El Gobierno sigue sin definir el barril criollo y se paraliza la producción de hidrocarburos
No hay un consenso en la industria y los gobernadores y Alberto demora la definición por la cuarentena.
La prórroga quincenal de la cuarentena por el coronavirus que anunció el viernes Alberto Fernández, que podría extenderse hasta el invierno, demoró otras decisiones del Gobierno, como la definición de un precio local del petróleo, situación que puede complicar la producción de hidrocaburos y las finanzas de las provincias con yacimientos.
Como relató LPO, después que el precio del petróleo cayera a 23 dólares el precio del barril, días antes de declararse el coronavirus como pandemia mundial, los gobernadores petroleros reclamaron un precio sostén del crudo en el país, conocido como «barril criollo», que les permita cobrar más dinero por regalías.
Propusieron que fuera 54 dólares y el ministro de Producción, Matías Kulfas, ofertó 46 dólares. Pero la decisión se demora y las provincias siguen con la soga al cuello. En la conferencia del viernes, el presidente no anticipó ninguna decisión y los gobernadores creen que la crisis de la industria petrolera no está entre sus prioridades para los próximos días.
Fuentes del sector afirmaron a LPO que habría una posibilidad de acordar un barril criollo en torno a los 40 dólares, pero no es una decisión fácil, porque en el sector petrolero tampoco hay un acuerdo pleno sobre que hay que hacer para paliar los bajos valores del crudo, porque no a todos los perjudica. Como explicó a LPO el senador Alberto Weretinleck, ex gobernador de Río Negro, el precio del barril era de 63 dólares el 14 de noviembre, cuando los precios del surtidor subieron por última vez.
«Con esas proyecciones las provincias escribieron sus presupuestos y se van a fundir. Y las grandes ganadoras son las cuatro empresas que tienen una cadena integrada, compran y venden en surtidor: YPF, Axion, Shell y Puma. Compran o producen, refinan y venden al precio vigente», sostuvo.
Esto no es compartido por las empresas que de hecho están viviendo una situación crítica. Con los actuales valores la exportación de crudo, descontados impuestos y retenciones, se acerca a la peligrosa franja de precios en los que implica una pérdida. En un mundo que hay sobre oferta de crudo por la parálisis global de la economía por la pandemia, que hacer con el petróleo que se extrae empieza a ser un problema.
Una salida es exportar casi al costo, pero hay días en que el precio se vuelve negativo. Y otra es almacenar, pero la capacidad instalada tiene un límite. Por eso, YPF junto a otras compañías contrató un barco petrolero y lo están cargando, a la espera que remonte el crudo. Además, empezaron a cerrarse fuerte los pozos. La compañía estatal, por ejemplo, bajó a la mitad la explotación de Loma Campana, su explotación estrella en Vaca Muerta. Una medida similar tuvo que tomar la petrolera Vista, de Miguel Galuccio.
Es que los precios bajos no favorecen los proyectos exportadores como el de Vaca Muerta, una de las esperanzas del país para el ingreso de divisas. Los inversores esperaban una ley con garantías en los contratos, que nunca fue enviada al Congreso y en estas condiciones no tienen incentivos para producir.
Pero la situación es tan mala que incluso golpea a las refinadoras por la caída brutal de la actividad económica. La venta de nafta se cayó un 80 por ciento y la de gasoil un 50 por ciento. YPF cerró su rerinería de Plaza Huincul y las otras las tiene produciendo al 50 por ciento. También están en una situación crítica las refinerías de PAE y de Transfigura.
Fuente: LPO.