El futuro ya empieza a ser presente en Puerto Rosales
Varios son los grandes proyectos en marcha y el primer semestre del año arrojó muy buenos números para la terminal rosaleña.
Con números concretos y obras en marcha, el futuro promisorio en materia de hidrocarburos ya parece haberse convertido en presente en Puerto Rosales.
De hecho, si se habla de crecimiento, en los próximos años el petróleo será para ese puerto lo que el gas será para el de Bahía Blanca.
Según pudo saberse, la empresa Oleoductos del Valle avanza a muy buen ritmo con la ejecución del proyecto Duplicar, destinado a aumentar considerablemente con nuevos tramos de oleoducto la cantidad de crudo que llega desde Vaca Muerta hasta Rosales.
Al mismo tiempo, Oiltanking Ebytem comenzó la construcción de los pontones necesarios para la concreción de un gran muelle petrolero a casi dos kilómetros de la costa, al cual se accederá por un viaducto.
Además, Conarpesa continúa trabajando firmemente para establecer su base operativa en el puerto rosaleño e inició la segunda etapa de su proyecto mediante la construcción de dos cámaras de frío.
Pero más allá de la ansiada diversificación de cargas, el petróleo, como viene insistiendo Juan Linares, gerente general del puerto de Bahía Blanca, es el que protagoniza un hecho disruptivo mediante la ejecución del ya mencionado nuevo oleoducto Neuquén – Rosales y una ampliación de la playa de tanques para almacenamiento.
Este oleoducto va a permitir que para fines de 2024 se movilicen 7 millones de toneladas adicionales y para 2026 otros 15 millones adicionales, es decir, el 50 por ciento de lo que se mueve hoy en el estuario.
“Ya es un hecho y el oleoducto está en un gran estado de avance. Con lo cual claramente para Bahía Blanca y la región viene un crecimiento muy importante”, suele señalar Linares.
De todas formas, y hablando de realidades, el primer semestre del año dejó excelentes números operativos para el Consorcio de Gestión conducido por Rodrigo Aristimuño, con 20,17 por ciento de aumento en el número de toneladas de crudo movidas, en relación a igual período de 2022.
Entre enero y junio de 2023, el puerto rosaleño movió en sus dos monoboyas un total de 6.699.740,372 toneladas de petróleo , lo que destaca la relevancia de sus operaciones en el comercio de hidrocarburos.
En tal sentido, el removido o transporte entre puertos argentinos, especialmente el crudo que llega por barco desde el sur del país, representó el 65 por ciento, con 4.350.000 toneladas, mientras que el salido fue del 7 por ciento ( 482 mil toneladas).
En cuanto a la exportación, fundamentalmente shale oil proveniente de Vaca Muerta, totalizó el 28 por ciento de las exportaciones, con casi 1.900.000 toneladas a través de 17 buques, lo que pone de manifiesto un notable aumento interanual del 41.08%, consolidando así a Rosales como uno de los principales puertos exportadores de petróleo crudo de la región.
Y tal es así que este posicionamiento de la Argentina como emergente mundial en la exportación de petróleo, acaba de ser motivo de consideración y análisis por parte del reconocido agente marítimo internacional Gibson.
En un informe de esta empresa se hace hincapié en el rol que tendrá Rosales y Caleta Córdova, en Comodoro Rivadavia, más la futura terminal que proyecta YPF en Punta Colorada, en la costa de la provincia de Río Negro.
El trabajo indica que todo hace prever que Argentina contribuirá con más cargamentos de exportación de petróleo crudo transportados por mar, a medida que aumenta la producción y el consumo permanece sin variaciones relevantes.
De hecho esto no hace más que confirmar, desde una mirada internacional, las perspectivas que se vienen manejando en el país durante los últimos meses.
Sin embargo, el informe de Gibson brindó otros interesantes puntos de vista y puso algunos reparos sobre dicha temática, aludiendo a la necesidad de encarar obras, aspecto en el que Rosales parece haber tomado la delantera.
“Si bien es poco probable que Argentina se convierta en un exportador líder de crudo en el corto plazo, la producción está creciendo, mientras que la capacidad de refinación y la demanda interna no lo están, lo que aumenta la disponibilidad de crudo disponible para la exportación.
“Si YFP puede desarrollar con éxito su nuevo proyecto de exportación en la Costa Atlántica –agregó el trabajo–, los VLCC y los Suezmax encontrarán una nueva fuente de demanda; de lo contrario, gran parte de las exportaciones se limitarán a una flota Panamax envejecida”.
Esto indica claramente la necesidad de sumar infraestructura portuaria para operar grandes buques petroleros.
En el caso de Rosales, la terminal que impulsa Oiltanking Ebytem dejar de emplear monoboyas y levantar un muelle offshore que incluye una posición exterior orientada a la exportación mediante grandes buques petroleros, tipo Suexmax, de 270 metros de eslora y 160 mil toneladas de porte bruto, y una interior para buques de hasta 120 mil toneladas de porte bruto, dedicados a cabotaje.
El buque amarrado contará con un sistema de transferencia de última generación compuesto por brazos de carga/descarga articulados que conferirá mayor seguridad en las operaciones.
El muelle estará al oeste de la monoboya de Punta Cigüeña, en una zona de profundidades naturales del orden de los 18 a 20 m al cero local.
Evidentemente, todo esto demuestra que el futuro, si es que no llegó, está muy cerca de hacerlo en Puerto Rosales.
Fuente: La Nueva