El shale reconfigura el mapa petrolero
Mientras que en Estados Unidos nacen las Super Majors, en Argentina hay un proceso de compraventa de activos. El objetivo es buscar la rentabilidad del shale.
El mapa petrolero está en una constante reconfiguración. Los actores del sector diseñan y reajustan sus estrategias en busca de las bondades del shale. Su horizonte se centra en alcanzar la rentabilidad y ampliar sus proyectos para descubrir la fórmula que les permita multiplicar su producción.
Este escenario se reproduce tanto en Estados Unidos como en Argentina, cada uno con sus particularidades, pero con el mismo objetivo: incrementar sus ganancias.
En el país gobernado por Joe Biden, ha surgido un proceso denominado «Shale 4.0», una era marcada por un inventario controlado por un grupo más reducido de empresas. La fusión entre empresas está dando lugar al surgimiento de Super Majors, que persiguen objetivos más ambiciosos en Permian.
El primer «megaacuerdo» entre grandes empresas tuvo lugar en octubre pasado, cuando ExxonMobil anunció la adquisición de Pioneer Natural Resources por 64.500 millones de dólares. Esta ola de fusiones continuó en diciembre con la compra de CrownRock por parte de Oxy por 12.000 millones de dólares, y luego con la unión de Diamondback Energy y Endeavor Energy Resources, valorando a esta última en 26 mil millones de dólares.
«Esta medida creará la mayor empresa independiente pura del Permian en términos de producción y, al mismo tiempo, mantendrá las segundas ubicaciones de perforación más subdesarrolladas, después de ExxonMobil-Pioneer», sostiene un informe de Rystad Energy.
Según la consultora, se proyecta que la empresa combinada producirá la tercera mayor cantidad de producción total neta en el Permian, con 819.500 barriles de petróleo equivalente por día, este año, solo por detrás de Chevron y ExxonMobil (incluidas las de Pioneer).
El año pasado marcó un récord en fusiones entre compañías, y aunque se esperaba que el ritmo disminuyera, el 2024 comenzó con una alta actividad en este sentido. «Lo que más se da en el shale de Estados Unidos es un proceso de consolidación de compañías y este proceso tiene que ver con la escala, el enfoque y la rentabilidad, porque para prepararse para lo que se viene se necesita una escala importante para entregar innovación, reducir costos y ser resiliente ante cualquier disminución de la presión. Eso es en lo que están apostando ahora las compañías», explicó Ernesto Díaz, vicepresidente para Latinoamérica de Rystad Energy, en diálogo con +e.
YPF también transita un camino de rentabilidad. La empresa de mayoría estatal anunció que dejará de operar yacimientos convencionales para centrarse en los no convencionales y en el downstream. La dirección que ha tomado el equipo liderado por Horacio Marín es concentrarse en lo que mejor saben hacer para aumentar el valor de la compañía, el cual es bajo en relación con el potencial que tienen sus activos.
Desde el inicio de la aventura en Vaca Muerta, YPF ha invertido miles de millones de dólares para desarrollar el know how y formar un portafolio de activos de shale productivos.
Una particularidad de la venta de los campos convencionales de YPF es que mantendrá Manantiales Berh, un yacimiento histórico de la Cuenca del Golfo San Jorge y que es símbolo de la recuperación terciaria.
«Puede haber diferentes motivos para mantener Manantiales Berh. Es una fuente importante de ingresos y rentabilidad para YPF, y estimo que lo que quieren hacer es tender un puente entre el corto y el largo plazo. La estrategia a largo plazo está en el shale, pero en el corto plazo necesitan ingresos», subrayó Díaz.
«La empresa tiene que desprenderse de los activos menos productivos de los campos maduros del segmento convencional, lo cual es un desafío porque si solo desea deshacerse de los peores activos, despertará menos interés entre los compradores que si arma un paquete con un mix de activos más maduros y algunos más rentables, como lo hizo Petrobras en su momento. Pero es una decisión sobre cuánto se quiere sacrificar en el corto plazo», afirmó el vicepresidente para Latinoamérica de Rystad Energy.
ExxonMobil también está preparando su retirada de activos menos atractivos para sus inversiones, pero en este caso buscará salir de Vaca Muerta para centrarse en el shale estadounidense y en proyectos de aguas profundas en Guyana y Brasil. Es importante destacar que la compañía estadounidense no se desprenderá de su participación en los tres bloques offshore en la Cuenca Malvinas Oeste ni del Centro Global de Servicios, que cuenta con unos 3.000 empleados en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
«Exxon se está concentrando en el desarrollo de los activos más rentables y en lo que saben hacer mejor», evaluó Díaz.
Aunque los portafolios y los contextos son diferentes, YPF y ExxonMobil persiguen el mismo objetivo: maximizar los recursos, concentrándose en sus áreas de especialización para obtener la mejor rentabilidad posible.
Según el especialista, la necesidad de desarrollar los activos actualmente en explotación se basa en que la cotización del barril de petróleo no se mantendrá por siempre en aproximadamente 80 dólares.
«Hay dos efectos principales. Uno a corto plazo es el riesgo de una disminución en el precio, y a largo plazo está la ventana de oportunidad con la transición energética. Esto implica que hay más inversión en el desarrollo de activos actualmente en explotación y menos apetito tal vez por ingresar a nuevas áreas o cuencas fronterizas, como el offshore en Argentina», afirmó Díaz.
Diferencias
Argentina con pocos actores
Mientras en Estados Unidos hay gran cantidad de empresas que buscan las bondades del shale, en Argentina solo hay una decena de compañías que producción en el no convencional.
Activos en venta
Ernesto Díaz consideró que Argentina no vivirá un proceso de consolidación de empresas, pero si la compraventa de activos como es el caso de ExxonMobil y su retiro de Vaca Muerta.
La falta de un marco legal
El vicepresidente para Latinoamérica de Rystad Energy ponderó que para desarrollar los activos del shale es necesario contar con financiamiento, un marco legal y una macroeconomía ordenada.
Fuente: LMNeuquen