Economía: «El GPNK generó una enorme valoración de los activos de las productoras de gas de Vaca Muerta»
El directivo ponderó el rol del Estado en una mega obra que en sólo un año permitió sustituir importaciones por más de US$ 3.600 millones. Su crítica mirada frente al RIGI, a la que calificó como insostenible en el tiempo.
A un año de la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), Agustín Gerez, ex presidente de ENARSA, hizo un balance de lo que dejó a su entender el proyecto energético más importante de los últimos 40 años en Argentina que representa el desarrollo industrial.
«La construcción del GPNK no sólo permitió la sustitución de importaciones y ahorro de divisas por más de US$ 3.600 millones, sino que además tuvo un importante impacto en el usptream, generando una enorme valoración de los activos de las productoras de gas de Vaca Muerta», dijo en una charla con El Economista.
Al respecto explicó que esto sucede porque el gas para tener valor necesita de infraestructura y un caño que lo transporte porque, de lo contrario, el gas vale cero, «es decir, tenes el recurso pero no podes monetizarlo».
Inaugurado el 9 de julio de 2023 en tiempo récord el ducto permitió a la vez ampliar en un 25% la capacidad de transporte del gas producido en Vaca Muerta.
El primer tramo de la construcción del GPNK, que se extiende desde la localidad de Tratayén en Neuquén hasta Salliqueló en Buenos Aires, requirió una inversión de US$ 2.200 millones de dólares y generó 48.800 puestos de trabajo directos e indirectos.
Gerez: «Es imposible desarrollar cadena de valor bajo los términos de la actual RIGI»
Gerez estima que a partir de la puesta en marcha del gasoducto se redujo fuertemente el costo de generación de energía eléctrica, más de U$S 10 por MWh. Es decir que este último año se pudo contar con una inyección de 11 millones de m3/día del GPNK, que permitió reemplazar el uso de combustibles líquidos más caros y contaminantes como el gasoil y el fueloil.
«Debido a que el gas natural de Vaca Muerta es mucho más barato que los combustibles líquidos o el gas natural importado (Bolivia o GNL), la posibilidad de utilizar el gas natural nacional generó una baja en el costo de generación de la energía eléctrica y en el servicio de gas natural», remarcó.
Y destacó: «El Estado siempre ha jugado un rol preponderante en el desarrollo energético argentino y más aún en proyectos de infraestructura. Ese rol no hay perderlo».
En opinión del ex presidente de ENARSA, el tan mentado Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) no sólo no contempla el desarrollo industrial y productivo para el país, sino que además, señaló que es insostenible en el tiempo.
«A los verdaderos creadores del RIGI se les fue la mano. Este tipo de régimen no prevé ningún efecto derrame sobre el resto de las empresas locales y proveedores nacionales. Es imposible desarrollar cadena de valor bajo estos términos. Es una ley que tarde o temprano va a impactar en menor generación de empleo y en menor aporte tecnológico», subrayó.
Gerez aclaró que «obviamente el país requería de un régimen de incentivos para este tipo de inversiones, pero adecuado al desarrollo industrial y agregando valor a los recursos naturales. Este proyecto finalmente prioriza la exportación de petróleo, el gas y la minería y va a terminar generando mayor inseguridad jurídica porque no es sostenible en el tiempo».
El ex directivo señaló que la mirada no está puesta en el desarrollo industrial del país, sino en una manera indiscriminada de extraer y exportar recursos que no deja ningún beneficio económico para la sociedad y que sólo está pensando para pagar deuda.
Desde agosto de 2023, Argentina ha mantenido un superávit en su balanza comercial energética. «Este logro se debe a la mayor oferta hidroeléctrica, el impacto positivo del GPNK en la producción termoeléctrica y la recesión económica que redujo la demanda interna», señaló.
En los primeros 5 meses de 2024, la balanza energética ha alcanzado un superávit de U$S 2,917 millones con más exportaciones y menos importaciones. Los subsidios a la energía, que en 2023 representaron el 1,6% del PBI nacional, en su mayor parte cubren la diferencia entre lo que los usuarios pagan por la energía (eléctrica o por el gas natural) y lo que sale realmente esa energía.
Hacia adelante la mirada que aporta Gerez denota mayor preocupación. «La política energética del actual Gobierno está orientada netamente a la búsqueda de rentabilidad exagerada en detrimento de tener precios de la energía y del gas más competitivos que generen desarrollo industrial genuino con una dinámica que debería ser más beneficiosa para el mercado interno y la exportación», concluyó.
Fuente: El Economista