El shale gas tiene como límites a la macro y el transporte
La producción neuquina está condicionada por el cuello de botella de los gasoductos. La construcción de nuevos caños se encuentra en discusión por la viabilidad económica de los proyectos.
Según indica el borrador del Plan Quinquenal de Infraestructura energética elaborado por la Secretaría de la Nación que se filtró esta semana, desde el año pasado los gasoductos troncales que parten desde la Cuenca Neuquina están al tope, por lo cual es imposible que la producción de Vaca Muerta pueda crecer sin ampliaciones.
El documento destaca que en 2019, el Gasoducto Centro Oeste operó al máximo de su capacidad, Neuba I y II se saturan en los picos de invierno, el San Martín opera al 90% en el tramo Tierra del Fuego-Santa Cruz, aunque tiene capacidad ociosa en tramos hacia Cerri, mientras que el Gasoducto Norte también tiene disponibilidad, al igual que el tramo entre Bahía Blanca y Gran Buenos Aires. Por otro lado, los escenarios de demanda doméstica indican que podría haber un aumento del orden de 7, 17 y 27 MMm3/d para los años 2022, 2026 y 2030 respectivamente.
“Confirmado el potencial de producción de la Cuenca Neuquina, toda obra de infraestructura que contribuya a evacuarla hacia centros de consumo es indudablemente positiva. Creo prioritario resolver cuestiones vinculadas al mercado que se pretende acceder y las condiciones en que se realizará la contratación del mismo”, indicó a +e el consultor y ex interventor del Enargas David Tezanos.
Según Luciano Codeseira, director de Gas Energy Latinoamérica, el gas de Vaca Muerta enfrenta dos problemas. “Para los mercados que hoy podemos vender producto, no tenemos demanda cierta; y en los mercados que podríamos acceder con GNL, si bien hay una demanda global, los precios son bajos”, precisó.
“Tenemos una situación muy justa, ninguno de los proyectos pasa holgadamente los análisis económicos. Si se los analiza de forma aislada, no se justificarían”, agregó Codeseira, aunque consideró que como decisión estratégica de Estado, la construcción de gasoductos abre muchas perspectivas.
Permitiría llevar producción a zonas del país sin acceso al gas natural, generar competitividad a varios sectores de la economía, sustituir importaciones, incrementar las exportaciones en firme a países vecinos como Chile y una mayor demanda del parque generador térmico.
“El mercado global de gas natural hoy es modular, las grandes obras dejaron de ser viables hace unos siete años”, señaló Codeseira.
El gobierno nacional suspendió por tiempo indefinido la licitación del Gasoducto del Centro, que iría desde Tratayén a Salliqueló y que fue planeado por la gestión de Mauricio Macri para llevar hasta 40 MMm3/d.
El subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, aseguró que “el proyecto no estaba maduro” y que “faltaban estudios de factibilidad”, tanto en aspectos técnicos como ambientales y económicos. Nación mira el debate de una ley estímulo del sector para dar el debate de la infraestructura.
A su vez, en el borrador del Plan Quinquenal que salió a la luz esta semana, la Secretaría de Energía considera una nueva traza que tendría más ventajas. El denominado “Gasoducto Federal” uniría Tratayén con la planta compresora de San Jerónimo, en la provincia de Santa Fe, en una primera etapa. En una segunda fase iría hasta Uruguaiana, para luego llegar a Porto Alegre. En total, la obra demandaría una inversión de 4950 millones de dólares.
El sur de Brasil aparece como un mercado tentador para Vaca Muerta, con una demanda potencial de 16 MM m3/d. Sin embargo, un análisis de YPF incluido en el borrador del Plan Quinquenal Federal contradice la viabilidad del proyecto.
La petrolera destaca que la opinión de la consultora Gas Energy fue determinante: tal como lo publicó +e esta semana, no ven viable llevar un nuevo ducto a Brasil, fundamentalmente por una cuestión de tiempos. Consideran que en el periodo que se hagan los estudios y permisos, más los que lleve la construcción, el mercado ya estará más maduro y se perderá la oportunidad ante opciones como el gas boliviano, el GNL y la producción del Presal brasileño.
Sin embargo, gasoducto entre Neuquén y los grandes centros de consumo urbanos de Santa Fe y Buenos Aires es una obra que la industria considera necesaria, más allá de su viabilidad económica por la estacionalidad de la demanda.
“Compensar la declinación de los yacimientos de la Cuenca Norte y sustituir importaciones de Bolivia con gas producido en Argentina, en la Cuenca Neuquina, presenta la oportunidad de definir una masa crítica de transporte de gas natural que justifique el proyecto de construcción de un nuevo gasoducto. En mi opinión construir -lo cual se puede hacer por etapas- un gasoducto nuevo con origen en Neuquén debería tener por destino algún punto a definir entre Córdoba y Santa Fe, como San Jerónimo”, señaló Tezanos. “Por otro lado, disponer del gasoducto GNEA permite pensar en desarrollar infraestructura de gas en zonas donde no se ha hecho: norte de Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones”, agregó.
Como cuestión de fondo, en estas opciones también se juega el cuándo y el cómo de un posible incremento de la producción del shale gas de Vaca Muerta. Son obras que podrían demandar años pero que requieren acuerdos para proyectar las chances del shale en los mercados del futuro.
Claves para la producción
- El shale gas de Vaca Muerta requiere de nuevos mercados. Las opciones para esa cantidad enorme de producción potencial pasan por abastecer más centros de consumo. Están en el país y en el exterior.
- Pero sucede que para llegar a esos nuevos destinos se requiere de obras de transporte. Se trata de nuevos gasoductos, que permitirían colocar esa producción. El rendimiento de los pozos es de los mejores de argentina.
- Sin embargo, parte del problema tiene que ver con la situación económica. Son obras a largo plazo, que requiere inversiones multimillonarias. En el actual clima económico, parecen de muy difícil concreción.
- Sin embargo, Argentina debe proyectarlas: las fluctuaciones del mercado y las condiciones de precio podrían cambiar, y de nuevo despertar el interés de las productoras con áreas en el shale gas de Neuquén, que sentiría el gran impacto económico.
Fuente: Más Energía.