El plan de producción del CEPH para Vaca Muerta en 2030
Las empresas prevén que la producción de la formación principal del país podría llegar a 1.400.000 barriles de crudo y 240 millones de metros cúbicos de gas.
La premisa de Vaca Muerta apunta a alcanzar un millón de barcazas petroleras para 2030. Este objetivo es inobjetable y compartido por todos los actores de la industria. Sin embargo, las empresas creen que el potencial de la roca madre de la Cuenca Neuquina les permite no solo cumplir con este objetivo sino también más allá.
El Consejo para la Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) trabaja ahora en un «libro blanco» para la actividad de formación no convencional en los años previos a 2030. La nueva meta sería de 1.400.000 barriles de petróleo y unos 240 millones de metros cúbicos de gas, con un pequeño primer proyecto de gas natural licuado (GNL) de cuatro a cinco millones de toneladas.
“Eso generaría complementando lo que se llamaría una un delta de balanza comercial de hidrocarburo del orden de los 24.000 millones de dólares para el 2030”, dijo el presidente de Gas & Power, desarrollo de Negocios y Comercial de Tecpetrol, Ricardo Ferreiro, en “Energía: La oportunidad latente”, webinar organizado por La Nación .
Si las condiciones son las adecuadas, tales niveles de producción nos permitirían pasar de un déficit energético de $4 mil millones en 2023 a un equilibrio para este año.
Los números son sospechosos, pero para lograr ese objetivo se deben cumplir varios requisitos, entre ellos la adhesión a los contratos del Plan Gas.Ar, el acceso a las acciones, la estabilidad financiera y algunas disposiciones legales que podrían servir como marco regulatorio de la GNL.
Además de estos requisitos previos, este nivel de productividad requiere un alto nivel de importaciones críticas. Esto se traduce en la necesidad de más equipos de fracturamiento y perforadores, entre otros equipos, para aumentar la actividad en la roca madre de la Cuenca Neuquina.
Adicionalmente, será necesario que las empresas cuenten con recursos propios y la capacidad de acceder al mercado para obtener financiamiento. Todo esto requiere reglas de juego claras, según Ferreiro.
En la misma línea, Rodolfo Freyre, vicepresidente de Gas, Energía y Desarrollo de Negocios de Pan American Energy (PAE), dijo que dado que Argentina no es el único país del mundo donde se realizan evaluaciones de proyectos de GNL, en ese panorama se debe incluir la competitividad.
El marco regulatorio, que se discute en la cámara baja del Congreso de los Estados Unidos, será crucial para brindar previsibilidad a las grandes inversiones que requieren la construcción de una instalación de licuefacción.
“Hay un montón de proyectos en curso de GNL en el mundo. Tenemos un recurso espectacular y eso está probado, pero los proyectos son complejos y largos. Yo estoy convencido de que Argentina tiene y puede estar presente en ese mercado, pero tengamos presentes que hay que ser competitivos. Es decir, tenemos que llegar con un producto competitivo al mercado, porque no vamos a ser los únicos proveedores de GNL en el mundo”, dijo para cerrar.