El crecimiento del Oil & Gas respecto al resto de la economía se profundizará el próximo semestre (como mínimo)
Creció 21% en los últimos dos años, y según Pablo Besmedrisnik, su nivel de actividad seguirá en expansión al menos durante el próximo semestre, respecto del resto de la economía.
Hasta 2010 y por aproximadamente 12 años, la energía fue una generadora neta de divisas por más de U$S 49.000 millones. Como contrapartida, durante los 13 años siguientes pasó a ser parte del problema: acusó un déficit comercial por casi U$S 36.000 millones.
Hoy, en un contexto totalmente distinto, Pablo Besmedrisnik, economista y director de VDC Consultora, explicó que mientras que la Argentina terminó 2023 en el mismo nivel de actividad que a inicios de 2022, el sector energético creció 21%.
«Esta realidad es particularmente llamativa a partir de abril de 2023, cuando la actividad agregada comienza a contraerse y el sector energético, en contraposición, inició un proceso de fuerte expansión», señaló.
Según la visión del economista, «los indicadores de producción y dinamismo, las inversiones previstas, la cantidad de etapas de fractura, y el valor de las compañías, validan que el crecimiento de esta industria respecto del resto de la economía se profundizará al menos durante el próximo semestre».
En gran medida esta situación tiene que ver con cierta tendencia a la normalización de las condiciones macroeconómicas locales, que sitúan a las firmas de gas y petróleo en un estadio de competitividad superior.
Vaca Muerta
Para Besmedrisnik las menores restricciones a la exportación son también un elemento que potenciará con fuerza el desempeño del gas y petróleo a lo largo de los próximos años.
«La liberalización de los precios locales de los combustibles, acercándose a sus valores de paridad internacional, aleja al rubro energético doméstico de la discrecionalidad del Estado y permite alinear incentivos que van en dirección al aumento de la producción», señaló.
Y apuntó que «en medio de los congelamientos de precios de tiempos electorales en 2023, el precio que se pagaba localmente por un barril de petróleo neuquino era menos de un 69% del valor internacional, y finalizando el primer semestre del año estaría entre el 80% y 90 por ciento».
Para Besmedrisnik las menores restricciones a la exportación son también un elemento que potenciará con fuerza el desempeño del gas y petróleo a lo largo de los próximos años.
«Cuando la industria deja de pensar en alimentar únicamente un mercado local de tamaño limitado y volátil, y pasa a considerar una demanda ampliada (Chile, Brasil y demás), las posibilidades de inversión son mucho mayores», argumentó.
También mencionó otros factores clave como el rumbo hacia el achicamiento de la brecha cambiaria hasta casi su desaparición lo cual promete generar un impacto positivo vía precios en los exportadores, entre los que se destacan los hidrocarburos.
«El cepo cambiario centralmente evita la salida libre de fondos al exterior. Si una operadora o inversionista sabe que no podrá devolver fondos al exterior jamás los traerá. El cepo es, a los efectos prácticos, también una barrera a la inversión externa y al ingreso de capitales e impacta fundamentalmente en ámbitos globalizados como el petrolero», sostuvo.
Y consideró que las menores restricciones a la exportación son también un elemento que potenciará con fuerza el desempeño del gas y petróleo a lo largo de los próximos años.
«La industria petrolera juega un rol central en la generación de divisas, y es una llave para la estabilización y normalización plena y sostenida de la economía», enfatizó.
Entre otros temas, también se refirió a la caída en la tasa de interés de referencia del BCRA y la expectativa de una moderación en la tasa de inflación son elementos muy positivos de cara a mejorar el desempeño sectorial, una línea de escape al virtual encorsetamiento que sufre el entramado petrolero pyme.
Finalmente destacó que la infraestructura de transporte viene mostrando un dinamismo que no existía tiempo atrás y está empujando nuevos proyectos productivos.
Fuente: El Economista