El gasoducto a Vaca Muerta empieza a generar nuevas inversiones en el sector
Pampa destinará US $220 millones este año para subir su producción en un 60%. El gas nacional se paga a una quinta parte de lo que cuesta importarlo.
El gasoducto a Vaca Muerta empieza a generar nuevas inversiones en el sector
Marcelo Mindlin (Pampa Energía) en el campamento de tight gas El Mangrullo, dentro del area Vaca Muerta.
Los primeros pasos en la construcción del gasoducto que unirá Vaca Muerta con Buenos Aires generaron una reacción en los productores de gas no convencional. Pampa Energía, la empresa de Marcelo Mindlin, invertirá US$ 220 millones para aumentar la producción de ese fluido en la formación neuquina.
“El inicio del gasoducto cambia a Neuquén y a la Argentina. Empresas como Pampa apoyan esta iniciativa”, explicó Mindlin. El país consume más gas del que tiene en invierno. Aunque Vaca Muerta aloja reservorios señalados como los segundos más importantes del mundo por los especialistas, los productores no tienen cómo sacar ese gas.
El gasoducto que demandará US$ 1.500 millones en una primera etapa. El único oferente en la licitación para la cañería de ese proyecto fue Tenaris. Ahora, se espera el concurso para la obra civil, que podría requerir cerca de US$ 1.000 millones.
“Sacde (una constructora también controlada por Mindlin) quiere participar de esa licitación”, dice el empresario, que en 2021 se desprendió de la distribuidora eléctrica Edenor.
Argentina consume más de 170 millones de metros cúbicos (m3) de gas diarios durante el invierno. La producción nacional cubre cerca de tres cuartas partes de esa cantidad.
El resto se abastece con importaciones provenientes de Bolivia y barcos de gas líquido (GNL). En ambos casos, el país abona por el gas importado entre US$ 18 y US$ 40 por millón de BTU (la unidad de medida del sector). Cuando se le compra a productores locales, se les paga cerca de US$ 3,60.
La ampliación de Vaca Muerta permitiría incrementar la capacidad de transporte de gas local. Desde el yacimiento neuquino se pueden movilizar hoy cerca de 11 millones de metros cúbicos diarios. La nueva obra duplicaría esa capacidad, a 22 millones de metros cúbicos por día.
La secretaría de Energía convocará a una nueva ronda del plan Gas. Es una instancia en la que se pide a las empresas que garanticen el abastecimiento de gas en ciertos volúmenes y precios pactados.
Al duplicarse la capacidad de transporte, Energía -encabezada por Darío Martínez- podría licitar la compra de 11 millones de metros cúbicos adicionales.
Planes de inversión
Pampa invertirá US $220 millones durante este año para subir su producción. Pasará de los actuales 11 millones de metros cúbicos diarios a 16 millones. El desembolso incluye la construcción de una planta de tight gas en el yacimiento El Mangrullo, cerca de Vaca Muerta, además de 15 pozos de nuevos de perforación.
“Aumentamos en un 60% nuestra producción de gas y estamos invirtiendo para crecer aún más, cuando esté listo el nuevo gasoducto. El incremento de este invierno le permite al país ahorrar cerca de US$ 900 millones”, detalla Mindlin.
Pampa facturó US$ 2.000 millones en 2021. Algo más de la mitad de eso viene del negocio de la generación eléctrica. El otro 47% es por los negocios de gas y petróleo, que incluyen la producción de gas y el control de Transportadora de Gas del Sur (TGS), que es una de las dos transportistas del país (la otra es TGN).
“El nuevo gasoducto va a permitir eliminar la mayor restricción al crecimiento. Las empresas podrán tener mayores niveles de actividad, las provincias tendrán mayores regalías y sería un gran alivio a la balanza comercial del país”, según Horacio Turri, director ejecutivo de Exploración y Producción de la compañía.
La estatal Ieasa (ex Enarsa) lleva adelante la construcción del gasoducto, apuntando a mediados del año próximo. Una posterior extensión de ese tendido, hacia el norte, podría lograr que la producción de gas actual se cuadruplique, llegando a 42 millones de metros cúbicos por día.
Cada molécula nacional implica un ahorro en relación con las importaciones de gas. Este año se estima que tocarán los US $5.000 millones.
Desentendido de Edenor -que vendió a un grupo encabezado por José Luis Manzano-, Mindlin prefiere no hablar de tarifas.
En el sector observan que el atraso de tarifas de luz y gas, que crecen por debajo de la inflación, provoca desequilibrios fiscales que luego son difíciles de corregir. Así sucedió en el traspaso del segundo mandato de Cristina Kirchner en 2015 a la administración de Mauricio Macri.
El mandatario de Cambiemos impulsó correcciones de tarifas. Según varios funcionarios de esa gestión, hubo beneficio fiscal -caída del gasto público-, pero también pérdida de votos por sectores que se enojaron con esos aumentos.
Fuente: Clarín