El sector de los hidrocarburos no convencionales quiere conseguir el apoyo de Wall Street
Algunos esperan que si el precio del petróleo se mantiene en torno a los 40 dólares el barril, una oleada de consolidación dará lugar a una industria mucho más eficiente y atractiva para Wall Street.
El futuro de la industria energética de EEUU se coló por sorpresa en el último debate presidencial. Ante la sugerencia del candidato demócrata Joe Biden de «reducir la importancia del sector petrolero», Donald Trump advirtió que esto causaría la pérdida de una gran cantidad de puestos de trabajo. Pero para la industria estadounidense de los hidrocarburos no convencionales (shale), cuya tecn
ología pionera y producción sin precedentes han modificado radicalmente el mercado mundial del petróleo en los últimos diez años, la reducción de puestos de trabajo no es nada nuevo. Muchas compañías atraviesan apuros financieros, las quiebras están aumentando y el panorama laboral se está deteriorando. Las esperanzas de que el sector del shale haga que EEUU sea autosuficiente en materia de energía se están desvaneciendo. Después de años de un crecimiento asombroso, es probable que el descenso de la producción anual de petróleo del país este año sea el mayor de la historia. Ante esta situación, la firma de capital riesgo Waterous Energy Fund prefiere ahora invertir en compañías petroleras de Canadá que en empresas estadounidenses de hidrocarburos no convencionales. Daniel Yergin, vicepresidente de la consultora IHS Markit, opina que la principal prioridad del sector del shale es volver a lograr el apoyo de los inversores, los cuales están ahora más interesados en las energías renovables. Algunos esperan que si el precio del petróleo se mantiene en torno a los 40 dólares el barril, una oleada de consolidación dará lugar a una industria mucho más eficiente y atractiva para Wall Street. De hecho, la cifra de fusiones y adquisiciones está aumentando. El mes pasado Devon Energy compró WPX Energy, ConocoPhillips adquirió Concho Resources y Pioneer Natural Resources anunció su plan para comprar Parsley Energy. Los optimistas también recuerdan que el sector se recuperó notablemente en 2016 tras una caída del precio del petróleo menor que la actual, y fue capaz de aumentar rápidamente la producción con costes mucho más bajos. Según Muqsit Ashraf, director mundial de energía de Accenture, un factor importante para la recuperación actual es que la digitalización ha mejorado los aspectos técnicos relacionados con los pozos y podría incrementar la eficiencia entre el 20 y el 40%. Pero Matt Gallagher, consejero delegado de Parsley Energy, sostiene que cambios técnicos como prolongar el proceso de la fracturación hidráulica (fracking) durante las 24 horas del día en lugar de solamente durante las horas de luz solar reduciría los costes en menos del 10%. La opinión generalizada es que únicamente los mejores yacimientos de hidrocarburos no convencionales generarán beneficios si el precio del petróleo sigue siendo bajo, como los de la cuenca Permian situada en la región oeste de Texas y el sureste de Nuevo México. Los costes de producción de la cuenca son bajos y en algunas zonas se pueden conseguir beneficios a un precio de 20-30 dólares el barril. Pero Adam Waterous, director de Waterous Energy Fund, cree que la mayoría de las empresas del sector necesitan un precio de más de 70 dólares el barril para cubrir sus costes de capital. Y Scott Sheffield, el consejero delegado de Pioneer Natural Resources, añade que en general los inversores no quieren invertir ahora en compañías pequeñas (que son la mayoría) y que únicamente cuatro compañías son «rentables para invertir»: la suya, EOG Resources, ConocoPhillips y Hess. Por otra parte, Chris Duncan, de la consultora Brandes Investment Partners, opina que habrá más consolidación, pero que antes de ello se producirán más quiebras, ya que la deuda de más de la mitad de las empresas del sector es igual o mayor que su capitalización de mercado. De hecho, Rystad Energy estima que la deuda del sector del petróleo y el gas natural de Norteamérica ya ha alcanzado un récord histórico este año, y cree que podría llegar a ser de 100.000 millones de dólares antes de que termine el año y que quebrarán 55 compañías. Para Ashraf, una consecuencia de la consolidación será que los 10 principales productores de petróleo acapararán la mitad de los gastos de capital de la industria en los próximos cinco años, frente a menos del 30% en la pasada década. Las compañías más grandes, como Chevron y ExxonMobil, impondrán economías de escala en la cuenca Permian. Y aunque haya más consolidación, la mayoría de los analistas cree que los días del aumento vertiginoso de la producción son una cosa del pasado. Sheffield opina que el crecimiento de la producción de petróleo estadounidense será de un 2% anual durante la próxima década. Y Ryan Lance, el consejero delegado de ConocoPhillips, señala que la gran disminución de la inversión de capital podría provocar que la producción del próximo año sea 4 millones de barriles al día inferior a su reciente máximo histórico.
Fuente: Expansión.com