“Debemos saber que existe más de una oportunidad a esta crisis”
El exvicepresidente del Citibank y Máster en Negocios en Harvard, José Piñeiro Iñiguez, advirtió que “debe trabajarse con urgencia en un plan de contingencia” sobre la economía “para transitar la pandemia y fundamentalmente para la post emergencia”.
Transitando el tercer año en recesión y con una crisis de final abierto, el país enfrenta un escenario casi sin precedentes en lo sanitario, pero más aún en lo económico.
Comprender el contexto para tomar las mejores decisiones se torna imprescindible. Es por ello que, una vez más, consultamos al economista José Piñeiro Iñiguez, exvicepresidente del Citibank, máster en Negocios en Harvard.
Con la recesión sumando un nuevo ingrediente, cuál será el costo económico
El costo del coronavirus se agranda por la impericia del manejo económico.
La magnitud del impacto, dependiendo del tiempo de la duración de la pandemia será aproximadamente 1,5% del PBI con lo cual el año 2020 la baja será aproximadamente de 3,2 a 3,5% del PBI.
Así las cosas, el descalce financiero de las empresas productivas (PyME, micro empresas y autopropistas) será tremendo en función del aumento del ámbito recesivo y la profundización del crack del sistema de pago.
Qué puede ocurrir con el empleo teniendo en cuenta que ya antes de la pandemia el mercado estaba deprimido
El desempleo no será una variable significativa en el mundo, solo por el hecho del costo financiero directo. Pero de hecho impactará de lleno en la retribución real del trabajador, por la escasez de facturación de las empresas empleadoras.
¿Y las economías regionales?
La falta de planes de contingencias financieras de parte del Gobierno nacional en término de producción proyecta el ahogo financiero de muchas provincias en el interior profundo.
Qué debería hacer el Gobierno
La prioridad hoy es el manejo socioeconómico y la administración de la crisis financiera especialmente expuesta y multiplicada por la crisis sanitaria.
Bajo ningún punto de vista el paliativo de este incipiente impacto económico en la matriz productiva argentina es un aumento de suma fija o los aumentos de las asignaciones por hijo.
Debe trabajarse urgentemente en un plan de contingencia para la crisis económica de manera de transitar la pandemia y fundamentalmente para la post emergencia.
Cómo sería el plan
En definitiva consistirá en conformar un fondo compensador especial y extraordinario con el cual el poder ejecutivo pueda asistir a las necesidades urgentes y reales originadas en esta crisis.
La prioridad número uno debe ser el aparato productivo, y el sostenimiento de la demanda que será la base para el futuro.
¿Hay algún escenario positivo?
El sector energético que fue y es últimamente la figura estelar en el escenario económico, ofrece como nunca antes una oportunidad financiera única en el horizonte del país.
El barril de petróleo entre 25 y 35 dólares, lejos de ser una drama por menos inversiones en Vaca Muerta, ofrece una baja del orden del 50% del coste energético en el aparato productivo.
Las empresas petroleras estatales pueden stockear con compras a futuro algunos años de petróleo barato, guardando las reservas propias de más alto precio de extracción como exportaciones para los momentos (años) que el costo del barril sube por encima de los 50 dólares.
Pero el plan en ese sentido parece ser otro
Es y será un error estratégico fundamental garantizar a las empresas petroleras, que son empresas de riesgo por definición un precio sostén (50 dólares el barril) se negociará por parte del Gobierno en 54 dólares vía un subsidio del Estado, encareciendo toda la línea de producción y usuarios particulares y cuentapropistas, bajo la excusa de defender el trabajo de extracción de petróleo que es casi nula y garantizar la coparticipación a provincias (consideradas petroleras) que viven gracias a esto una realidad diferente y distorsionada del resto del país.
Es responsabilidad directa de la Secretaría de Energía y por ende el Ministerio de la Producción no desaprovechar la oportunidad histórica que el momento le brinda a la Argentina hoy.
Por dónde estaría la salida
El precio de los commodities agrarios bajarán en el corto plazo, pero serán beneficiados por la baja de los insumos fundamentalmente energéticos (combustible y fertilizantes).
Teniendo en cuenta que a la salida de la crisis serán los primeros en recuperar valor por la demanda internacional de alimentos. Será la oportunidad también de Argentina la de poder abocarse a convertir proteína vegetal en proteína animal generando mayor valor agregado por consiguiente más industria más divisas más exportaciones.
Debe ser el momento de entender que llegó la oportunidad de salir de un contexto de mediocridad, estancamiento y atraso, para recorrer un camino nuevo, con nuevos horizontes que nos deposite definitivamente en la senda del crecimiento sostenido.
Ser administrador de la crisis es ser motor del progreso. Entendiendo por progreso al trabajo, la riqueza y el crecimiento.
No es posible salir de esta crisis pensando en pequeño, muy mezquinamente y sin la profundidad necesaria como para no ver y explotar las soluciones posibles.
Debemos saber que existe más de una oportunidad en esta crisis. La explotación de esas oportunidades es la consigna del momento.
Y cómo se debe aprovechar esa oportunidad
La Nación debe ser quien asista financieramente a las provincias para superar la crisis.
La Nación también en su conjunto saldrá airosa superando las dificultades de la mano del conjunto de las provincias.
Asistir no significa, dilapidar, asistir significa administrar y administrar en términos financieras significa expandir y contraer el recurso escaso que es el dinero para superar los picos de las curvas de demanda evitando así que la rueda virtuosa del trabajo, demanda y producción dejen nunca de girar.
Tener en claro que el sector externo es importante, muy importante, pero hoy la deuda externa no es imprescindible, su categoría sería importante y urgente. Urgente porque es básico cerrar el tema evitando un nuevo frente que saque a la Argentina del escaparate del conflicto y la ubique en un escalón de país reestructurado y plausible de ser reestructurado nuevamente en el futuro cuando el mundo tenga otros horizontes.
Argentina extiende las negociaciones por su deuda mientras los acreedores siguen sentados sobre los bonos ¿Cambiará la negociación con esta pandemia?
El mundo de hoy será volátil y restrictivo y ofrecerá a la Argentina una posibilidad de reestructurar su deuda en términos notablemente ventajosos, nadie en el mundo quiere incorporar un nuevo problema financiero que dispare otra crisis en el mundo de países emergentes.
Argentina debe aprovechar esta oportunidad y no ser ella quien dispare la crisis negociando sin la inteligencia necesaria para el momento.
Lejos están hoy los tiempos en que la deuda externa sea un problema sin resolución, sino debe ser tomado como una oportunidad única y posible.
¿Hacia dónde debe apuntar entonces el Gobierno?
Realizar una reingeniería de la deuda es el objetivo del momento, esto no significa reestructurar pagos, o reprogramar plazos o cambiar tasas. Esto es tener una óptica diferente e inteligente para el trato de la deuda.
Es innovar en su renegociación a través de incorporar la teoría Assets Redeployment (cambios de papeles de deuda por activos) que significa la saluda de instrumentos financieros (papeles de deudas y canjearlos por activos) bajando así el endeudamiento financiero y aprovechando la baja de los papeles de deuda emitidos por Argentina.
Conseguiría de esta manera una baja de la deuda, aprovechamiento de utilidades a través de diferenciales de precio (mercado/nominal) mejoramientos de los índices y salida de activos no esenciales mejorando la productividad país.
Debe ser la hora de escapar a un nuevo fracaso, enfrentar la salida de la crisis, con inteligencia, visión, innovación y por sobre todo en conjunto. Aplicando los recursos aprendidos de los fracasos del pasado inmediato.
Utilizando las herramientas del esfuerzo, el trabajo y por sobre todo la reingeniería financiera para la reconversión de las dificultades surgidas en oportunidades posibles.
Teniendo en cuenta que para obtener logros nunca antes alcanzados, se deben recorrer caminos nunca antes recorridos.
Qué lugar ocupa el país en el contexto global
El mundo acaba de conformar un nuevo horizonte económico financiero que apunta a políticas de corto plazo expansivas proteccionistas y protectoras de los estados financieros de su aparato productivo y fundamentalmente la protección de la base de consumidores, golpeados ambos por el coste estacional en la caída de la cadena de consumo.
Esta expansión económica es y será siempre impulsada desde el estado central y es y será en este caso el motor de mantener activo el aparato productivo.
Y tendrá como objetivo ejercer una mayor velocidad de recuperación una vez terminada la crisis sanitaria, acelerando así la recuperación económica de la población y por ende del aparato productivo.
¿Se puede salir bien parado de esta crisis?
De esta crisis económica, una vez superada la Emergencia Sanitaria, se saldrá mucho más sólido en lo económico y con gran velocidad de respuesta de la economía directamente proporcional a la velocidad y magnitud de intervención del Gobierno en la expansión en la pre crisis y la retracción en la post recuperación.
La inyección de fondos del Estado es la única herramienta posible para la crisis de esta magnitud, y por otra parte es parte de la función y rol del Estado ser el administrador entre la escasez y la abundancia. Es imprescindible identificar las ventajas y perjuicios que la crisis diseñó y terminó dejándonos.
La crisis asemeja ahora a todos los países
No todos serán impactados de la misma manera y no todas las naciones tienen las mismas herramientas para defenderse en términos económicos, en función de cómo estratégicamente están posicionados.
A nuestro país, la crisis le brinda desde lo económico algunas oportunidades, que le permiten poder posicionarse de una manera más ventajosa a corto plazo y mirar la emergencia de una forma más activa.
Las formas más activas son sinónimos de actuar, de intervenir activamente en el mercado de ser un jugador fundamental en la mantención en la rueda productiva y por ende el nivel de demanda/empleo de forma correcta.
Las formas activas son mantener la demanda agregada y los niveles de empleo sostenidos en los ámbitos provinciales.
Qué importancia tendrán entonces las provincias
El mantener estable los ámbitos provinciales será la clave del éxito a mediano y corto plazo, en función de la estabilidad como país.
Es imprescindible en este aspecto el consenso provincial y la asistencia nacional en el corto plazo vía instrumentos directos asistenciales.
Que deriven a corto plazo en otro tipo de acuerdo entre las provincias y la Nación que refleje un estado más acorde y presente entre la contribución y el reparto.
Qué mundo emergerá de esta crisis
El mundo económico indefectiblemente será otro post crisis sanitaria, financieramente mucho más saneado y económicamente con horizontes absolutamente disruptivos que contemplarán formas y necesidades diferentes a los actuales.
El mundo emergente cambiará en su lógica de funcionamiento, dejará de ser financiable hacia los gastos operativos y será solamente financiable hacia los proyectos o modelos sustentables en virtud de un horizonte creíble. Mucho más cerca de la lógica y distante de la ilusión.
Vuelve a ser imprescindible la hoja de ruta…
El avanzar desde el Gobierno central sin tener una visión adecuada del contexto macroeconómico que trae y traerá esta crisis sanitaria será, apartarse de su misión en términos de política económica global.
Traerá aparejado dejar muchas provincias huérfanas de recursos y por ende de desarrollo.
El asistencialismo centralizado no mejora el contexto global, sólo dilapidará los recursos escasos.
Las provincias son los socios indicados para esta circunstancia, son ellas quienes están en cercanía de la gente, industrias, talleres y PyME.
Son ellas quienes pueden generar los micro-macro proyectos que serán el motor de la recuperación.
Aprovechar las oportunidades que brinda el contexto económico en el que estamos nos dará la fortaleza necesaria para palear los daños que deja y dejará esta crisis sanitaria en el corazón del aparato productivo y en el fondo de los bolsillos de la gente.
Es una obligación del Gobierno central, tomar el rol activo de administrador, y por ende de intervenir en el mercado y administrar activamente respecto de los recursos, de la economía y de la gente.
Ser intervencionista en los momentos de crisis no significa cercenar libertades de mercado, significa ser inteligente en términos económicos.
Pensar siempre primero en las necesidades de sus administrados (la gente) y dejar que los mercados actúen libremente en los momentos de post crisis.
Fuente: Primera Edición.