¿Déficit financiero cero en 2024? Las dudas del mercado sobre el objetivo de Luis Caputo
La decisión oficial de retirar el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus obligará al Gobierno argentino a ajustar los gastos, dado que tendrá un límite para los ingresos.
Por si quedaba alguna duda de si el Gobierno apuntaba a eliminar el déficit financiero en 2024 o si se conformaba con simplemente eliminar el déficit primario —es decir, lograr equilibrio fiscal sin contar los servicios de deuda— el secretario de Finanzas de la Nación, Pablo Quirno, aclaró en la red social X: “Vamos a déficit financiero cero igual”. Sin embargo, no son pocas las voces en el mercado argentino que dudan de la viabilidad de lograr un equilibrio total en las cuentas del Tesoro.
Para dejar en claro la postura, en una segunda publicación, Quirno reafirmó que “el objetivo de déficit financiero cero sigue inamovible”, buscando despejar justamente esas dudas en el mercado respecto a la posibilidad de alcanzar el equilibrio financiero este año, luego de haber quitado las modificaciones fiscales del proyecto de Ley Ómnibus de Javier Milei.
Cabe recordar que el Gobierno apunta a un déficit financiero nulo para anclar expectativas inflacionarias y de una reactivación del mercado de crédito local, y, eventualmente, internacional.
Bloomberg Línea consultó a Marina Dal Poggetto, Gabriel Caamaño, Salvador Vitelli y Alberto Ramos sobre la reciente afirmación del presidente argentino
Reacciones a los cambios a la Ley Ómnibus
Uno de los primeros análisis privados que empezó a circular en la City porteña provino del gigante financiero inglés, Barclays, que señala: “Seguimos pensando que el Gobierno debería ser capaz de lograr un superávit primario del cero al 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI), según nuestra base de referencia”. El inconveniente es que esa magnitud de equilibrio primario, tan acotada, no alcanzaría a conseguir terminar en cero si se toman en cuenta los pagos de intereses y amortizaciones.
“La eliminación del paquete fiscal tiene un costo fiscal del 1% del PBI en comparación con nuestra base de referencia, y del 1,8% del PBI en comparación con el objetivo del Gobierno”, desmenuza el informe de Barclays y detalla que el costo fiscal se debe, principalmente, al retiro de los impuestos a la exportación, del al impuesto sobre la renta de las personas físicas y también al corrimiento de la moratoria y amnistía fiscales. Otra medida importante del proyecto de ley, según Barclays, era la congelación de la fórmula de indexación de la seguridad social.
Qué cálculos hacen los analistas locales
Según explica un informe del bróker Portfolio Personal Inversiones (PPI), el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus implicaba un ajuste de 1,9% del PBI en base a los números del Ministerio de Economía (era 37% del ajuste total). Cabe recordar que, por el lado de los ingresos, se dio marcha atrás con la creación de retenciones para todos los bienes por 15%, que implicaba recursos adicionales por 0,5% del PBI, la reversión de la reforma del impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría por 0,4% del producto, y la reforma de Bienes Personales sumado a una moratoria impositiva y blanqueo de capitales por 0,6% del PBI.
En cuanto a los gastos, se quita la eliminación de la fórmula de movilidad jubilatoria y su reemplazo por aumentos discrecionales por decreto, que significaba un recorte de 0,4% del producto. En pocas palabras, el incremento de ingresos pasó de 2,3% del PBI en la propuesta original a 0,8%, mientras que la reducción de gastos de 2,9% a 2,5%.
Del proyecto inicial presentado por el equipo económico, sólo quedaría en pie un ajuste fiscal por 3,3% del PBI que no requiere la aprobación del Congreso. Tras este repaso, PPI reflexiona que, a pesar de la cirugía mayor que sufriría la Ley Ómnibus, “podría alcanzarse el superávit primario, revirtiéndose un déficit de 2,9% en 2023″. Sin embargo, sostienen los analistas de esta sociedad de Bolsa, “el superávit primario pasaría de 2,2% del PBI en la propuesta original a sólo 0,4%”
Ahora bien, ¿qué sucede cuando a la cuenta se le restan los pagos de deuda? “Se dificultaría significativamente obtener el equilibrio financiero propuesto inicialmente por el Gobierno y avalado por el Fondo Monetario Internacional”. Para el equipo económico el déficit financiero estaba perfilado a 5,1% este año al considerarse una carga de intereses por 2,2% del producto. Con la exclusión del paquete fiscal de la Ley Ómnibus, el resultado financiero pasaría de equilibrio en el proyecto inicial a un déficit de 1,8%”.
En tanto, desde la firma Aurum Valores estimaron que, con las medidas que ya se han tomado y el proceso de licuación de gastos en marcha más ajustes que podrían efectuarse sobre algunos impuestos que quedaron desfasados (impuesto sobre los combustibles e internos), “el Gobierno podría aspirar a lograr una buena performance fiscal en 2024, aun cuando quizá no alcance para su objetivo de déficit global cero, algo que nos pareció siempre sumamente ambicioso”.
El resultado fiscal que estima Aurum Valores para el 2024 es un rojo de 0,6%.
Leve déficit financiero
Con algo más de optimismo, la sociedad de Bolsa Facimex Valores estima que el Gobierno podrá alcanzar un superávit primario de 1%, “con subas de otros impuestos y cierta reducción del gasto social”. Los analistas de esta firma reseñaron su escenario base contemplaba limitaciones para alcanzar el equilibrio fiscal en 2024, por lo que “los anuncios no modifican los números generales, pero si la hoja de ruta”.
En relación a esto último, Facimex Valores sostiene que parte del ahorro fiscal provendría de menores transferencias a las provincias y gasto social, ya que el gasto en jubilaciones y pensiones (previo a compensaciones con bonos) caería 1,4 puntos porcentuales del PBI de mantenerse la fórmula actual, 1,2 puntos porcentuales en caso de iniciar un ajuste por inflación a partir de abril y 0,3 puntos en caso de iniciar un ajuste por inflación a partir de enero.
“Además, esperamos que el Gobierno siga buscando implementar la reversión de ganancias, la moratoria, el blanqueo y el adelanto de bienes personales; a la vez que es esperable un aumento de la alícuota del Impuesto PAIS y se dice que el Gobierno evalúa subir impuesto a los combustibles”.
¿Y si la cosecha no es tan buena?
Un dato no menor es que, muchos de los análisis de consultoras y brokers, incluso algunos de los mencionados en este artículo, contemplan como ítem a favor del plan del Gobierno una “normalización de la cosecha” y no para todos está tan claro qué significa este concepto.
Por ejemplo, el director de las consultoras Ledesma y Outlier, Gabriel Caamaño Gómez, escribió en X: “Ojo con la ‘normalización de la cosecha’, que dejó de llover justo en la etapa crítica de la soja que es la que más paga derechos de exportación, por lejos. Hay que ver que es ‘cosecha normal’.¿ Son 50 MT? Podría quedar debajo. Es clave febrero”.
¿Una inercia fiscal más acotada de lo que se dice?
El análisis de Aurum Valores comienza explicando que la inercia del resultado fiscal negativo de 2023 (6% el total) está distorsionada por el modo de contabilizar pagos anticipados de deuda. “El resultado fiscal global de 2023 ha sido significativamente menor al publicado”, detallaron.
Y ampliaron: “Cuando se depuran las cifras queda explicito que el punto de partida desde el cual debe arrancar el Tesoro para lograr la ambiciosa meta de déficit global cero es desde un escalón de déficit bastante inferior: -4,4% del PIB frente al -5,2% publicado a mediados de diciembre y frente al -6,0% que se explicita generalmente”.
Las alternativas a mano del Gobierno
La consultora Outlier repasó posibles alternativas que tiene el Gobierno, tanto por el lado de ingresos como del lado de los gastos, si es que quiere llevar el déficit a 0. Pero aclaró que el paquete fiscal está “lastimado”, ya que el proceso de ajuste en cualquiera de las alternativas posibles será necesariamente más lento. “El objetivo del plan original era asegurar el equilibrio fiscal rápido con suba de impuestos, para luego ir consolidando con la baja de gasto. Bajar gasto siempre lleva más tiempo”.
Algunas de las alternativas mencionadas por Outlier, teniendo en cuenta el mazo de cartas con el que cuenta el Gobierno, son:
Ajustar las transferencias discrecionales a las provincias
Derogar el artículo 4 del Decreto 735 / 2020, que creó Fondo para el Fortalecimiento Fiscal de la provincia de Buenos Aires (aunque el informe aclara que, de hacerlo, en principio esos fondos deberían ir a Ciudad de Buenos Aires, que es a quien se perjudicó con esta normativa, por lo que sería un segundo debate que queden en Nación)
Actualizar los impuestos a los combustibles líquidos y dióxido de carbono, que están licuados, y eliminar el régimen de Tierra del Fuego.
Intentar acelerar la baja del gasto, sobre todo por el lado de los subsidios económicos. La contrapartida son ajustes más agresivos de tarifas.
Fuente: Bloomberg