El gas de Vaca Muerta: de la promesa a la gran oportunidad en la transición energética global
El mundo está en un momento bisagra. La transición energética está en marcha. Cuando la mayoría de los países acuerdan que es urgente reducir las emisiones de carbono para frenar el calentamiento global, la Argentina tiene el potencial para contribuir a ese objetivo: la gran reserva de gas no convencional, en Vaca Muerta.
El combustible estrella en esta etapa hacia energías más limpias, los principales elementos que impiden alcanzar el potencial y los cambios en patrones de consumo energético fueron alguno de los ejes de la charla “La matriz energética de la Argentina, realidad y perspectivas”, la primera de las cuatros que organizó TN en el marco de El desafío energético.
El ciclo continúa hasta este viernes, con un episodio diario.
El potencial de Vaca Muerta
En la primera de las entregas de este ciclo, no faltaron las principales necesidades que tiene una industria que apunta a ser sustentable: reglas claras a largo plazo y una macroeconomía estabilizada.
Ricardo Arriazu, economista; Daniel Montamat, exsecretario de Energía nacional; Gerardo Rabinovich, ingeniero especializado en planeamiento energético, vicepresidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi; y Guillermina Sagasti, gerenta de No Convencional de YPF reflexionaron sobre la actualidad del país y el mundo y focalizaron en el potencial local en la transición energética.
Una matriz energética dominada por los fósiles que tiene sus días contados
La matriz energética global tiene una alta dependencia de fósiles (80%). El mundo camina a pasos agigantados hacia una sustitución hacia las fuentes energéticas sustentables. No será inmediato el paso de una tecnología a la otra, pero sucederá y la Argentina tiene que seguir la tendencia, sostuvo Arriazu.
Tras indicar que la demanda energética experimentó la mayor alza en los últimos 50 años, de la mano del petróleo y la expansión económica “sin precedentes en la historia”, Arriazu recordó que las estimaciones apuntan a un crecimiento más moderado para las próximas décadas, pero en alza.
Montamat coincidió en el diagnóstico y planteó como fundamental que “Argentina tenga una estrategia hacia dónde va el mundo”. Y consideró que en el paso hacia una energía menos contaminante en el mundo aparece el gas como elemento central de la transición.
Arriazu agregó que en la matriz energética argentina es 84% fósil, pero con una gran diferencia con el mundo: “El gas tiene menos efecto contaminante que el carbón u otros, pero eso también está cambiando”. Por eso, sostiene que la Argentina tiene que aprovechar la ventana de transición.
Sagasti coincidió en que el “combustible para esta transición es el gas”. También destacó los costos muy competitivos que tiene Vaca Muerta y sostuvo que seguirá volviéndose más competitiva con el avance de la producción, que bate marcas mes tras mes.
Hacia la transición energética global
El país cuenta con el segundo reservorio de gas no convencional (shale) del planeta. Se encuentra en la megaformación de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén.
Hace ocho años, las estimaciones permitían vaticinar un futuro con autoabastecimiento energético y un potencial exportador, que incluso podría relegar al sector agropecuario como el principal generador de divisas del país.
Vaca Muerta cuenta con 22.000 kilómetros de extensión, donde las petroleras que operan, como YPF que participa en la mitad de ese territorio, identifican los de mayor potencial (hot spot) donde permiten una gran producción, ganar dinero y bajar costos que a la vez permiten ir abriendo zonas no tan buenas, resaltó Sagasti.
La política energética no puede estar entrampada en el corto plazo
Para que ese potencial se transforme en una realidad, deben superarse una serie de limitantes, coincidieron los especialistas. Tanto desde la visión operativa como de las políticas macro.
El gas de Vaca Muerta: de la promesa a la gran oportunidad en la transición energética global
Qué se necesita para aprovechar la oportunidad energética que se abre para la Argentina
Pero la esperanza energética atraviesa idas y vueltas. Las políticas de corto plazo, como el congelamiento de precios y tarifas, en un contexto de alta inflación y mucha incertidumbre complican aprovechar ese potencial.
“La política energética no puede estar entrampada en el corto plazo. No puede tener reglas que están cambiando siempre. Hay que dar señales de precio, reglas de largo plazo” para permitir el despegue de la actividad, sostiene Montamat.
Por eso visualiza dos pasos fundamentales para aprovechar la transición energética. “Que la política dé un horizonte de largo plazo y que la macroeconomía vuelva a ser estable”. Sin esos componentes, sostiene el experto, no será posible planificar una agenda energética ni consensar acciones para llevarla adelante.
Rabinovich sumó que el factor político es determinante, no solo para solucionar los problemas macro recurrentes del país, sino también para acordar un plan energético.
“Las transiciones energéticas son distintas para cada país y necesitan un plan. Es más económico hacer una transición energética que afrontar los costos de los eventos climáticos extremos”, expresó el especialista.
Desde el punto de vista operativo, Sagasti enfatizó que se requiere infraestructura para transportar el gas por el gasoducto de Vaca Muerta -para los vecinos- y para convertirlo en GLP -para la exportación por fuera de la región. “El transporte es el cuello de botella, pero se está trabajando para solucionarlo”, acotó la especialista.
Los pasos que deben darse hacia el cambio de la matriz energética
Para transitar hacia energías más limpias, los cuatro panelistas coincidieron en que la salida es por el gas y que Vaca Muerta es clave para ese desarrollo. Pero Arriazu cree que el Plan Gas no es suficiente para traccionar la aceleración en la inversión y el desarrollo de la megaformación neuquina hacia un cambio en la matriz energética local.
“Lo mejor para cambiar la matriz energética en el país hay que eliminar la inflación y el riesgo país. La transición energética no puede olvidar a la economía”, sostuvo.
Montamat expresó que el problema es político: “Es la política la que tiene que acordar las transformaciones estructurales. El sector energético es uno de los más demandantes de planteos de largo plazo, por ser una tarea de capital intensivo, con un desarrollo y resultados que se producen en años”.
Las transiciones energéticas son distintas para cada país y necesitan un plan. Es más económico transicionar energéticamente que afrontar los costos de los eventos climáticos extremos”
En ese sentido, la cuestión de las tarifas apareció en el análisis. “El subsidio al consumo de energía en el país hace que haya un uso irracional de esos recursos y un castigo a la producción”, dijo Arriazu. Mencionó que en la Argentina el consumo energético aumenta lo mismo que el PBI, cunado en el mundo esa relación es la mitad.
“Somos importadores netos de energía porque queremos. “El ser humano reacciona por incentivos, y es imposible desligar lo económico, de lo energético y de lo climático, de la naturaleza. Si la economía creciera al 4% y la demanda energética al 3% se podría tener US$15.000 millones de superávit de la balanza energética para 2030″, remarcó.
Por su parte, Rabinovich enfatizó el momento “de quiebre tecnológico y de modos de vida” que transita el mundo y manifestó que “las futuras generaciones se tienen que expandir en las nuevas ventanas que se abran”.
Evaluó que la transición energética tendrá distintas etapas hasta pasar de un estado inicial con 85% de la energía que es fósil hasta que prácticamente desaparezca. “La tecnología está disponible, pero en algunos casos no son accesibles. Hay grandes cambios estructurales, como la movilidad eléctrica y el hidrógeno, un vector energético que está tomando cada vez mayor velocidad”.
“Tenemos que repensar también nuestros consumos residenciales, que son preponderantemente fósiles. Usamos el gas para calefaccionarnos, cocinar, etc. La Solución es global, llegará a la Argentina y hay que alimentar la tendencia a los cambios de usos y costumbres”, sostuvo Rabinovich.
Día 2: “Energías renovables: oportunidad de desarrollo”
Hoy miércoles 24 de noviembre. El segundo panel pone el foco en la importancia de las energías renovables, su presente y las oportunidades que se abren para el sector y el país en la transición energética. El objetivo de reducir las emisiones de carbono, la educación para el futuro climático y el papel del sector público y privado tendrán su espacio de reflexión y análisis.
Para este día, está prevista la participación de:
Patricio Neffa, director de Innovación, Desarrollo y Project Management de Genneia.
Elsa Kelly, abogada y diplomática, directora del Comité de Asuntos Ambientales del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Carolina Ulla, directora de la Licenciatura en Ambientes y Energías Renovables de la Universidad Siglo 21.
Claudio Cunha, country manager de ENEL Argentina.
Día 3: “El rol de la energía nuclear en la matriz del futuro”
Jueves 25 de noviembre. El jueves, en el tercer día del ciclo, se buscará poner la atención en la energía nuclear y sus desafíos en la transición hacia las renovables. El rol central que puede desempeñar la tecnología nuclear en las energías limpias del futuro para cumplir el objetivo de reducción drástica de las emisiones; y la oportunidad para la Argentina en la exportación de ese tipo de tecnología.
En esta oportunidad, compartirán sus análisis:
Jorge Lapeña. presidente del IAE General Mosconi y exsecretario de Energía.
Julián Gadano. titular del observatorio nuclear en la Universidad Tres de Febrero, exsubsecretario de Energía y expresidente del directorio de Nucleoeléctrica Argentina.
Juan José Gil Gerbino. físico, exdirector de la División de Energía Nuclear de INVAP.
Rafael Grossi. diplomático argentino y director General de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
Elena Maceiras, Secretaria de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC)
Día 4: “Las nuevas alternativas energéticas”
Viernes 26 de noviembre. El cierre del ciclo “los desafíos energéticos” se centrará en las nuevas alternativas para la generación que son boom en el mundo y que tienen un gran potencial de desarrollo en la Argentina.
El litio y el hidrógeno como fuentes de esas nuevas energías, las regulaciones y los incentivos que requiere el sector tendrán un lugar principal en este análisis. Expondrán:
Alejandro Rueda, Head of Business to Business (b2b) de ENEL X;
Joaquín Ubogui, Ingeniero químico, referente técnico del Consorcio del Hidrógeno (H2ar)
Hernán Letcher, asesor de presidencia de YPF en temas relacionados a litio.
Florencio Gamallo. Ingeniero, socio fundador de la Asociación Argentina de Energía Eólica y especialista en hidrógeno.
Fuente: Noticias NQN