El CEPA sostiene que YPF deberá liderar el proceso de transición energética
Así lo indica un informe del Centro de Economía Política (CEPA).
YPF deberá liderar el proceso de transición energética marcando el rumbo para los actores privados del sector, de acuerdo con un informe del Centro de Economía Política (CEPA), en el que se destacó que el proceso de nacionalización de la petrolera fue el que permitió «el cambio la tendencia declinante de la producción» de hidrocarburos y liderar el desarrollo de los recursos de Vaca Muerta.
«El proceso de transición energética que se está dando en el mundo, impone un tiempo limitado para poder valorizar los recursos de gas y petróleo que posee la Argentina; más aún, el gas natural cumplirá un rol clave en este proceso de transición porque funcionará como sustituto del carbón en los países que aún utilizan carbón para la generación de energía», señaló el estudio.
Al respecto el CEPA Indicó que «adicionalmente, la declinación de los yacimientos de Bolivia pone en riesgo las importaciones futuras de la Argentina, por lo que el aseguramiento de la producción a nivel local comienza a resultar esencial».
En este contexto, se observó que «para capturar el máximo valor de los reservorios no convencionales se requerirá un nivel de inversiones inmensamente mayor a lo registrado hasta ahora» y que «tanto el ahorro nacional como la inversión extranjera directa serán necesarios para la explotación a escala de los recursos no convencionales en Argentina».
«El volumen de recursos que posee la Argentina es tan grande que permitiría abastecer el mercado interno y, simultáneamente, crear saldos exportables para la generación de divisas que aliviaría los problemas estructurales de la restricción externa», agregó el reporte.
La investigación sobre el mercado de hidrocarburos en Argentina que realizó CEPA a diez años de la estatización de YPF destacó además que «tanto los grandes descubrimientos de reservas hidrocarburíferas en el país, como el desarrollo de los recursos no convencionales, fueron impulsados por el Estado nacional a través de YPF».
A partir de la estatización de YPF en 2012, hubo una «fuerte impronta de soberanía hidrocarburífera» y «cambió la tendencia declinante de la producción», al tiempo que la empresa «realizó la experiencia inicial de explotación de Vaca Muerta, pagando el costo de aprendizaje mientras el resto de los actores privados esperaron expectantes».
El documento sostuvo que «el período histórico en el que el Estado se retiró por completo de la búsqueda y provisión de gas y petróleo trajo aparejado la declinación constante de la producción con graves consecuencias macroeconómicas para la Argentina» por lo que consideró «fundamental la presencia del Estado en el sector para seguir liderando el desarrollo tecnológico con sentido nacional».
En ese sentido remarcó que «mientras se valorizan los recursos hidrocarburíferas, YPF deberá liderar el proceso de transición energética marcando el rumbo para los actores privados del sector».
«A partir del direccionamiento estatal, la industria debería poder contribuir en el aporte de energía en forma eficiente y sustentable, creando una matriz con mayor participación de fuentes renovables y generando las divisas necesarias para el desarrollo industrial de la Argentina», concluyó.
Fuente: Télam