libro publico todas las transacciones realizadas sin posibilidad de modificarlas o alterarlas. Hay más de 10 mil criptomonedas. Bitcoin y Ethereum son unas de las más conocidas.
En 2013, el tucumano Vancis Roda tenía 9 años, unos rulitos rubios bien formados que se robaban las miradas y palabras vinculado a lo tierno que resultaba. Pasaba sus días en la computadora leyendo o jugando a videojuegos. Una tarde, Vancis curioseó cómo funcionaban las tarjetas de crédito y de débito y se preguntó si él podría hacer una trasferencia. Se dio con que sus nueve años eran un limitante: para ingresar al sistema financiero debía ser mayor de edad. Pero no quería esperar tanto. A los días, leyó sobre bitcoin, esto sería algo que lo marcaria a fuego. Ese mismo año realizó su primera transacción: vendió la cuenta de un videojuego a una persona de Canadá. La emoción de Vancis fue el motor para, antes de entrar al secundario, tener consolidada una base importante de conocimientos sobre economía, tecnología y criptomonedas. Invirtió unos pequeños capitales, adquirió bitcoins, los vendió y compró otras monedas.
A él lo que le apasiona son las posibilidades de su uso, que van más allá de lo financiero, la ideología que hay detrás de estos activos. Por ejemplo, me cuenta, se pueden utilizar para elecciones sin fraudes, ciberseguridad y cadenas de abastecimientos, valiéndose de que toda la información pueda ser controlada y esté a disposición de quien lo precise. Así, como Vancis, hay muchos. Cada vez son más. Internet posibilitó las criptomonedas, pero también la accesibilidad a ese conocimiento. “Yo estoy en un grupo de WhatsApp donde coexisten vecinos que venden bienes o servicios y ofrecen como medio de pago criptomonedas, incluso descuentos para incentivar el uso de las mismas, no es para nada complejo. Hay un mercado y voluntad de integrarlas en los comercios tradicionales”, concluyó el joven que acaba de cumplir 18 años.
Pero no todo está resuelto: una de las cuestiones a revisar es el costo energético. El caudal de consumo que los mineros utilizan con sus poderosas computadoras es muy alto. Se aspira a que toda la energía que se utilice sea renovable. Por el momento, esto está lejos de ser así. Minar criptomonedas es la acción que realizan computadoras de particulares con alto potencial de procesamiento. Para comenzar a minar, la inversión que se necesita es de $250.000. Cuantas más tarjetas gráficas se utilicen en el equipo, mayor capacidad de minado, lo cual dejará una mayor ganancia.
La ventaja de hacerlo en Tucumán es que la boleta de la luz, a comparación de otras partes del mundo, resulta muy económica. La contra son los cortes, las subas de tención y el calor. Aunque hay formas de proteger los equipos, la sala donde estos estén, debe estar climatizada todo el tiempo. Por esto, algunos tucumanos, prefieren apagar sus equipos.
Sus ganancias varían según como cotice la moneda que están mimando, fluctúa mucho y por épocas fue muy redituable. Ahora, como cada vez hay más y la oferta es mayor, las ganancias no son tantas. En Tucumán hay varios cuartos con equipos de minería, al entrar en uno de ellos se percibe el cambio de temperatura, la refrigeración que necesitan, ese fresquito que se siente cuando el aire acondicionado da directo. Las máquinas y tarjetas gráficas funcionando hacen luces de todos los colores. Parece irreal, un cuartito en un edificio del centro tucumano con unas computadoras, casi en silencio, que hacen luces extravagantes está permitiendo y validando transacciones de gente de todo el mundo, constantemente, aportando a esa cadena. Un sueño que comenzó hace poco más de una década y del que hoy muchos tucumanos son parte.
Nicolás es un minero de nuestra provincia, coincidimos en que es preferible preservar su identidad, ya que una de sus reocupaciones es la seguridad de sus equipos. “Minar no es muy rentable por la gran oferta que hay, muchos lo están haciendo, pero para que la inversión sea rentable se debe contar con un equipo de más de 4 mil dólares”, me explica. Él comenzó con su propia computadora, la que usaba para jugar a videojuegos, hasta que decidió pasarse a una con mucho más poder de procesamiento.
Ligado a la minería, a fines del año pasado, el empresario Jorge Rocchia Ferro sorprendió al anunciar la reconversión del Catalinas Park a «Catalinas Fintech Hotel», un proyecto ligado al mundo de las criptos del que todavía poco se sabe. En el primer piso del lujoso hotel se instalarían maquinas para el minado de criptos, sumado a salas vinculadas a la industria tecnológica y del conocimiento. También se anunció que el renovado hotel contará con un espacio de coworking con un bar automatizado.
Hay flashes, luces, algarabía, influencers del mainstream tucumano, autos y bebidas caras. Es julio de 2021 y la financiera Adhemar Capital abre sus puertas en la avenida Solano Vera primera cuadra a puro “glamour” en palabras de su fundador y CEO Edgar Adhemar Bacchiani. Hay mucha gente, por la estructura se nota una gran inversión. Todo muy bien decorado. Unas pantallas muestran gráficos que no se entienden. La firma se promociona como una financiera que se dedica al trading de criptomonedas, es decir, compra – venta y que reparto de la rentabilidad entre quienes confían sus dineros, a veces de la venta de inmuebles o autos y hasta herencias con la ilusión de que se multipliquen.
La ilusión de las altas tasas de ganancia se diluyó cuando hace unas semanas los pagos comenzaron a demorarse y reprogramarse. La plata no estaba. La prensa nacional hizo eco de la noticia que acusaba de posible lavado de activos e irregularidades a la financiera. Desde ese momento, todo se complicó para los ahorristas.
Si bien el trading es una actividad de alto riesgo y por eso da buenas ganancias, Claudio, un entendido de la materia que prefiere resguardar su identidad, cuando le consulto específicamente por Adhemar Capital, me cuenta que es muy difícil sostener dividendos con porcentajes tan altos, que en poco tiempo se pierde todo. Que no hay conocimiento que pueda contra eso: “ni los mejores traders del mundo tienen esas tasas”, me repite. La financiera ofrecía intereses mensuales del 15% en dólares.
Antes de su llegada a Tucumán, la financiera que ofrecía intereses mensuales del 15% en dólares, se había instalado en Catamarca, provincia donde su dueño pasó de ser considerado un mesías y el próximo gobernador (en palabra de los primeros ahorristas que si recibieron sus dividendos) a salir custodiado de su vivienda luego de que un cliente de Adhemar, al que se le había atrasado su pago, se sentara a negociar con una réplica de un arma en la mesa en una de las sucursales. El incumplimiento en los desembolsos y la imposibilidad de atender todos los reclamos comenzó después de que la justicia decidiera investigar la empresa por supuestas irregularidades, y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos solicite que se investigue las actividades del trader Bacchiani.
“Lo que pasa es que por ignorancia mucha gente pensó que las criptomonedas son capaces de hacerte rico en poco tiempo y no es así. Eso es un claro ejemplo de la desinformación. Ya ha ocurrido con muchas empresas que se disfrazan de algo que no son y utilizan las criptomonedas como anzuelo. En el fondo son sistemas piramidales en los que se gana dinero únicamente por sumar nuevos participantes o clientes, pero que se cortan cuando la gente deja de invertir. Se sostiene hasta que se dejan de sumar y no queda dinero”, concluye el experto.
Argentina es una de las capitales criptos del mundo. Este título de metrópoli encuentra sus razones en cuatro aspectos fundamentales: la inflación, la población joven que busca nuevas oportunidades y no las encuentra en el sistema tradicional, el cepo cambiario y los subsidios en la energía. Se estima que solo en nuestro país hay más de 2 millones de usuarios de criptomonedas y un mercado general valuado en US$ 68. 000 millones.
Algo que da muestra de esta importancia, fue la visita de Vitálik Buterin, creador de Etheruem (la segunda criptomoneda más importante del mundo, que además brinda sostén a otras monedas prestando su red) que aterrizó en Ezeiza a fines del año pasado con el objetivo de conocer y aprender un poco sobre Argentina. Vitálik no pasó desapercibido, sus casi dos metros de altura y su andar desgarbado con medias y ojotas Lacoste llamaba la atención. Un ruso de 28 años con una filosofía de vida que, de no ser por su inmensa fortuna en criptomonedas, se parece a la del ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica: vivir liviano de equipaje. Lo cierto es ninguno de los dos es muy apego a lo material, y aunque Vitalik sea millonario, poco parece importarle.
Vitálik suele pasarse el año viajando por distintos puntos del mundo para intentar comprender cuestiones como la inflación, economías locales y emisión monetaria. Siempre viaja con una mochila, allí lleva su computadora, algunas ropas y no mucho más. Su llegada en vísperas de la navidad causó euforia. Distintos dirigentes políticos (de la oposición y el oficialismo), empresarios y fanáticos querían reunirse con él. Durante su estadía, lo invitaron al recital Gracias Totales, homenaje a Gustavo Cerati. En el vip, muchos amantes de las criptomendas se sorprendieron de ver a uno de sus ídolos, por un momento dejaron de prestar atención al escenario y se acercaron a saludarlo. Vitálik, en nuestro país, tuvo título de rockstar. Según el propio ruso, en ningún otro país del mundo la gente lo reconocía y le pedía fotos en la calle.
Cada vez se ven más publicidades de brokers en las calles, incluso la copa de primera división en la que participa el equipo decano lleva el nombre de Binance, la mayor plataforma a nivel mundial donde se pueden comprar, vender e invertir en más de 100 criptomonedas.
Días previos a que tome su vuelo para irse del país, Vitalik salió a recorrer en soledad el barrio porteño donde se alojaba. Era domingo y bastante temprano cuando quiso entrar a un bar para desayunar. El dueño, que justo estaba llegando, vio que se trataba del creador de Ethereum. Corrió hasta la puerta, lo invitó a pasar, hablaron de Ethereum mientras desayunaba. Antes de seguir viaje, cuando el ruso pidió la cuenta, nombraron la opción criptomonedas como medio de pago posible.
En el horizonte, las criptos se proyectan con mucha esperanza. De izquierda, liberales o posiciones más centristas; se pueden hacer múltiples lecturas políticas y, en algún punto, parecen coincidir. Las criptomonedas son acaso una utopía donde las barreras y límites geográficos se desdibujan y empoderan al ciudadano. Habría que hacer una lectura de la tucumanidad en toda esa cadena de bloques.
Pienso en el monumento al Bicentenario de avenida Mate de Luna, no en la gran estructura fálica que se levanta con vistas a nuestros cerros, sino en las cadenas rotas gigantes de la platabanda que representan el comienzo de nuestra libertad como nación. La blockchain revierte aquel simbolismo de las cadenas, ya no las asocia con la esclavitud. Ahora, las cadenas (de bloques) parecen una alegoría de la libertad en las que los eslabones y bloques cada vez son más, a la vista de todos, con la ilusi
Fuentes: El Tucumano