Cuáles son las inversiones para incrementar la obtención de los líquidos derivados del shale gas de Vaca Muerta
La producción de gas no convencional eleva como nunca la disponibilidad de líquidos como butano y propano. La demanda de GLP argentino en la región puede crecer por variables en Chile y Bolivia. MEGA y TGS ya trabajan para incrementar sus capacidades.
El crecimiento de la producción de gas no convencional en Vaca Muerta trae aparejado un incremento en la disponibilidad de líquidos potencialmente obtenibles. Pese a las dificultades del contexto, las empresas líderes del sector de líquidos están ejecutando inversiones para incrementar la capacidad de procesamiento y fraccionamiento de propano, butano y otras sustancias. El momento es más que propicio: aparecen nuevas oportunidades dentro de la región para la exportación de gas licuado de petróleo (GLP).
El potencial para la producción de líquidos en Vaca Muerta es bien conocido en la industria. El gas no convencional es un gas rico en butano, propano, etano y gasolina natural. El gas natural puede ser procesado para separar estos líquidos del metano.
Al procesar el shale gas se puede obtener hasta el triple de líquidos que con el gas convencional a igual volumen de gas. Los rendimientos en líquidos suelen ser del 20% de la masa molar del shale gas, con casos registrados de más del 30%, según la procedencia del recurso.
El rendimiento es tal que, con el actual incremento de la producción de gas no convencional, la disponibilidad de líquidos es enorme, lo que impulsa la posibilidad de aprovechar el butano y el propano para producir y exportar mucho más GLP. «Las compañías en términos simples plantean que se puede duplicar la producción de GLP en Argentina«, aseguró a EconoJournal el ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Juan José Carbajales.
Mayor producción de líquidos
Algunas de las principales compañías que operan en el segmento de líquidos como Compañía MEGA y Transportadora Gas del Sur (TGS) ya están incrementando sus capacidades para aprovechar la oportunidad.
Compañía MEGA actualmente procesa cerca de 40 millones de m3 diarios de gas natural en su planta de separadora en Loma La Lata, Neuquén. Del procesamiento obtiene unos cinco millones de m3 diarios de líquidos que luego son transportados a través de un poliducto de 600 km de longitud a su planta fraccionadora en Bahía Blanca. Allí separa los líquidos en etano, propano, butano y gasolina para su posterior venta al mercado interno o exportación por barco. MEGA produce cerca de 1,4 millones de toneladas anuales de líquidos, de las cuales unas 770.000 toneladas son GLP (butano y propano).
La compañía ya está realizando obras de ampliación en su planta de fraccionamiento de Bahía Blanca para incrementar la producción de líquidos en un 20%. La obra consiste centralmente en la instalación de un nuevo tren de fraccionamiento que estaría listo en 2025. Con ese tren elevaría la producción de 4700 a 5600 toneladas de líquidos por día.
En cuanto a TGS, la otra compañía líder en el segmento de líquidos, está ejecutando un plan de inversiones de US$ 250 millones de dólares en Tratayén para construir dos plantas modulares de acondicionamiento de gas que pueden ser modificadas para el procesamiento del gas y separación de propano y butano si eventualmente el cliente o productor lo necesita. Esta previsto que las plantas ingresen en operación en 2024. Esta producción debería complementarse con inversiones para el transporte de los líquidos hasta el Complejo General Cerri, en Bahía Blanca, para su fraccionamiento y exportación.
“Las plantas que compramos tienen la particularidad de poder convertirse en procesamiento con muy poco dinero. Un módulo de 6,6 millones de metros cúbicos (m3) por día tiene un costo de unos US$ 130 millones”, había revelado el CEO de TGS, Oscar Sardi, en el Midstream Day de EconoJournal. TGS el año pasado produjo 1,1 millones de toneladas de líquidos en General Cerri.
El mercado regional del GLP
Argentina ya es un exportador de líquidos, centralmente de GLP. Las exportaciones de gas de petróleo, otros hidrocarburos gaseosos y energía eléctrica totalizaron unos US$ 1369 millones en 2022 según datos del Indec. Pero con el crecimiento de Vaca Muerta existe la oportunidad de incrementar la producción y exportación de GLP dentro de la región. Algunas variables en Chile y Bolivia invitan a pensar en una mayor penetración del producto argentino en Sudamérica.
Chile importa de Estados Unidos y Argentina aproximadamente el 80% del GLP que se vende en su mercado. El 80% de los hogares del país lo usa y su demanda puede llegar hasta a triplicarse en el invierno. Pero hay una franja nada menor de la población que utiliza leña para la cocción y calefacción de sus hogares, un consumo que preocupa a las autoridades por su alto impacto ambiental. Por ese motivo el gobierno de Gabriel Boric intenta impulsar el consumo de GLP como sustituto.
La infraestructura de exportación podría ser una de las claves para impulsar las exportaciones a Chile. “Si uno tuviera un propanoducto para llevar GLP sería mucho más fácil que hacerlo en camión y atravesando la cordillera o por barco”, argumentó Carbajales.
Otra variable que puede incrementar las exportaciones de GLP en la región es la caída de la producción de gas en Bolivia. Ocurre que el gas natural que exporta a la Argentina y Brasil es antes procesado en las plantas de separación de líquidos de Carlos Villegas, en Tarija, y Río Grande en Santa Cruz, respectivamente. Pero en el cálculo de construcción de estas plantas estaba previsto una extensión de los contratos de exportación de gas, una perspectiva que entró en crisis por el declino de la producción boliviana y el cese previsto de las importaciones desde Argentina. El riesgo es que las plantas separadoras queden con capacidad ociosa o sin gas. Bolivia exporta una parte de su producción de GLP.
Cómo potenciar la exportación
Despejada cualquier duda sobre la disponibilidad de líquidos, la pregunta central es cómo potenciar su exportación. Como ocurre con el gas natural y el petróleo, Carbajales apunta que la regulación argentina también le da prioridad al GLP para el abastecimiento del mercado interno primero y luego la posibilidad de exportar los excedentes.
La clave para destrabar las exportaciones pasa por permitir la contractualización de volúmenes firmes y por plazos anuales o plurianuales. «Las autorizaciones de exportación son mensuales, en el mejor de los casos por temporada, pero no son anuales ni mucho menos plurianuales. Esto lo estamos viendo tanto en el gas natural como en el proyecto de ley de GNL, cómo pasar de exportaciones acotadas en cuanto a plazos a esquemas que permitan a los productores tener mejores chances de celebrar contratos y ampliar mercados”, explicó el director de la consultora Paspartú.
Industrialización
El abanico de posibilidades de industrialización de los líquidos obtenidos del gas es amplio. Una posibilidad subexplotada es utilizar el propano para obtener propileno, un polímero de amplios usos en diversas industrias.
Un método para producir el propileno es mediante el proceso de des hidrogenización del propano (PDH). «La deshidrogenización del propano actualmente no existe en el país. Pero hay propano suficiente para industrializarlo«, apuntó el gerente de una compañía con conocimiento del sector líquidos consultado por este medio.
Otro aspecto es el gas asociado en la producción de crudo no convencional. «Hay más gas asociado en el shale oil que en el petróleo convencional. El LPG del petróleo sería mejor separarlo en el punto de origen (en Vaca Muerta) porque para las refinerías separarlo es un problema», apuntó el gerente consultado.
Fuente: EconoJournal