Electricidad y Gas: el papel de YPF y Cammesa en la definición del rumbo de la política en energía
¿Qué rol queremos que cumpla YPF en los próximos 20 años? ¿El Estado debería retomar actividades del sector que son esenciales? ¿Cómo queremos desarrollar nuestra matriz energética? ¿Queremos generar excedentes de gas con visión exportadora dentro de un modelo productivo o no?
Cuando hablamos de un proyecto político que se sustenta en el concepto de generación de empleo, producción y desarrollo de la industria resulta indudable que la planificación de la política energética se convierte en un eje central. Por eso resulta imprescindible entender que el sector necesita un horizonte certero en pos de ese proyecto político, que marque el rumbo y defina las reglas en las que deben jugar los distintos actores involucrados.
Perder un año de gestión en la toma de decisiones estratégicas puede llegar a ser muy dañino, ya que se trata de un sector en el que se debe planificar mirando al mediano y largo plazo, de modo de evitar la formación de un cuello de botella que provoque una estrangulación de la economía producto del crecimiento del PBI. Es importante destacar que allá por el año 2003, cuando Néstor Kirchner tomó las riendas de un país económicamente destruido, el sector venia de varios años de falta de inversión: solo se pensaba en la obtención de la renta por el rubro exportador mientras el país estaba sumergido, con 54% de pobreza y miles de industrias cerradas.
Algo muy similar es lo acontecido durante los años del gobierno anterior a causa de las políticas económicas implementadas, que generaron una abrupta caída del consumo de energía industrial y comercial, rondando promedio el 8% interanual, y una baja del poder adquisitivo de los sectores asalariados. Quizás el objetivo del gobierno anterior haya sido provocar una fuerte baja en la demanda de los servicios energéticos, tanto de gas como de electricidad, generando excedentes que indudablemente no fueron producto de inversión privada del sector, sino de una política energética inmersa en un proyecto político económico destinado a destruir el consumo interno.
El rol del Estado en la energía
Para ello es importante tener en claro que en los tiempos que se avecinan, cuando nos encontramos con un combo perfecto entre la difícil situación económica heredada por el gobierno anterior y el surgimiento de la pandemia a nivel mundial (que generó un cimbronazo a nivel global en el rubro de la energía, un recorte profundo en la producción de petróleo llevado a cabo por la OPEP y una baja muy fuerte en los precios de los hidrocarburos, paralizando inversiones a escala mundial) es necesario retomar la planificación y colocar al Estado al frente del sector como actor principal.
Así lo entendió Kirchner cuando lanzó el Plan Energético Nacional como un hito fundamental en materia de recuperación energética. Es decir, puso al sector energético como eje central del desarrollo federal del país. Hasta ese momento la política energética se concentraba en traer la energía solamente a los centros de consumo y a la exportación. No por nada la mayor cantidad de inversiones de la década de los 90 fueron líneas y gasoductos de exportación. A su vez, el recordado expresidente pidió a las empresas responsabilidad para ponerse a la altura de las circunstancias y compromiso para lograr el abastecimiento de todos los argentinos a un valor razonable, para que los sectores más populares puedan satisfacer sus necesidades y fomentar la recuperación económica de los sectores Pymes.
Fuente: Bae negocios.