Elecciones en Neuquén: la disputa por la intendencia de Añelo, la capital de Vaca Muerta, el municipio donde está la mayor riqueza de la Argentina
Pelean Adriana Perzuk, la médica de petroleros y candidata del MPN, y un aliado de la UOCRA, Banderet; los vecinos se quejan de que las inversiones no llegan y hay déficits de infraestructura.
Desde la ruta, poceada, hundida por huellones de los camiones, ya se adivina Vaca Muerta, la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo no convencional. Como si fueran fósforos, de decenas de metros, el gas se ventea, quemado en antorchas que se desparraman en el horizonte. Se advierten apenas el paisaje deja atrás las chacras con hileras de álamos color cobrizo que protegen los frutales y se abre la meseta dura, pelada.
Es la llegada a Añelo, el municipio que alberga la mayor riqueza de la Argentina, pues desde allí se realiza la explotación de Vaca Muerta. Neuquén exportó 2400 millones de dólares en 2022 y produjo en diciembre pasado 308.660 barriles de petróleo por día, el 90 por ciento producto de Vaca Muerta. En Añelo viven y trabajan los hombres y mujeres que obran este milagro. Uno podría pensar que arriba a Dubai, pero en realidad es un poblado de menos de 4 kilómetros de la redonda, donde falta gas, hay que rehacer la red de agua, las cloacas no alcanzan y el asfalto rodea la plaza central y unas pocas cuadras más.
Allí ese domingo, como en el resto de la provincia, se disputará la elección del intendente, una disputa entre Adriana Pezuk, la candidata del Movimiento Popular Neuquino, el partido gobernante, y Fernando Banderet, el candidato de Comunidad, el frente provincial, disidente del MPN, con apoyo del Pro, que lidera Rolo Figueroa, como candidato a gobernador.
Detrás de estas dos figuras pulsean los dos sindicatos más poderosos de la capital de Vaca Muerta: los petroleros privados y el gremio de la construcción. Nada se mueve en Añelo si no es motorizado por uno u otro sindicato. Marcelo Rucci lidera el Sindicato de Petroleros Privados y Juan Carlos Levi es el dirigente local de la UOCRA en Añelo. La candidata del MPN, Pezuk, es la médica del sindicato de los petroleros y Banderet, candidato de Comunidad, tiene un pasado en la construcción.
La elección estará peleada, coinciden en ambos campamentos, pero la gente, los vecinos de Añelo están enojados con el oficialismo. El intendente del MPN es Milton Morales, que este año no compite. Una recorrida de la Nación por el lugar, charlando con docentes, trabajadores, gremialistas, empleados municipales y hasta los antiguos pobladores del lugar que se dedicaban a la producción rural, permitió palpar el descontento.
Están disconformes porque ven que la riqueza de las empresas petroleras, que se instalan en los alrededores del poblado, donde funcionan tres parques industriales y uno en camino, y donde están instalados una media docena de barrios petroleros, no llega a derramar en Añelo y falta mucho para alejar la sensación de “lugar abandonado” que describen los lugareños.
Añelo es un pueblo de hombres vestidos de mameluco azul del petróleo, zapatones de seguridad, de manos grandes, chalecos negros y camionetas polvorientas, con logos de empresas que empiezan todas con la letra P. Se ven menos mujeres que hombres caminado por las calles.
Está a 103 kilómetros al norte de Neuquén y a 85 de Plaza Huincul, por una ruta que conoció tiempos mejores.
El municipio está dividido por la ruta 7. A un lado, hacia abajo, está el caso histórico original, que en el censo de 1991 arrojó 490 habitantes. Allí está la vieja municipalidad, de madera, junto al Banco Provincia de Neuquén. Construyeron otra nueva de dos plantas. La estación de servicio YPF y su mini mercado son el epicentro del lugar. Hierve. Hoy son 9000 habitantes y todos los días transitan unos 15.000.
Claro que la ley de coparticipación provincial es de 1995 y se reparten fondos por los 490 habitantes. En total por coparticipación Añelo recibe 32 millones de pesos al mes, y paga salarios de empleados públicos por 55 millones. El saldo lo cubre con los ingresos del municipio producto de las licencias que le cobra a las empresas petroleras o de servicios, los impuestos municipales, la recolección de residuos, las patentes de los vehículos.
Es una promesa de los candidatos cambiar esa coparticipación y que empiece a llegar más dinero.
Caminando por la plaza, con pasos cortos, van Juan Bautista, de gorra azul, y Margarita San Martín. Ya son jubilados y hace 20 años que viven acá. Vieron todo el proceso de Añelo y son de los enojados, porque no hay asfalto, porque le venden la tierra a la gente sin servicio. “Estamos a 60 metros del gas y no nos ponen el gas”, se quejan. Hablaron con la municipalidad pero no hubo caso. “Acá agarraron las cuerdas los gremios”, señala Juan Bautista que fue injertador en el Alto Valle.
Al otro lado de la ruta se alza “la meseta”. Una ruta de ripio gris sube la alta barda polvorienta y se abre el camino a los parques industriales, las casitas pegadas, mínimas, montadas por las empresas petroleras para sus trabajadores, otras más grandes y así sucesivamente el camino asciende, serpentea y arroja piedras hacia los lados, a medida que el auto avanza hacia los yacimientos.
En la banquina, una mujer rubia impresiona con su mameluco azul, Ray Ban negros y labios pintados color bermellón; luce un cuello de polar, con elegancia, a pesar de sus botas de trabajo. Es María, camionera de NGR, que transporta en un semirremolque arena desde el centro de acopio de la Meseta a la boca del yacimiento de Pluspetrol. “Es arena para el fracking, que llega desde Ibicuy, en Entre Ríos, cuenta la mujer de aros largos, en forma de crucifijo, orgullosa de su empresa y su tarea. Venía de manejar camiones en Tierra del Fuego y ahora vive aquí con sus hijos, desde hace 5 años, en la meseta y ya se pudo comprar su casa.
Personal de Salud hacen piquetes sobre las rutas impidiendo la entrada de camiones a las petroleras de Vaca Muerta en el pueblo de Anielo. Por tal motivo Anielo se convirtio en un pueblo fantasma.
Un promocionado shopping center, inaugurado en 2017, cuenta con la sede de La Anónima, una sucursal del Banco Galicia y alrededor se ven locales ploteados con logos de marcas, pero cerrados, ninguno abierto. Lo rodea un loteo, como tantos, con terrenos y departamentos en venta.
En la meseta viven los trabajadores, pero allí falta todavía infraestructura de gas y cloacas. Llegó un destacamento policial. Frente a las empresas las camionetas tapizan los estacionamientos. Casi no se ven autos, todas son Hilux y Ford. Hay casi una decena de hoteles en Añelo, para los directivos de las empresas. El Leonardo Da Vinci y el Eco Hotel impresionan. Hay hasta un helipuerto cercano.
Todas las semanas llegan cuatro familias para instalarse. Las escuelas saturadas de chicos son una evidencia de esta explosión, que la infraestructura no alcanza a contener. Dos secundarios, una técnica, tres primarias y dos jardines de infantes. Allí en una salita para 14 chicos hay 24. La seguridad se reforzó con mayor presencia policial en Añelo, donde, dicen los vecinos, que se ve droga como no ocurría hace dos años.
Los recién llegados ven que conseguir trabajo no es fácil como pensaban y que alquilar es imposible. Piden 100.000 pesos por un ambiente y no hay. Una empresa construye a la vera de la ruta, en la entrada de Añelo, containers de concreto, pintados de verde y blanco, que apila cruzados, como si fueran de Lego. Son dúplex para los petroleros que las empresas pagan en dólares. Es más barato ese alquiler que trasladar a los trabajadores desde y hacia otras localidades.
El candidato de Comunidad Banderet recibió a LA NACION, antes de la veda, en un local, con la foto de Rolo Figueroa, en una calle polvorienta salido de la ciudad. Mate lavado, y termo con calcomanías de campaña, descansan en la mesa de fórmica de una cocina despojada.
Banderet fue concejal con una colectora del MPN, y excandidato a intendente del partido que hoy enfrenta, de la mano de Rolo Figueroa. Cuanta que petróleros presionan a los trabajadores con la amenaza del perder el puesto para que voten al oficialismo. El padrón electoral en Añelo es de 6452 personas y los petroleros son 2000. Es decir que son un tercio del padrón.
Se vota en 21 mesas en tres escuelas y hay 68 extranjeros en el padrón. Son venezolanos, bolivianos, chilenos y hasta dominicanos que trabajan en la industria del petróleo.
Para compensar, Banderet se apoyó en la UOCRA o la UOCRA en Banderet. Son unos 800 trabajadores los que mueve la UOCRA. En octubre del año pasado el auto de Banderet fue baleado con tres tiros cuando estaba estacionado.
Tiene tres proyectos de ley: uno para obtener una reparación histórica para hacer obras en la ciudad, otro para ampliar el ejido y, una iniciativa para recategorizar a Añelo como municipio de primera.
Pezuk, concejal y candidata a intendenta por el MPN, doctora de los petroleros, también quiere saldar la deuda con obras de infraestructura y servicios, además de viviendas, salud, parquización e impulso a los productores locales. No promete soluciones mágicas en 4 años, pero si trabajar con “amor al pueblo”. Reconoce el enojo de la gente con el MPM y el desafío de recuperar la confianza.
A unas 15 cuadras del local de Banderet está la sede de la agrupación Celeste y Blanca del gremio de los Petroleros. La candidata Perzuk no está esa mañana en la ciudad, pero un delegado recibe a LA NACION. En el local, en un pizarrón blanco gigante, organiza los “Vehículos afectados a las elecciones”. Hay decenas de números y letras de patentes.
Ricardo Jara, morocho, robusto, de lentes negros, delegado petrolero y candidato a primer concejal aparece dispuesto a hablar. “Añelo es difícil”, empieza, pero de inmediato se interrumpe y pide disculpas para hablar por teléfono, como fuera a pedir autorización. No volvió.
Con los equipos de perforación en marcha, Neuquén exportó 2400 millones de dólares en 2022 y se posicionó como la cuarta zona exportadora del país. Según Fundar e IDEA, el desarrollo del 50% de los recursos gasíferos de Vaca Muerta durante los próximos 30 años implicaría un nivel de exportaciones por unos US$ 27.000 millones anuales. La pelea por la intendencia es por el derrame de esa riqueza que aún no llega a Añelo.
Fuente La Nación