El desarrollo de Vaca Muerta: modelo neuquino y desafíos futuros
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El exgobernador de Neuquén Jorge Sapag participó del origen del proyecto. Propone una gestión con sostenibilidad económica, social y ambiental del proyecto. El rol de las provincias.
Durante los últimos 15 años, Neuquén ha diseñado el modelo de desarrollo productivo más exitoso de Argentina para conseguir el aprovechamiento de Vaca Muerta, la única formación de hidrocarburos no convencionales fuera de América del Norte. Este modelo ha sido construido desde un partido provincial, en conjunto con gobiernos nacionales de diversos signos políticos, sindicatos y empresarios nacionales e internacionales. Es la demostración del poder de la unidad en la búsqueda de objetivos claros.
La provincia produce el 52% de la producción nacional de petróleo (90% no convencional) y el 65% de la de gas (85% no convencional). En 2022 se superó la producción histórica por día de gas y de petróleo. Además de iniciar un camino nuevo de exportaciones, esto le dio a la Argentina la “seguridad energética” que necesitan la industria, el campo, el comercio, la generación térmica de energía, el transporte terrestre, aéreo y marítimo y los hogares de todo el país. Este año se invertirá en la actividad una cifra récord: 7 mil millones de dólares.
Renta nacional y coparticipación provincial
La renta nacional del petróleo y del gas, que es del orden del 35% de la facturación bruta, se coparticipa entre la Nación y todas las provincias. Los insumos, como caños, equipos especiales o el abastecimiento de metal mecánica, provienen de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. La arena proviene de Entre Ríos, Chubut y Río Negro, y así podríamos abundar en ejemplos como el principal yacimiento de producción de gas hoy de Argentina: Fortín de Piedra (Tecpetrol), que con una inversión inicial de 2.300 millones de dólares fue fruto del trabajo de mil pymes de 15 provincias argentinas.
La estrategia aplicada ha dado lugar a la concesión de 46 proyectos de explotación no convencional, de los que 12 están en desarrollo continuo, que han posibilitado la llegada de más de 30 mil millones de dólares en inversiones directas y 200 mil millones más en compromisos de inversión para el desarrollo de esta formación no convencional.
El crecimiento de la producción de Vaca Muerta ha sido fundamental para contrarrestar la disminución de la producción convencional de petróleo y gas. Ha aliviado la presión sobre la balanza comercial, evitando importaciones de hidrocarburos y favoreciendo un aumento de las exportaciones.
El Estado al frente de la gestión
El modelo de gestión neuquino para Vaca Muerta se comenzó a gestar en 2008, cuando comenzamos a negociar la prórroga de los contratos de concesión convencionales. Como parte de este proceso, establecimos en los nuevos acuerdos la obligación para las empresas de explorar formaciones más complejas utilizando nuevas tecnologías que se habían comenzado a utilizar en Estados Unidos y Canadá hacía pocos años. Junto con ello, creamos la empresa provincial de petróleo y gas GyP, para asociarse con las empresas líderes en el desarrollo no convencional y acelerar este camino a la vez que asegurábamos una mayor renta para todos los neuquinos.
El primer acuerdo para el desarrollo masivo de un área no convencional fue firmado hace diez años entre YPF y Chevron para el proyecto Loma Campana, y a fines de agosto de 2013 se aprobó la ley provincial que dio las garantías jurídicas necesarias para concretar la inversión.
El marco jurídico se fortaleció con la Ley Nacional 27.007, en 2014, que modificó la Ley de Hidrocarburos 17.319, y estableció regulaciones para este nuevo tipo de producción. Adicionalmente, los diferentes programas de Incentivo a la Producción de Gas y el Acuerdo de Productividad de Vaca Muerta han contribuido significativamente a este desarrollo.
Cuando asumí mi primer mandato como gobernador, en 2008, la producción de petróleo y gas estaba en sus niveles mínimos y los yacimientos se estaban agotando. Hoy, la producción de Neuquén establece récords cada mes y la mayoría proviene de Vaca Muerta, un testimonio del éxito del modelo neuquino.
Los desafíos
En Argentina, una nueva etapa se avecina con Vaca Muerta, lista para continuar siendo parte del desarrollo de Neuquén y del país. Con la búsqueda global de fuentes de energía seguras, la ausencia de hipótesis de conflicto en Argentina y la productividad de la formación geológica de Vaca Muerta, Argentina está bien posicionada para asumir nuevos retos.
Los objetivos de Neuquén son claros: producir un millón de barriles de petróleo por día y 150 millones de metros cúbicos de gas por día para 2028. Para lograr esto, el próximo gobierno nacional debe estabilizar las variables de la economía, reducir el riesgo país, permitir la libre disponibilidad de divisas para los inversores y desarrollar un marco jurídico para el desarrollo del gas natural licuado y la captura y almacenamiento de carbono. Además, es crucial avanzar en la actualización de la normativa federal para permitir los permisos de exportación de petróleo y gas plurianuales, y que se permitan precios en el surtidor que cubran los costos de los productores.
Uno de los desafíos que impiden una mayor producción es la falta de infraestructura de transporte de petróleo y gas. Sin embargo, Vaca Muerta tiene una oportunidad táctica a corto plazo debido a la nueva configuración geopolítica tras la invasión de Rusia a Ucrania. La oportunidad para el gas es a medio y largo plazo, pero es más importante para el desarrollo de valor agregado de la mano de la siderurgia y la petroquímica.
En una primera etapa, tenemos que hacer las obras necesarias para abastecer con gas al norte de nuestro país y convertirnos en proveedores seguros de gas para la región del Cono Sur, y en el mediano plazo debemos avanzar en su licuefacción para llegar a los mercados más lejanos.
Ya se está avanzando en este camino. Se ha inaugurado el primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner y se debe avanzar rápidamente en las obras necesarias para la reversión del Gasoducto Norte y en la construcción del tramo II del Gasoducto Néstor Kirchner. También se deben ampliar las capacidades de los Gasoductos del Pacífico y Gas Andes para ampliar la capacidad de exportación a Chile.
En los próximos dos años vamos a tener un fuerte incremento en los volúmenes de producción de petróleo, cuando se completen las obras de infraestructura que están en marcha. Entre las que se destacan: la reciente reactivación del Oleoducto Trasandino, el proyecto Duplicar de Oldelval, junto con la ampliación de la capacidad de Puerto Rosales en Bahía Blanca y la construcción de un nueva terminal marítima por parte de YPF en la costa rionegrina con su respectivo oleoducto.
A nivel provincial, es esencial garantizar la sostenibilidad económica, social y ambiental del proyecto. Todos los actores involucrados en el desarrollo de Vaca Muerta, incluyendo los distintos niveles de gobierno, sindicatos, universidades, empresas, centros de investigación, las escuelas técnicas y los centros de formación, entre otros, deben trabajar juntos para fortalecer la formación de nuestros jóvenes para que puedan insertarse en la industria.
Es crucial aprovechar hoy esta oportunidad de manera eficiente y sostenible.
Hay que garantizar la seguridad de los trabajadores y de las operaciones, industrializar los recursos en origen, cuidar el medio ambiente, fortalecer a los proveedores locales y garantizar que el desarrollo de Vaca Muerta genere beneficios tangibles para los habitantes de Neuquén: inversiones nuevas, energías limpias, desarrollo de otras actividades productivas, trabajo, capacitación, abastecimiento seguro y a precios equitativos de gas, energía y combustibles.
En los últimos años, Neuquén ha logrado construir la licencia social para permitir el desarrollo de Vaca Muerta. Sin embargo, este logro requiere de un trabajo y compromiso continuo. Tenemos una oportunidad única, pero no es eterna debido a la transición energética que está en marcha. Es crucial aprovechar hoy esta oportunidad de manera eficiente y sostenible.
Fuente: Letra P