Ecuador resalta los problemas de Argentina para llegar a un acuerdo por la deuda
Ecuador avanza con un acuerdo rápido de reestructuración de la deuda, mientras que la Argentina discute por cada peso. Hasta ahora, Ecuador parece ir por un camino que promete más triunfo.
Ecuador está haciendo todo lo posible para llegar a un acuerdo rápido de reestructuración de la deuda con los acreedores, mientras que su par regional Argentina discute por cada peso. La administración del presidente,
Lenín Moreno, llegó a un acuerdo con algunos de sus principales tenedores de bonos esta semana antes de la fecha límite de mediados de agosto, cuando finaliza una moratoria de pagos.
Por el contrario, Argentina presentó una segunda oferta vinculante a los acreedores después de posponer el plazo cinco veces. Algunos bonistas dicen que la garantía de un acuerdo aún está lejos.
El Gobierno de Ecuador hizo a un lado las críticas de opositores políticos para ofrecer a los inversionistas condiciones más aceptables en su primera propuesta que las que Argentina ha presentado hasta la fecha.
Pero también tiene algunas ventajas naturales sobre su vecino del sur. Ecuador, rico en petróleo, está reestructurando US$17.400 millones en bonos cuyos titulares son muchos menos inversionistas que los de los US$65.000 millones que Argentina está renegociando.
“El riesgo del acuerdo siempre fue menor en Ecuador en comparación con Argentina”, dijo Siobhan Morden, director de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities en Nueva York. “La estrategia es prenegociar y ofrecer términos cercanos a los finales. El rápido marco de tiempo para la fecha límite de mediados de agosto no permite tanto vaivén”.
Los bonos de Ecuador con vencimiento en 2028 se han recuperado a alrededor de 50 centavos por dólar por optimismo ante un acuerdo, superando los bonos de Argentina con el mismo vencimiento, que recuperaron 42 centavos.
El Gobierno de Ecuador tiene poco que perder con un acuerdo rápido. El índice de aprobación de Moreno se ha desplomado en 2020, y no tiene la intención de buscar la reelección en 2021. El ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, quien ha priorizado la comunicación con acreedores privados desde que asumió el cargo, ya tiene varias mociones de juicio político pendientes en su contra y fue criticado por gastar dinero en el pago de bonos en lugar de dedicarlo a la epidemia de coronavirus que arrasó con Guayaquil. Se espera que el plan de la nación, que fue emitido el lunes y aún necesita la aprobación de una parte de los bonistas restantes, genere US$1.400 millones en ahorros este año y libere US$16.000 millones en la próxima década.
Se prevé que los pagos de bonos se mantendrán por debajo de US$2.000 millones por año hasta 2030.
“Las autoridades han logrado asegurar un resultado favorable relativamente rápido a pesar de los altos niveles de incertidumbre económica y política”, dijo Tiago Severo, analista de Goldman Sachs Group Inc. Argentina, por su parte, hizo su última propuesta a los acreedores el domingo, ofreciendo alrededor de US$13.000 millones más en pagos de deuda que su propuesta inicial anunciada en abril. No obstante, se le está dificultando al país encontrar apoyo.
Tan solo pocas horas después de que el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, dijera que el Gobierno no veía espacio para modificaciones adicionales en su oferta modificada, los grupos de tenedores de bonos Ad Hoc y Exchange dijeron que no aceptarían los términos. Si bien los acreedores dijeron que la oferta era un “paso en la dirección correcta”, escribieron que “se queda corta y no puede ser respaldada por los principales acreedores de Argentina”, según un comunicado conjunto enviado por correo electrónico. “A pesar de la oferta mejorada, esto no es un acuerdo terminado”, dijo Fernando Sedano, economista de Morgan Stanley en Nueva York. “Es un acto de equilibrio delicado para el Gobierno, uno en el que creemos que la política podría prevalecer”.
Fuente: Perfil.