El sector petrolero ‘offshore’ está experimentando un auge en Sudamérica
América del Sur se ha convertido en líder en la exploración y producción del oro negro en alta mar. Los descubrimientos del crudo presal en Brasil han jugado un papel importante para la industria petrolera. Sin embargo, los descubrimientos en Guyana, así como una creciente exploración en Surinam, han también contribuido al auge de la región.
Hace casi una década, el auge del sector petróleo offshore (costa afuera) en América del Sur era considerado por los expertos como una tendencia desencadenada por el aumento de los precios del crudo, que para 2011 se habían recuperado de la recesión de 2008 y se situaban en más de 100 dólares por barril. A principios de 2012, el precio internacional del Brent alcanzó un máximo de más de 128 dólares por barril y se mantuvo en promedio de más de 100 dólares hasta la caída de precios de finales de agosto de 2014.
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Con estos niveles, los proyectos petroleros de alto costo, incluidos los yacimientos de Brasil, se hicieron populares entre las principales empresas mundiales en el ámbito de energía, mientras intentaban aprovechar el momento para explotar las reservas de crudo, aumentar la producción y obtener ganancias.
Así, durante el año 2012 hubo poca (incluso ninguna) producción de los masivos campos petrolíferos de presal de Brasil, que para 2015 lograron alrededor del 50% de la producción total de crudo del país, lo que puede atribuirse a una disminución constante de los gastos de producción debido a la mejora de la tecnología de perforación, al crecimiento de conocimientos y al desarrollo de la infraestructura.
El petróleo presal hace referencia a los yacimientos que se encuentran debajo de una capa de sal. Hace más de 100 millones de años, durante la separación de los continentes americano y africano, se formaron unas depresiones profundas y grandes lagos, en el fondo de los cuales se acumularon enormes cantidades de materia orgánica. Luego apareció el océano Atlántico y se formó una capa de sal. Con el tiempo, los procesos termoquímicos convirtieron la materia orgánica en hidrocarburos (petróleo y gas natural).
Cuando tuvo lugar el auge del crudo presal en 2012, los precios de equilibrio se estimaron en más de 60 dólares por barril. Desde entonces, han caído progresivamente. La empresa brasileña Petrobras estimó el barril en 55 dólares en 2014 y el Instituto de Gobernanza de Recursos Naturales anunció en agosto de 2020 en 45,50 dólares para la explotación en el Atlántico, enfatiza el corresponsal de Oilprice.com en América Latina y gestor de inversiones Matthew Smith.
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Petrobras afirma que el precio promedio de equilibrio en sus operaciones es de 21 dólares por barril, lo que las hace rentables incluso en el escenario actual. Según la consultora de la industria energética Rystad Energy, Petrobras es responsable del 88% de los costes operativos en aguas profundas de América del Sur, lo que convierte al país en el motor clave del auge de las explotaciones costa afuera del continente. Incluso hay señales de un auge más grande para este país.
Los precios más bajos y la pandemia de COVID-19 han hecho poco para frenar la expansión de Petrobras. Para el tercer trimestre de 2020, la producción del preciado mineral de la compañía petrolera ascendió a un 5,4% en comparación con el trimestre anterior, lo que la convierte en una de las pocas empresas energéticas importantes a nivel mundial que han aumentado su producción durante 2020, asegura el experto. Es algo raro en las circunstancias actuales, donde la producción del oro negro ha estado disminuyendo para la mayoría de los productores de crudo año tras año, opina Smith.
Las malas perspectivas mundiales para el petróleo y los precios más débiles obligaron a las compañías de energía de todo el mundo a recortar el gasto en exploración y desarrollo. Muchas de ellas se vieron obligadas a cerrar pozos cuya explotación no era rentable. La producción disminuyó significativamente para la mayoría de las compañías de energía en comparación con 2019.
El hecho de que Petrobras siga expandiendo su producción de crudo en 2020 es un buen augurio para el éxito de los yacimientos costa afuera de Brasil, particularmente con su aumento de gastos en yacimientos petrolíferos presal, afirma el especialista. Los campos petroleros de Buzios y Tupi son responsables del 63% de la producción total del oro negro de Brasil y del 72% de la producción presal en el país. Además, la compañía brasileña se compromete a aumentar la actividad en este tipo de campos, en particular en Tupi y Buzios.
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Petrobras planea poner en línea 12 buques de producción flotante y descarga para 2025 con 4 barcos destinados al campo petrolífero de Buzios, lo que impulsará sustancialmente la producción de crudo de la empresa brasileña, que se ha convertido en todo un éxito entre las refinerías asiáticas. Brasil, a su vez, se convirtió en el tercer mayor proveedor de crudo a China a finales de septiembre de 2020.
El auge del petróleo offshore en América del Sur no se limita solo a Brasil. Los acontecimientos recientes en Guyana y la vecina Surinam apuntan a que ambos países están a punto de vivir su propio auge del crudo costa afuera. El atractivo del offshore de Guyana está creciendo, especialmente desde que ExxonMobil realizó 18 importantes descubrimientos del hidrocarburo de alta calidad. La compañía afirma que tiene más de 8.000 millones de barriles de recursos solo en el bloque Stabroek, lo que apunta a un tremendo potencial petrolero en la parte de Guyana de los yacimientos de Guyana-Surinam.
Exxon comenzó la producción en el bloque Stabroek en diciembre de 2019, durante la operación Liza Phase One, y está en proceso de llevar a cabo la operación Liza Phase Two, que agregará 220.000 barriles diarios a su producción de oro negro en el bloque Stabroek. La empresa prevé extraer 750.000 barriles de crudo en esta zona para 2025.
El atractivo de Guyana para la inversión se ve potenciado por las perspectivas sobre el precio equilibrio, el cual estaría alrededor de los 35 dólares por barril, de acuerdo con los cálculos de la empresa petrolera Hess Corporation, socio de Exxon en el bloque Stabroek. Al mismo tiempo, todo indica que, a medida que aumente la infraestructura y mejore la experiencia en la perforación y la tecnología, estos costos disminuirán, señala Smith. El final del estancamiento político en Guyana promete una mayor estabilidad, reforzando su atractivo para las compañías energéticas internacionales, asegura el especialista.
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Surinam, que comparte sus yacimientos costa afuera con Guyana, también está progresando. La compañía internacional de energía Apache y su socio Total han realizado tres importantes descubrimientos de crudo en las costas de Surinam en 2020. Se especula que los precios de equilibrio en la explotación de este país serán similares a los de Guyana o incluso más bajos. Los operadores podrán aprovechar los conocimientos adquiridos en Guyana y la infraestructura petrolera establecida para apoyar las operaciones en la antigua colonia británica.
El nuevo gobierno de Surinam y la compañía petrolera nacional Staatsolie se centran en desarrollar el considerable potencial energético del país. Hay señales de que Guyana y Surinam podrían convertirse en los destinos preferidos para la inversión de las grandes empresas petroleras internacionales debido a los bajos precios de equilibrio y la creciente estabilidad política, entre otros factores.
Por lo tanto, incluso el colapso de los precios de este hidrocarburo en marzo de 2020, las malas perspectivas para el crudo y la pandemia de COVID-19 no han tenido un gran impacto. La caída de los precios de equilibrio y un fuerte aumento de la demanda de crudo dulce ligero asegurarán que el auge continuará a pesar del difícil entorno operativo actual. Las experiencias de Brasil, Guyana y Surinam dan unas lecciones importantes para otros países ricos en petróleo sobre cómo aprovechar su propia riqueza de hidrocarburos, concluye el analista.
Fuente: Nuestro Mar.